Director: Brian De Palma
Duración: 119 minutos
País: Estados Unidos
Elenco: Kevin Costner, Sean Connery, Charles Martin Smith, Andy Garcia, Robert De Niro, Richard Bradford, Jack Kehoe, Brad Sullivan, Billy Drago, Patricia Clarkson, Vito D'Ambrosio, Steven Goldstein, Peter Aylward, Don Harvey, Robert Swan, entre otros.
" Chicago, años 30. Época de la Ley Seca. El idealista agente federal Eliot Ness persigue implacablemente al gángster Al Capone. La falta de pruebas le impide acusarlo de asesinato, extorsión y comercio ilegal de alcohol, pero encontrará un medio para inculparlo por otra clase de delitos."
Con esta cinta, el afamado Brian De Palma consiguió algo que desde mi punto de vista es extremadamente difícil de alcanzar y esto fue el dotar a la violencia de un aura exquisita de distinción, ya que esta obra destila elegancia y maestría, se le mire por donde se le mire.
A mi entender, aquí se da la perfecta conjunción entre cine de autor y cine comercial. Estamos ante un relato simple y efectivo, aunque no tan maniqueísta como parece, hecho para satisfacer al gran público, pero que no por ello escasea en momentos de soberana calidad cinematográfica.
Y todo nace, en este caso, de la siguiente manera: un tipo tiene un capricho, ese capricho se convierte en su pesadilla o en la de otros. Luego, en ocasiones la pesadilla pasa a ser historia y después se transforma en leyenda. Así nació el cine norteamericano.
Es por ello que, la usual inexactitud con que degradamos a las películas históricas del vecino denota sólo nuestra incomprensión o nuestra ignorancia de ese lenguaje llamado cine de los Estados Unidos. Los hechos no son verdad, no son mentira, son espectáculo; son relato puro, son mitos incomensurables, son cuentos que nos congregan en torno al fuego electrónico con el mismo fervor del primer oyente ante el primer soñador, en tiempos remotos, en la antigua cueva custodiada de trémulas sombras por las llamas del primer hogar.
En mi caso, este director en particular siempre me despierta simpatía. Nombres como Scarface o Carlito's Way ( de la cual se hablara más adelante en este espacio) solamente puede suscitarme admiración y una mueca de aprobación en un amante como yo, del cine negro. Es decir, si De Palma iba a homenajear uno de los productos televisivos más oscuros de los Estados Unidos a la par que rescataba los violentos años 30 de Al Capone, quién no se haría enormes expectativas, si como es el caso, el elenco está conformado por un verdadero Dream Team.
Ahora bien, hay que reconocer con total sinceridad que la cinta no ofrece nada nuevo en la lucha mafiosos-policias que no se haya ofrecido antes (o incluso después) en el cine, pero los grandes zarandeos que genera y la enorme inquietud que siempre brinda esa conocida premisa (la gran mayoría se sabe los detalles de la época de la Ley Seca) es imposible de borrar. Y aquí, el director vuelve a ofrecerlo a la gran pantalla de manera estupenda.
En otro aspecto no menos importante, señalaría que tal vez el guión podría haber profundizado un poco más en la complejidad de la trama (claro, sin querer ofender a The Godfather) aunque ese punto no era completamente indispensable, ya que con lo que nos da el relato, hay suficiente expectación, intriga e incomodidad.
Y es que esta película por lo que destaca es por su narración que lleva el compás de una forma prácticamente impecable y por una realización admirable que se aprecia en elementos como su intensa edición, el homenaje de sus secuencias y la elegante composición de los planos que apenas permiten que se aparten los ojos de la pantalla, e incluso hasta se da el lujo de brindar alguna escena cargada de suspenso realmente memorable. Todo ello en conjunto la convierten en un deleite cinematográfico lleno de nervio, emoción y espectáculo mientras Eliot Ness y sus tres incondicionales luchan contra la mafia.
Pero la gran fortaleza de este largometraje es Sean Connery y su personaje: Jim Malone. Cuando Malone aparece por primera vez en pantalla es cuando la película toma verdadera personalidad. Connery comienza el metraje robando todo el protagonismo en una escena para acabar siendo el único protagonista casi convertido en leyenda. Su Malone es único, es fuerza pura, es carisma y mucha ternura. Es el paradigma de la honestidad, de la firmeza, de la experiencia y no le tiembla el pulso al disparar un arma para defender a un colega. En resumen es el más humano de los personajes. Aunque claro, esto evidencia al resto del reparto irregular en el que aparecen un Andy Garcia acertado, pero un Costner soso y un De Niro ciertamente sobreactuado.
Una cinta que nos remite a los mejores momentos del cine de acción Hecho en Hollywood y se hace digna de cualquier antología en las que solo aparecen historias en donde la ley es lo único que existe. Un adiós al blanco y negro, porque el color real de todos los seres humanos es el unificador gris.
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