Director: Michael Bay
Duración: 144 minutos
País: Estados Unidos
Elenco: Shia LaBeouf, Megan Fox, Josh Duhamel, Tyrese Gibson, Rachael Taylor, Anthony Anderson, Jon Voight, John Turturro, Michael O'Neill, Kevin Dunn, Julie White, Amaury Nolasco, Zack Ward, Luis Echagarruga, Travis Van Winkle, entre otros.
" Dos razas de robots extraterrestres transformables, los villanos decepticons y los amistosos autobots, llegan a la Tierra en busca de una misteriosa fuente de poder. En la guerra que estalla entre las dos razas, los hombres toman partido por los autobots. Sam Witwicky, un avispado adolescente, que sólo desea conquistar a la bella Mikaela, se convierte en la clave de una guerra que puede destruir a la humanidad."
Siempre me ha caído mal Michael Bay. Lo reconozco. No me gustan los directores pretenciosos, y Bay lo es. No me agradan los directores que sin haber hecho méritos tienen una legión de seguidores y también de la crítica que se deshace en elogios con ellos, y Bay es de esos. Y no me gustan los directores que hacen películas largas solo porque parece que eso les da prestigio, y Bay construye unas películas largas en cada oportunidad.
Sin embargo, hay que reconocerle una virtud: sabe hacer productos en general entretenidos, y en estos días pocos pueden presumir de hacerlo. Aunque en realidad, también podría llamar la atención en segundo plano como se gasta esos presupuestos desorbitados en las ideas más simples. Pero mejor no profundizar en ese tema, ya que para variar mi comentario sobre esta cinta, en este caso va a ser semi-positivo. Si es que se le puede nombrar de esa manera.
La verdad es que aún no tengo idea clara sobre si la cinta me ha gustado o no. Es sin duda entretenida, pero el cinéfilo que llevo dentro me dice que le falta algo, y todavía no sé que es.
La primera mitad del proyecto es una recreación de las grandes películas juveniles de los 80. Es decir, cuenta con un protagonista algo nerd que se va topando con situaciones y personajes de manera casi fortuita. Todos los malabares que realiza Sam Witwicky para ocultar la existencia de los robots a sus padres recuerda a cintas en las que Spielberg tuvo alguna injerencia. Es en esta primera mitad, donde más se nota su aportación, aunque en los créditos solo aparezca como productor ejecutivo.
En la segunda parte Bay toma el mando y todo se vuelve confuso. Todas las tramas abiertas se unen, todos los personajes coinciden en una base hipersecreta, que no será tan secreta cuando todo problema pareciera acabar ahí y en realidad todo está por iniciar. Se presenta al resto de robots y empiezan a sucederse las persecuciones y los golpes. Bay será muchas cosas, pero nunca me había parecido malo filmando escenas de acción. Sin embargo, en esta oportunidad cambia el modo de filmarla y el tiro le sale por la culata.
Entiendo que el espectador aprecia la acción a través de los ojos de los protagonistas humanos, a ras de suelo y con una óptica que recuerda a la que posee un reportero gráfico en plena batalla, pero como si no fuera ya suficientemente difícil saber cuales robots están en pleno combate (básicamente porque muchos de los diseños de estos se parecen en exceso) hay que sumarle la confusión que resulta de dicha manera de filmar inquieta y temblorosa. Esto es sin duda uno de los peores aspectos de la cinta, las batallas que esperas ver no se logran entender. Con excepciones, claro, pero por regla general no se sabe lo que pasa.
Siempre me dará risa que los gringos siguen empeñados en hacernos comprender (dentro de su exacerbada megalomanía) que si alguna vez nos invade algo, ellos solitos podrán salvarnos a todos. Y más les vale, porque lo cierto es que tendremos la suerte de que siempre les ataquen a ellos primero, porque cualquier parte del mundo desde el espacio exterior pasa totalmente desapercibida.
En fin, hay que valorarla por lo que es: un espectacular y palomero blockbuster familiar de entretenimiento de acción y superhéroes que no me cuesta apreciar, ya que últimamente este tipo de cine para las masas suele ser muy malo, y esto es de lo mejor que se ha hecho últimamente. Aunque solo sea la excusa para mostrar a los transformers en todo su esplendor, aunque sea previsible y pueril, con sus momentos ñoños y políticamente correctos y aunque luego poco o nada de su argumento se recuerde.
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