Director: Lukas Moodysson
Duración: 106 minutos
País: Suecia/Dinamarca/Italia
Elenco: Lisa Lindgren, Michael Nyqvist, Emma Samuelsson, Sam Kessel, Gustaf Hammarsten, Anja Lundkvist, Jessica Liedberg, Ola Rapace, Axel Zuber, Shanti Roney, Olle Sarri, Cecilia Frode, Lars Frode, Emil Moodysson, Henrik Lundström, entre otros.
" Un grupo de jóvenes viven bajo el mismo techo mientras se preguntan sobre sí mismos, sobre la sociedad, sobre sus creencias políticas y el mundo cambiante que gira a su alrededor. Al mismo tiempo, son conscientes de la importancia que tiene para ellos estar juntos, mantenerse unidos, constituir, en suma, una familia."
Resulta curioso como el título de la segunda obra de Moodysson (debido en gran medida al nombre que recibe la comuna donde habitan los distintos protagonista de la historia) se vuelve tan paradójico si tenemos en cuenta lo verdaderamente juntos que llegan a estar los miembros que conviven en ella, puesto que más allá de las huidas que se van produciendo a lo largo de la cinta, cabría destacar un extraño olvido que induce al sueco a mostrarnos a cada personaje rodeado sencillamente de sus problemas o de aquellos otros individuos con los que comparte un conflicto, olvidando así, de un modo un tanto raro, a los demás componentes.
Estamos, sin duda, ante una de las mejores películas de la década pasada. Moodysson logra deslumbrar al espectador con un ejercicio ligero pero sorprendentemente profundo, en el que une drama y comedia con brillantez. La clave es sin duda la humanidad de sus personajes: tiernos y entrañables, pero creíbles y muy reales al mismo tiempo.
La narración comienza con una escena muy graciosa: un hombre salta de la cama al oír por la radio que Franco ha muerto, y enseguida se dirige al comedor de la casa para festejar la noticia con todos. Después de dicha secuencia inicial, se nos muestra que ese hogar en realidad es una especie de asociación, una comuna de hippies preocupados por la política y el medio ambiente, que viven hablando de estrategias antibélicas, reivindicaciones feministas y libertades sexuales. Eso si, la forma de abordar cada uno de esos temas espinosos provoca que algunos de ellos sean desmitificados y otros caricaturizados, ya que lo hace sin maniqueismos, ni moralismos, más bien se aproxima a ellos desde la más sencilla de las experiencias humanas.
En la comuna conviven parejas y algunos niños. Estos últimos son los únicos que, no contaminados de ideología, mantienen vivo el sentido común y ven con ojos atónitos las absurdas situaciones de los "mayores". La película es en algún sentido 'esperanzadora', dado que nos podemos encontrar en ella con personajes que se arrepienten y que por consiguiente son personados; sin embargo están presentes de igual manera las miserias de quien sacrifica su dignidad por los presupuestos ideológicos en turno. Seguramente para algunos tradicionalistas, esto se ve mejor aderezado con un par de breves secuencias obscenas que probablemente no lleguen a oscurecerles la brillantez de la cinta, pero que si que deben ser ciertamente incómodas.
En pocas palabras, es una película que manifiesta una crítica a ciertas ideas de los años 70, por lo tanto, se extraña que no haya una alusión al ateísmo ideológico de aquellos años. Esa concepción, la del significado de la vida, que se halla muy oculta detrás de la "buena onda" que desprende la obra, no es abordada de forma explicita. Aunque en el fondo este es un tipo de cine que cumple la tarea más importante de todo arte verdadero: tener la oportunidad de reflejarnos y por ende permitir conocernos cada vez mejor. En este caso, encuentro diversos planteamientos, (muchos de ellos bastante osados y que por ellos exigen contar con una mente abierta) para resolver la soledad y las necesidades humanas tanto sociales, como sexuales e incluso hasta afectivas que hasta ahora nos han hecho creer que satisfacían esos núcleos que llamamos Familias.
Esa es su gran fortaleza, mostrar en diversos momentos de una manera divertida o muy poco formal, todas las situaciones que se pueden presentar en la convivencia humana de todos los días, con costumbres y formas de pensar tan diferentes.
En mi caso, por momentos me produjo sentimientos que se aproximaban a la prudencia si es que hubiera contado con la oportunidad de estar viviendo allí, y luego en otros instantes me generó la sensación de hartazgo, tal y como le sucede a algunos de sus integrantes quienes simplemente abandonan el grupo y deciden no seguir juntos. No obstante, como lo he señalado, es una obra con buenas intenciones, amable y optimista. El director no pretende juzgar a sus personajes, sino ofrecerles una dosis alta de comprensión y brindarles una salida. Aquí no hay buenos ni malos, sólo hombres y mujeres desorientados que cometen errores, que poseen una gran cualidad: la capacidad de cambiar.
Solo queda por decir que dan ganas de haber estado ahí, jugando con la nieve, cantando lemas estrafalarios, levantando pancartas, cambiando el mundo con las palabras, viviendo con la inconsciencia o la lucidez de ignorar que nada tiene sentido. No tiene más atractivos que otras producciones, sólo que cuenta con los ingredientes suficientes para ser una película reconfortante que no se olvidara en mucho tiempo.
Juntos, pase lo que pase, hasta el final.
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