Director: Gavin O'Connor
Duración: 140 minutos
País: Estados Unidos
Elenco: Joel Edgerton, Tom Hardy, Nick Nolte, Jennifer Morrison, Frank Grillo, Kevin Dunn, Maximiliano Hernández, Bryan Callen, Sam Sheridan, Fernando Chien, Jake McLaughlin, Vanessa Martinez, Denzel Whitaker, Carlos Miranda, Nick Lehane, entre otros.
" Drama ambientado en el mundo de las artes marciales mixtas. Un veterano de Vietnam abandona el boxeo para trabajar en una fundición de acero. Sus graves problemas con el alcohol han destrozado a su familia, pero llega un momento en que, arrepentido, después de dejar la bebida decide entrenar a su hijo más joven para que participe en un torneo de artes marciales, en el que también participará su hermano mayor."
Cine de artes marciales. Casi siempre es como el cine porno. Uno va a ver lo que va a ver, y la historia de fondo que justifica la acción es lo de menos.
Esta cinta de Gavin O'Connor sorprende principalmente porque nadie esperaba nada de una película de golpes, para qué negarlo. Pero también porque toma todos los clichés del cine deportivo, aunque los plantea de tal forma que casi da igual que haya peleas, consiguiendo que lo importante aquí sea el drama que viven sus protagonistas.
Después de observarla es fácil acordarse de una propuesta como The Fighter de David O. Russell, que partía de una base similar hace algunos años o yendo un poco más atrás, aquella obra de Darren Aronofsky, The Wrestler. La diferencia con respecto a la primera cinta mencionada es que aquí no se nos cuenta una historia real, sino una totalmente basada en la ficción, sobre dos hermanos que tras un suceso del pasado quedaron separados.
El padre de ambos, alcohólico perdido, no fue precisamente un ejemplo a seguir y la familia se rompió. Uno de ellos intenta ganarse la vida dignamente como maestro de física en una preparatoria pero las deudas lo ahogan, estando a punto de perder su casa. El otro regresa de Irak y busca dinero fácil. Ambos encuentran en las artes marciales mixtas la respuesta, al haber sido entrenados desde pequeños para ello.
Dos horas de películas dedicadas a explicar que a veces la mejor manera de que dos hombres rudos arreglen sus problemas es cruzarse un par de madrazos bien dados en igualdad de condiciones.
Tal vez esto se deba a que el sentimentalismo entre machos no siempre ha estado bien visto y la única manera socialmente aceptable de que se fundieran en un abrazo fraterno (sin connotaciones gays) entre hombres, era justificándolo con una buena golpiza previa.
A pesar de las excelentes críticas que lei en su momento y de la absoluta fiabilidad de ciertos comentarios que he escuchado sobre ella, la verdad es que sigue sin impresionarme, ya que es la segunda vez que la veo. No está mal, pero sigue sin parecerme nada del otro mundo.
En cuanto a su calificación parte de muchos críticos de 'auténtico cine de género' debo decir que, en ese sentido hay diversas obras del propio género que me han parecido mucho mejores que esta. Como que se extraña un poco más de entrenamiento y de ver a los luchadores crecer y superarse, cuestión que casi siempre aparece en cintas del estilo. Además porque en algún sentido es obvio que para prepararse para un torneo de la categoría del que aparece en el relato en solo unas semanas es completamente imposible, por muy hijo del irlandés Conlon (Nick Nolte) que seas.
En cuantro al otro gran valor de la película, su faceta de cine social, me ha parecido tramposa porque en esencia se apoya en una serie de dramas muy reales como son las crisis de las hipotecas basura y la guerra de Irak para vendernos, una vez más, otro poco, otra dosis del famoso y desgastado Sueño Americano. Y yo personalmente aborrezco esa clase de cosas, esa clase de alusiones patriotas. Y no las odio porque sean gringas, las odio de cualquier país, pero de ellos supongo que ya no las soporto porque las he visto hasta el cansancio. Por ahí, y sobre todo así, con técnicas de venta agresiva y a traición, yo paso.
En lo que se refiere a los actores y personajes, aunque el profesor de Física (a quien le da vida Edgerton) y en general todo su entorno me han parecido muy simpáticos, el hijo resentido y amargado que interpreta Tom Hardy se me hace sumamente odioso y es que el hecho de que se aun mega-héroe estadounidense de la guerra de Irak con la fuerza de diez Hulks, el orgullo de la nación ya está un poco desfasado. Y, si de pasado de moda hablamos, fijense en la representación que se hace del guerrero sovietico y de su pais en general. Seguro que Stallone estaría orgulloso. Y finalmente Nick Nolte, que es un monstruo (en el mejor sentido de la palabra), me ha parecido que lo han desaprovechado. Que para mi la actuación es como la paleta de pintura, hay que escoger los colores adecuados, no los más llamativos.
Tal vez añadiría que en principio, una de estas películas no se puede ir hasta las dos horas y cuarto. El guión adolece de sutileza y desconoce por completo el uso de la elipsis. Estoy seguro de que por lo menos veinte minutos podían recortarse fácilmente para ganar en agilidad. Incluso hay algunos aspectos de los personajes que se alargan y hay algún punto muerto en la narración.
Una película más dentro de este género, en la que los actores desempeñan sus papeles dentro de cierto nivel adecuado, pero de ahí a ponerla a pelear con los pesos pesados de esta especie, hay una gran distancia. Aún así es entretenida o también se podría calificar de "palomera", así que para pasar un domingo tal vez funcione.
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