Encontré una nota de Alberto Rudich en la página oficial del reality show que me parece rescatable, se llama: "Big Brother suena la alarma""A punto de terminar Big Brother 3R, conviene hacer unas reflexiones sobre aspectos de nuestros jóvenes que el programa ha revelado".
Y dice lo siguiente:
"Entre todas las cosas positivas que podemos atribuirle a Big Brother 3 R tenemos que mencionar que ha despertado una auténtica preocupación por la salud mental de algunos de nuestros jóvenes. Si los que hemos visto en la casa/hacienda/cárcel más famosa de México son representativos de algunos sectores juveniles de nuestro país, tenemos buenos motivos para estar preocupados y habrá que agradecerle a Big Brother si antes no lo estábamos.Entre uno de los problemas más graves está el alcoholismo. Algunos de los habitantes han mencionado el alcoholismo de sus padres, por lo que dicho problema no es exclusivo de los jóvenes, por supuesto, (además de que en muchos casos suele ser un hábito aprendido de los mayores), pero parece ser un problema grave entre los chavos y no sólo entre los habitantes de la casa. Claro que los padres alcohólicos de hijos alcohólicos no se han dado cuenta del problema de sus hijos porque están demasiado pedos como para darse cuenta de cualquier cosa, algo que ni el omnipotente Big Brother puede solucionar.
Otra virtud de BB 3R ha sido la destrucción de algunos mitos relacionados con el alcohol. Uno de los más socorridos es el de la transformación de la personalidad que provoca la copa. Ya lo dijo Shanik, a falta de mejores fuentes, algunos tienen “mala copa”. Pero BB 3R ha revelado que esto parece ser sólo una percepción subjetiva del alcohólico, porque para el resto de la gente sigue siendo el mismo pesado, macho y pendejo de siempre. Gracias Big.Otro grave problema de la juventud, desenmascarado por BB, es el fanatismo, llamado lealtad, valores o neta por algunos de los habitantes, especialmente los regiomontanos o la edición de los Legionarios de Cristo en la capital. El joven Murad, con la cara colorada y los ojos desorbitados, reclamándole a Soli que lo había “atorado”, recordaba vagamente a aquel santurrón que, junto con el niño Kike (somos los chiquitos tienen que disculparnos todo) le reclamaban a Daniel no precisamente sus preferencias sexuales sino que tuviera el descaro de reconocerlas en público (¡qué va a decir tu sobrino!). Conviene recordar esos momentos cuando, tiempo después, critican a sus compañeros por “hipócritas”, siendo que era la conducta moralmente aceptable que le recomendaban a Daniel, antes de “atorarlo”.
La intolerancia, el fanatismo, la seguridad de que se tiene la razón cuando ni siquiera se ha escuchado a quien difiere de sus opiniones, es un mal muy arraigado en algunos de estos jóvenes, problema que se resume en una poderosa frase del Pato Zambrano una vez que ha expuesto sus creencias: “¡...y punto!” (Y si antes apelaste a “lo mexicano” a “la pasión del futbol” o a un dogma religioso, el punto final está más que justificado). Cuando la frase no es suficiente para acallar a la oposición, lo que suele pasar en estos tiempos de educación universitaria, entonces queda el recurso de salirse del cuarto o uno muy empleado por Murad: seguir hablando al mismo tiempo que el interlocutor. Soli le agarró la medida en su pleito en EXA Radio y respondió con un “lara-lara-lara-lá” que le hacía ruido a la propia interrupción. (Claro, si todo lo anterior falla siempre se puede pensar en desaforarlo.)
El tabaquismo también es alarmante, especialmente por lo jóvenes que son los que están enganchados con el vicio. Evelyn, de 26 años y con el antecedente del padre alcohólico, no puede vivir sin el cigarro. Además es cantante, por lo que tendría motivos adicionales para cuidar su instrumento. Murad tiene 21 y ya vimos su lamentable condición física a la hora de pedalear la bicicleta en el Recorrido Turístico del Estado de México. Verlos sufrir por un cigarro, robárselos unos a otros, intercambiar favores por tabacos, negárselos al adversario para verlo sufrir, mentir, tranzar y engañar con tal de procurárselos es un espectáculo poco edificante pero que, a fin de cuentas es uno de los mejores comerciales de cigarros involuntarios que se han elaborado, además de ser el más largo.
Pero nada supera el machismo, la mayor de las cloacas destapadas por BB 3R. Es factor de identificación inmediata entre los varones y fuerza antagónica entre las mujeres, quienes se vuelven animales territoriales como las leonas. La comparación suena muy chida hasta que te das cuenta que quienes se creen fieras sólo son gatas que alimentan a un marido huevón. En ninguno de los Big Brothers anteriores se había visto tal desprecio por las mujeres, un desprecio que va desde la burda negación de su capacidad de razonar y exponer ideas interesantes hasta formas más sutiles de condescendencia como la tan celebrada caballerosidad. La combinación de machismo y fanatismo (uno es sólo una forma del otro) se reveló de manera mayúscula cuando Xuxu aceptó los 100 mil pesos, como vil Judas, y fue agredida por el honorable bando de los Cruzados hasta hacerla arrepentirse de su pecado y devolver la lana. Su caballero andante sólo pudo esgrimir en su defensa que “no había entendido”, en lugar de defender su derecho a tomar sus propias decisiones, ya que “sus decisiones” no podían incluir ser Judas (desleal, traicionera y falta de amor por sus colores, ¡órale!), porque es algo que ellos no harían y ellos son la medida de todas las cosas. ¡Y punto!Sabemos que Big Brother es un programa de entretenimiento, pero eso no implica que tenga que estar vacío o ser necesariamente banal. En cierta forma el concepto “entretenimiento” exime al programa de tener contenidos profundos o edificantes, pero esta vez se ha logrado una afortunada conjunción, ya que Big Brother 3R nos ha dado mucho sobre qué reflexionar. Lo hagamos o no ya depende de nosotros.
La crítica anterior a los jóvenes alcohólicos, fanáticos, misóginos y fumadores no quiere decir que todos sean así o ni siquiera que los que lo son no tengan algunas cualidades positivas. Habrá defectos que nos sean más molestos que otros, al grado de no querer aceptar que dichas personas puedan tener cualidades, pero debemos mantenernos abiertos a la posibilidad. Murad es muy joven y en algún momento de su vida se envolverá en un capullo y renacerá convertido en mariposa. Evelyn es una chica estupenda aunque la boca de seguro le huela a cenicero. Poncho es divertido en un sentido troglodita de la palabra y el Pato está loco, así que no se puede tomar en serio lo que dice... a menos de que intente lanzarse para gobernador de su Estado o decida poner una escuela. Si esto sucede, recuerden que fue Big Brother el primero en sonar la alarma."
Y dice lo siguiente:
"Entre todas las cosas positivas que podemos atribuirle a Big Brother 3 R tenemos que mencionar que ha despertado una auténtica preocupación por la salud mental de algunos de nuestros jóvenes. Si los que hemos visto en la casa/hacienda/cárcel más famosa de México son representativos de algunos sectores juveniles de nuestro país, tenemos buenos motivos para estar preocupados y habrá que agradecerle a Big Brother si antes no lo estábamos.Entre uno de los problemas más graves está el alcoholismo. Algunos de los habitantes han mencionado el alcoholismo de sus padres, por lo que dicho problema no es exclusivo de los jóvenes, por supuesto, (además de que en muchos casos suele ser un hábito aprendido de los mayores), pero parece ser un problema grave entre los chavos y no sólo entre los habitantes de la casa. Claro que los padres alcohólicos de hijos alcohólicos no se han dado cuenta del problema de sus hijos porque están demasiado pedos como para darse cuenta de cualquier cosa, algo que ni el omnipotente Big Brother puede solucionar.
Otra virtud de BB 3R ha sido la destrucción de algunos mitos relacionados con el alcohol. Uno de los más socorridos es el de la transformación de la personalidad que provoca la copa. Ya lo dijo Shanik, a falta de mejores fuentes, algunos tienen “mala copa”. Pero BB 3R ha revelado que esto parece ser sólo una percepción subjetiva del alcohólico, porque para el resto de la gente sigue siendo el mismo pesado, macho y pendejo de siempre. Gracias Big.Otro grave problema de la juventud, desenmascarado por BB, es el fanatismo, llamado lealtad, valores o neta por algunos de los habitantes, especialmente los regiomontanos o la edición de los Legionarios de Cristo en la capital. El joven Murad, con la cara colorada y los ojos desorbitados, reclamándole a Soli que lo había “atorado”, recordaba vagamente a aquel santurrón que, junto con el niño Kike (somos los chiquitos tienen que disculparnos todo) le reclamaban a Daniel no precisamente sus preferencias sexuales sino que tuviera el descaro de reconocerlas en público (¡qué va a decir tu sobrino!). Conviene recordar esos momentos cuando, tiempo después, critican a sus compañeros por “hipócritas”, siendo que era la conducta moralmente aceptable que le recomendaban a Daniel, antes de “atorarlo”.
La intolerancia, el fanatismo, la seguridad de que se tiene la razón cuando ni siquiera se ha escuchado a quien difiere de sus opiniones, es un mal muy arraigado en algunos de estos jóvenes, problema que se resume en una poderosa frase del Pato Zambrano una vez que ha expuesto sus creencias: “¡...y punto!” (Y si antes apelaste a “lo mexicano” a “la pasión del futbol” o a un dogma religioso, el punto final está más que justificado). Cuando la frase no es suficiente para acallar a la oposición, lo que suele pasar en estos tiempos de educación universitaria, entonces queda el recurso de salirse del cuarto o uno muy empleado por Murad: seguir hablando al mismo tiempo que el interlocutor. Soli le agarró la medida en su pleito en EXA Radio y respondió con un “lara-lara-lara-lá” que le hacía ruido a la propia interrupción. (Claro, si todo lo anterior falla siempre se puede pensar en desaforarlo.)
El tabaquismo también es alarmante, especialmente por lo jóvenes que son los que están enganchados con el vicio. Evelyn, de 26 años y con el antecedente del padre alcohólico, no puede vivir sin el cigarro. Además es cantante, por lo que tendría motivos adicionales para cuidar su instrumento. Murad tiene 21 y ya vimos su lamentable condición física a la hora de pedalear la bicicleta en el Recorrido Turístico del Estado de México. Verlos sufrir por un cigarro, robárselos unos a otros, intercambiar favores por tabacos, negárselos al adversario para verlo sufrir, mentir, tranzar y engañar con tal de procurárselos es un espectáculo poco edificante pero que, a fin de cuentas es uno de los mejores comerciales de cigarros involuntarios que se han elaborado, además de ser el más largo.
Pero nada supera el machismo, la mayor de las cloacas destapadas por BB 3R. Es factor de identificación inmediata entre los varones y fuerza antagónica entre las mujeres, quienes se vuelven animales territoriales como las leonas. La comparación suena muy chida hasta que te das cuenta que quienes se creen fieras sólo son gatas que alimentan a un marido huevón. En ninguno de los Big Brothers anteriores se había visto tal desprecio por las mujeres, un desprecio que va desde la burda negación de su capacidad de razonar y exponer ideas interesantes hasta formas más sutiles de condescendencia como la tan celebrada caballerosidad. La combinación de machismo y fanatismo (uno es sólo una forma del otro) se reveló de manera mayúscula cuando Xuxu aceptó los 100 mil pesos, como vil Judas, y fue agredida por el honorable bando de los Cruzados hasta hacerla arrepentirse de su pecado y devolver la lana. Su caballero andante sólo pudo esgrimir en su defensa que “no había entendido”, en lugar de defender su derecho a tomar sus propias decisiones, ya que “sus decisiones” no podían incluir ser Judas (desleal, traicionera y falta de amor por sus colores, ¡órale!), porque es algo que ellos no harían y ellos son la medida de todas las cosas. ¡Y punto!Sabemos que Big Brother es un programa de entretenimiento, pero eso no implica que tenga que estar vacío o ser necesariamente banal. En cierta forma el concepto “entretenimiento” exime al programa de tener contenidos profundos o edificantes, pero esta vez se ha logrado una afortunada conjunción, ya que Big Brother 3R nos ha dado mucho sobre qué reflexionar. Lo hagamos o no ya depende de nosotros.
La crítica anterior a los jóvenes alcohólicos, fanáticos, misóginos y fumadores no quiere decir que todos sean así o ni siquiera que los que lo son no tengan algunas cualidades positivas. Habrá defectos que nos sean más molestos que otros, al grado de no querer aceptar que dichas personas puedan tener cualidades, pero debemos mantenernos abiertos a la posibilidad. Murad es muy joven y en algún momento de su vida se envolverá en un capullo y renacerá convertido en mariposa. Evelyn es una chica estupenda aunque la boca de seguro le huela a cenicero. Poncho es divertido en un sentido troglodita de la palabra y el Pato está loco, así que no se puede tomar en serio lo que dice... a menos de que intente lanzarse para gobernador de su Estado o decida poner una escuela. Si esto sucede, recuerden que fue Big Brother el primero en sonar la alarma."
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