
Director: Terry Gilliam
Duración: 132 minutos
País: Reino Unido
Reparto: Jonathan Pryce, Robert De Niro, Katherine Helmond, Ian Holm, Bob Hoskins, Michael Palin, Ian Richardson, Peter Vaughan, Kim Greist, Jim Broadbent, Barbara Hicks, Charles McKeown, Kathryn Pogson, Bryan Pringle, entre otros.
" En un extraño y deprimente universo futurista donde reinan las máquinas, una mosca cae dentro de una computadora y cambia el apellido del guerrillero Harry Tuttle por el del tranquilo padre de familia Harry Buttle, que es detenido por el complejo aparato represor del Estado y muere en sus manos. El tranquilo burócrata Sam Lowry es el encargado de devolver un cheque a la familia de la víctima, pero al hacerlo conoce a Jill Layton, la mujer de sus sueños, y mientras la persigue, se encuentra, hace amistad y se convierte en cómplice de Harry Tuttle."
Esta es una película completamente inclasificable. En parte comedia (una comedia completamente negra) y en parte drama, pero también ciencia ficción y cine negro. Llena de referencias cinematográficas a películas de culto como The Third Man o Battleship Potemkin, esta cinta posiblemente es una de las comedias más extrañas que han existido.
Con una estética completamente barroca, multitud de escenas realmente surrealistas, esta película es un cruce entre un siniestro cuento de hadas y una oscura distopía tragicómica.
Ciertamente, puede resultar odiosa para parte del público (para gran parte) y apasionante para la otra, pero lo que es innegable es que como esta no hay otra película, es innovadora y atrevida en su planteamiento, cínica y mordaz.
El antiguo integrante de los Monty Python demuestra como sus animaciones de "flujo de conciencia" (que ya vimos en una de sus creaciones precisamente del grupo cómico antes mencionado) pueden servir estructuralmente como base para esta obra que se mueve como un péndulo entre el sueño y la pesadilla.
Del filme es mejor no decir nada, y es mejor no saber nada antes de verla, para que se sorprenda como se supone que ha de sorprender. A pesar de su calidad (es de lo mejor que he visto de Terry Gilliam) la película peca de tener escenas excesivamente largas, sobre todo la famosa batalla contra el samurai, que fue parcialmente cortada en la versión para cines del estreno en Estados Unidos (la única edición de la versión norteamericana que me parece acertada).
También cabe añadir que en ocasiones puede hacerse insoportablemente barroca, por tener una estética tan sumamente recargada, si bien hay que admitir que (aunque algo molesta) estos diseños son muy adecuados para el ambiente del filme, aunque no resulten precisamente elegantes (algo parecido ocurrió con la escenografía de A Clockwork Orange).
Finalmente cabe añadir ciertas anécdotas. Brazil es quizá una de las películas más atacadas por los incultos arcaicos de Hollywood, y los intentos de mutilación realizados por los ejecutivos del cine familiar han dado pie a un libro y un documental de una hora, titulados ambos The Battle for Brazil, que narran las aventuras y desventuras de Gilliam para conseguir que su versión llegara intacta a la pantalla.
Más de una persona considera a esta realización mala película por haber visto el corte de Hollywood, subtitulado Love Conquers All (El amor lo conquista todo).
Esta versión, de aproximadamente 92 minutos, elimina las escenas más fuertes de la película, sustituye el final por secuencias empalagosas casi propias de The Sound of Music y edita salvajemente el contenido, añadiendo algunas escenas que Gilliam eligió suprimir de la versión final por razones obvias.
Esta versión se retransmite en algunas cadenas norteamericanas todavia. Pobre Gilliam.
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