Director: Dario Argento
Duración: 98 minutos
País: Italia
Elenco: Jessica Harper, Stefania Casini, Flavio Bucci, Miguel Bosé, Barbara Magnolfi, Sussana Javicoli, Eva Axén, Rudolf Schündler, Udo Kier, Alida Valli, Joan Bennett, Margherita Horowitz, Jacopo Mariani, Fulvio Mingozzi, Franca Scagnetti, entre otros.
" Una joven ingresa en una exclusiva academia de baile la misma noche en que asesinan a una de las alumnas. La subdirectora del centro es la amable Madame Blanc, que brinda a la nueva alumna las comodidades y facilidades necesarias para su aprendizaje. Pero, poco a poco, una atmósfera malsana se va apoderando del lugar, y la estancia de la joven se va convirtiendo en una verdadera pesadilla."
Creo que muy pocas cintas pueden igualar a esta obra en el apartado visual. Estamos ante una obra de arte viviente. En la década de los 70, Dario Argento dirigió su obra magna, la película que lo consagró como el gran director que es, una película excepcional, uno de los ejemplos más gráficos que se puede adjudicar el cine de que es Arte.
Con un guión más bien simple, Argento creó una auténtica pesadilla envuelta en una fotografía colorida que inunda la pantalla, brindando la sensación de estar en un mundo irreal, un cosmos onírico. Transforma el interior de una academia de baile en un lugar asfixiante y aterrador, lleno de cacofonías escalofriantes, pasillos interminables, personas que son lo que no parecen y un misterio que perturba a la joven protagonista, víctima de una pesadilla sofocante que también sufre la visión del espectador.
Con momentos perturbadores e impactantes, la maestría de Argento ha creado escuela y sus influencias pueden presenciarse en muchos directores posteriores. Sus escabrosas e irreales escenas de muertes han supuesto un antes y un después. Asistimos a un festival de violencia y sangre derramado con el mejor estilo imposible.
Argento siempre ha dicho que concebía sus películas como obras de arte y eso puede apreciarse en el cuidadísimo aspecto estético de este proyecto donde las luces, la arquitectura, las sombras, todo es importante y ayuda a crear una película redonda, aterradora, una experiencia más que recomendable. Para algunos será difícil de entender cómo puedo aprobar una cinta donde aparece Miguel Bosé, pero no me da vergüenza admitirlo: me llama poderosamente la atención aquello de las reuniones nocturnas de brujos y brujas.
Y también esos cegadores tonos pastel: el azul de la habitación, el verde de la puerta, el color salmón del patio; el rojo imposible de la sangre y de ese corazón que se asoma grotescamente en el pecho; el caleidoscópico estallido de ese ventanal, que colma la pantalla como si fuera un millón de arcoiris o la exquisita precisión de esa soga, que acaricia un instante el cuerpo antes de abrazarse, implacable, a su cuello. Jamás lo hubiera creído, pero el asesinato es bello; un arte más a añadir a los siete patrocinados por las musas. Dario Argento acaba de demostrármelo. Acabo de contemplar el más hermoso crimen de la historia del cine.
Ahora, si tenemos que hablar de los actores, por ejemplo, la protagonista es muy insulsa. Y del mentado Bosé, todavía me pregunto que hace en esta película. Al principio lo presentan como el guapo del relato, el típico del que se enamora la protagonista; sin embargo después de verlo con las mallas y bailando ballet, con tanta pluma y tanta gracia ya nadie se puede creer que vaya a pasar nada entre ellos dos, así que desaparece de la cinta. La verdad es que no hay ninguna interpretación destacable.
Y la música, la de Goblin, obsesiva e hipnótica, que suena a verdadera risa de duende, que encaja a las mil maravillas en el siniestro cuento de hadas que quiere vendernos Argento. Muy sobresaliente.
Tú decides. Si eres de los que cree que el sentido del cine es contar historias y que el guión lo es todo, ésta decididamente, no es tu película. Pero si eres (como yo) de los que piensan que el cine es un arte y que como tal, su objetivo principal es transmitir emociones y provocarnos degustar nuevas sensaciones, seguramente la gozarás.
Comentarios