Director: Tim Miller
Duración: 108 minutos
País: Estados Unidos
Elenco: Ryan Reynolds, Karan Soni, Ed Skrein, Michael Benyaer, Stefan Kapicic, Brianna Hildebrand, Style Dayne, Kyle Cassie, Taylor Hickson, Ayzee, Naika Toussaint, Randal Reeder, T.J. Miller, Isaac C. Singleton Jr., Morena Baccarin, entre otros.
" Un ex soldado de las fuerzas especiales convertido en mercenario, al ser informado de un diagóstico de cáncer terminal se somete a un experimento confidencial que finalmente lo deja con unos extraños poderes de curación acelerada, adoptando así el alter ego de nombre Deadpool."
A la hora de hablar de películas de superhéroes, siempre he tendido a diferenciar entre dos tipos, dos clasificaciones en las cuales poder meter a distintas cintas. Aunque dentro de una misma clasificación puedan existir de manera indudable algunas mejores que otras depende siempre del contexto. En esta separación que hago, por un lado aparece la trilogía de Batman de Christopher Nolan, y por el otro el resto de películas de superhéroes. Independiente de la alta calidad de la trilogía mencionada, a mí nunca me parecieron obras que trataran de superhéroes, aquellas películas tenían algo diferente. A veces, y especialmente en el cine, tendemos a clasificar todo y en consecuencia a simplificarlo. Claro, de manera irónica es lo que estoy haciendo al separar estas cintas del resto, pero que sea mi opinión no significa que sea correcta. Batman es un superhéroe, pero el hecho de que aparezca uno no significa necesariamente que la película entre en ese encasillado.
La clase de proyectos que se acercan más a los que se entiende por esa etiqueta son aquellos en los que el tipo aparece, hay muchos golpes y explosiones, vence a los villanos y aparece la palabra fin en la pantalla. Lo sé, esta simplificación se parece a lo que critico, pero la mayoría de ellas son así. Con la creación de Miller, hay en mi interior sentimientos encontrados.
Dejando de lado la impresionante campaña de publicidad que tuvo, es entretenida de una manera que es difícil de explicar. Precisamente debido a ello, las expectativas eran muy altas. La gente que se encuentra con ella, ya sabe que va a ver al tonto del traje rojo hacer tonterías. Y sin embargo, nadie se siente defraudado. Quizá ese sea el error, que las personas se están acostumbrando a que en el tráiler te muestren toda la película.
Así que Deadpool llegaba por fin a la pantalla, enfundado en una licra roja y armado hasta los dientes, dispuesto a provocar, escandalizar y divertir al público. Tim Miller fue el encargado de dirigir la adaptación a la gran pantalla del antihéroe más sirverguenza del universo Marvel, ese hablador incansable que siempre viste máscara más nunca capa, pues aunque camine entre superhéroes, no es uno de ellos.
A mi me agrada el personaje porque no sólo es una parodia, sino que además ridiculiza y pone al desnudo el mundo de los superhéroes, y en consecuencia a todos ellos. Es precisamente este último aspecto el que me llama más la atención de la obra. Es una película que sabe reírse de sí misma y lo más importante, que es capaz de contagiar esa risa al espectador. De hecho, habría que pensar en ese amigo que odia todo y que siempre critica. Ese tipo, se sienta a verla y se pone a señalar todos y cada uno de sus defectos. La película toma esto y le da vuelta, lo usa a su favor, se crítica a sí misma según transcurre el metraje. Al final, ese amigo se queda sin argumentos, no puede hacer nada más que levantarse y aplaudir una vez que se ha terminado.
Como siempre en estos casos, la cinta ya se ha ganado una avalancha de defensores y detractores. Los primeros dicen que está es la película más revolucionaria que se ha visto jamás en el cine de superhéroes, los segundos la aplastan diciendo que no es más que lo mismo de siempre, nada más que maquillado con unos cuantos chistes estúpidos para niños rata.
Uno de los mayores aciertos de la cinta es sin duda lo bien estructurada que está mediante el uso flashbacks que ahorran lo que podría haber sido una aburrida historia de orígenes hasta que viéramos por fin a Ryan Reynolds incrustado en el traje rojo. Gracias a ello, la película puede permitirse el lujo de empezar por todo lo alto, mientras el espectador va dejándose llevar, juntando una por una las piezas del rompecabezas que forma la trama.
No es hasta la segunda parte en donde la película tiene un pequeño descenso al tomarse lo que ocurre con más seriedad de lo normal, rompiendo un poco el tono establecido hasta el momento, aunque es verdad que es un bache pasajero que no dura más de veinte minutos. Superada toda la parte dramática, la trama del antihéroe vuelve a ser un festival de carcajadas, violencia y destrucción. Un verdadero disfrute. Como lo mencioné antes, mucha gente considera que esta película no sólo no ha conseguido romper los moldes del género, sino que además su historia es simple como el mecanismo de una vasija y que lo único que la diferencia un poco de las demás, son la extravagancia del personaje principal y su marcado tono humorístico. Yo digo que ese punto, precisamente es el más importante.
No es una película de superhéroes con toques de comedia, parece más bien ser una comedia con toques de película de superhéroes. De hecho, no creo que se pueda considerar al protagonista como un verdadero héroe, él mismo le huye a esa etiqueta. Incluso, si tuviera que ir más lejos, tampoco me atrevería a catalogarlo como un antihéroe. Es un maldito loco, un pedazo de zoquete que no duda en hacer lo que se le pega la gana y que no duda tampoco en cepillarse a todo el que se le ponga por delante a la hora de conseguir sus objetivos.
El eje principal sobre el que se sustenta todo el humor de la cinta consiste en situar a un personaje tan profundamente incorrecto a todos los niveles, en una historia vista hasta la nausea como es la de los orígenes de un superhéroe. Incluso si alguien quisiera ponerse exquisito, la trama es exactamente la misma que la de cualquiera. Pero como en toda buena parodia, la gracia reside en atenerse al modelo original lo máximo posible, para luego sorprender con salidas de tono en el momento más oportuno.
Y a pesar de todo esto, el propio guión hace todo lo posible para sortear sus propios lugares comunes. A veces se trata tanto del qué, sino del cómo. Y ahí es donde saben lucirse especialmente. Además, nada importa, he visto películas que parecían serías y tenían tramas mucho más ridículas que esta. He llegado incluso a leer afirmaciones tan absurdas como: es que si le quitaras los chistes, la película sería una mierda". Un genio. Pues claro que sería una mierda. Porque es una comedia. Y hablando particularmente de ese aspecto, lo primero que habría que agradecer es que no hayan dudado ni un momento a la hora de adaptar como debe de ser la esencia original del personaje. Estamos ante un personaje singular, y por suerte no nos ofrecen una versión ligera o recortada del mismo.
Se respeta incluso su tendencia a romper la cuarta pared (hasta el punto de llegar a romperla mientras la está rompiendo), lanzando ataques contra Marvel, Dc Comics, Hugh Jackman e incluso a la propia Fox, hablando de manera directa con el espectador y haciéndolo cómplice de sus múltiples travesuras. Y también hace gala de diálogos corrosivos y frases punzantes, una buena dosis de bromas exageradas de humor físico más explicito de manera violenta con el que se pueda soñar y humor negro plagado de obscenidades dedicada especialmente al sector adolescente. Bueno, y a también. A estas alturas, no voy a ir con bandera de decente.
Es un espectáculo muy recomendable que además viene acompañado de una gloriosa R, como debe de ser.
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