Prometí contar lo que sucediera con la famosa "Rachel", y así lo voy a hacer... en pocas palabras fue una gran decepción casi tan grande como las últimas que me han sucedido o quizás hasta de mayor dimensión. En ese momento sabía que había perdido muchas cosas como mi tiempo, mis ganas, mis ilusiones y mis energías que para estos tiempos son sumamente importantes, por otra parte pensé firmemente que había conseguido algo rescatable, el problema es que ahora mismo ya ni recuerdo que era ello. Ahora que lo pienso, no me di cuenta que no estuve presionado, ni siquiera hubo momentos de nerviosismo hasta que la hora se apróximo como debe ser normal supongo. Desde la mañana estuve muy tranquilo, fui a mi clase, al regresar le llamé por teléfono para saber si asistiría a la gran cita que teniamos, ya que desde el día anterior se la había tragado la tierra; después de insistir(poco en realidad) me contestó finalmente. No dudó ni un momento al decirme que si iría lo cual me tranquilizo para irme a mi clase de la tarde, la cual para mi mala suerte fue suspendida por la ausencia de la maestra chihuahueña. Esto para algún pesimista podía dar la impresión de que era una mala señal... por suerte no lo fue. Tenía más de una hora para presentarme en el lugar que habíamos acordado, acto seguido me puse a caminar para perder el tiempo, luego estuve en un parque hasta que faltaba una hora para el momento esperado. Seguí con mi caminata cerca del lugar de la cita, para llegar a el una media hora antes y prepararlo todo. Cuando la hora llegó le hablé para saber en donde estaba, "estoy muy cerca, llegaré pronto" "me hablas de nuevo" fueron sus respuestas. Ahi ocurrió el momento clave, cuando le iba a hablar de nuevo me asomé y vi a una chava que siendo sincero no se veía nada bien, para mi poca o nula suerte (como quieran llamarle) si era ella... lo comprobé en la segunda llamada obviamente. No quiero sonar racista, ni una persona llena de prejuicios, simplemente no me sentí capaz de manejar una situación en la que yo me metí ciertamente, sin embargo yo sabía que estaría muy incómodo, decidi abandonarlo todo.
Aparte de sentirme incómodo en la situación en la que estaba, me sentí muy mal porque me gané su enojo y sin razón alguna, solo me pedía que le diera la cara mientras yo le inventaba miles de excusas, como sea no hay vuelta atrás... mi semana empezaba bien en el papel, no lo fue y ahora queda una última esperanza que ya les contaré después.
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