Director: Woody Allen
Duración: 88 minutos
País: Estados Unidos
Elenco: Mike Starr, Paul Herman, Don Pardo, Martin Rosenblatt, Helen Miller, Danielle Ferland, Julie Kurnitz, David Warrilow, Wallace Shawn, Mick Murray, William Flanagan, Seth Green, Michael Tucker, Josh Mostel, Judith Malina, Dianne West, Kenneth Mars, Mia Farrow, Danny Aiello, Jeff Daniels, entre otros.
" Son los años 40, la era dorada de la radio, y los peculiares miembros de una familia trabajadora de Nueva York viven con el receptor permanentemente encendido. La música, las novelas lacrimógenas, las historias de superhéroes, los concursos, las crónicas de la alta sociedad y las leyendas sobre estrellas deportivas les sirven para ser un poco menos infelices y encadenar un anecdotario nostálgico de una época irrepetible."
Podría definir esta película con una sola palabra: Entrañable. Así es para mí esta cinta del maestro Woody Allen, una obra que he visto en una sola oportunidad y que me temo, no podría cansarme nunca, al contrario, es un ejercicio cinematográfico que queda perfecto para estos días en los que uno sencillamente puede quedarse en casa debido a las bajas temperaturas.
Estamos ante una película que como todas las producidas por este maestro del cine, encierra una gran crítica detrás de cada ocurrencia. El filme invita a la reflexión, a la risa, a la ternura por parte del espectador y esto se debe a la nostalgia y el cariño con el que está tratada enteramente la narración. Allen nos regala esas anécdotas sobre la radio con las que él se crió, su música, sus historias, sus aventuras y todo ello fue provocado por ese aparato que reunía a toda la familia para escuchar los programas y las crónicas de la época.
La cinta desarrolla en paralelo varias historias, a las que añade una larga serie de sucesos y anécdotas, que en su cojunto componen un retrato admirable de la ciudad de Nueva York, más especificamente del barrio de Rockaway, las personas, sus costumbres y las aspiraciones y las dificultades de una época marcada por la difusión que alcanza la radio. El punto de vista de la película es el de un niño despierto, travieso, independiente y observador, que contempla lo que sucede a su alrededor a través de una mirada ingenua, curiosa e inquisitiva. Los protagonistas son la radio y los recuerdos del mocoso, estilizados y simplificados a la vez.
A inicios de los años 40, la radio se sitúa en el centro de la vida familiar, interesa a todos sus elementos al ofrecerles programas especializados para cada uno de ellos, cambia sus vidas, aporta novedades impensables poco tiempo antes, transmite nuevas emociones y llena el ambiente de música, concursos, series de aventuras, melodramas trágicos, variedades y, también de nuevas molestias vecinales.
Y es que, ¿a quién no le habrá ocurrido alguna vez, que al escuchar cierta canción aparece con una viveza indescriptible algún recuerdo que en algún momento quedó profundamente grabado en su interior? Dichosos recuerdos.
A mi entender esta obra de Allen es una película que ha ganado con el tiempo. Y me explico. En tiempos en los que el término Comedia está salvajemente maltratado, volver a tener la oportunidad de apreciarla supone una mirada nostálgica no sólo al mundo de la radio, sino también al de este género cinematográfico. Quizá le ayude que su metraje sobrepasa a duras penas los 80 minutos. Si durara 40 minutos más (como ocurre con otras "comedias") la idea se hubiera hecho realmente pesada.
Y esto podría ser un aviso para otros directores: tengan en cuenta este hecho antes de estirar una sola idea para que les salgan sus típicos 100 o 105 minutos. Piensen en otra idea y mejor preséntenla como un corto para llegar a ese metraje, o realicen unos títulos de crédito de media hora. Pero no arruinen lo que podría haber sido una buena propuesta.
Sin lugar a dudas, se trata de un filme que las nuevas generaciones nacidas entre celulares y PlayStations no acabarán de entender, pero que a quienes hemos vivido antes de toda esa tecnología de última generación nos llevará justamente a esa época en que sólo tenías la imaginación como vía de entretenimiento. Está especialmente recomendada para aquellos que han crecido en la época de la televisión con varios canales, a los que les supondrá una verdadera clase de historia social.
De visión obligada para todo aquel que se nombre seguidor de Allen y para todos aquellos que busquen algo nuevo y de calidad.
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