Director: Raoul Ruiz
Duración: 123 minutos
País: Francia / Portugal
Elenco: Marcello Mastroianni, Anna Galiena, Marisa Paredes, Melvil Poupaud, Chiara Mastroianni, Arielle Dombasle, Féodor Atkine, Jean-Yves Gautier, Jacques Pieiller, Pierre Bellemare, Smaïn, Lou Castel, Roland Topor, Jacques Delpi, Jean Badin, entre otros.
" Tome un paseo por el mundo de ensueño del cineasta Raul ruiz, mientras decide llevarnos a París para dar un retorcido paseo. Aquí, se desarrollan cuatro historias peculiarmente simétricas que involucran el amor, la lujuria, el crimen y el tiempo."
Para empezar diría que es muy probable que sea la película más accesible de Raul Ruiz, un director nacido en Chile y a quien se le conocen más de cien filmes. Esta creación proporciona un verdadero patio de juegos para el talento y el carisma del gran actor que fue Marcello Mastroianni, que interpreta cuatro papeles diferentes. Así mismo sigue siendo una clara muestra de la capacidad imaginativa y surrealista del cineasta como inventor de historias y forjador de imágenes e ideas misteriosas.
Es una obra que mezcla ideas que se tomaron prestadas de otros escritores de ficción gótica, empleando conceptos fantasiosos que no pueden pertenecer a nadie más que al propio Ruiz.
El director chileno Raul Ruiz creó un mundo extraño, salvaje y fantástico en esta película. En ella, el célebre Marcello Mastroianni interpreta a cuatro personajes distintos en variadas historias particulares que al principio dan la impresión de estar completamente separadas entre sí, pero al cierre del argumento resulta ser que están perfectamente entrelazadas entre ellas.
Es un filme que está bellamente filmado, casi capturado de forma mística, utilizando para ello de manera efectiva las sombras, la luz e imágenes creadas por computadora para generar imágenes que se asemejan a una pintura. Tal vez, sea una obra ciertamente confusa, pero al final luego de su visionado queda una sensación totalmente satisfactoria.
En el primer relato, Mastroianni personifica a un vendedor que abandonó a su esposa (a quien da vida la experimentada actriz española Marisa Paredes) hace veinte años. Desde que aquel suceso aconteció, la esposa ha encontrado a otro hombre con el que también se casó y está viviendo una existencia aparentemente feliz. Por razones que ciertamente quedan sin explicarse, Mastroianni de repente determina que desea recuperar la que fue su antigua vida y volver con la que fue su mujer.
Para ello, se acerca al nuevo esposo en un lugar en el que este peculiar sujete adquiere sus cigarrillos y se ofrece a pagarle mil francos por una hora de su tiempo. Lo que sigue en el singular encuentro es una imaginativa y fantástica anécdota de que por qué Mastroianni ha desaparecido a lo largo de esos veinte años. Pero veamos, es demasiado complicado para explicarlo aquí, simplemente diría que involucra una habitación con paredes que se mueven de su sitio y pequeñas hadas que prefieren comer billetes de francos, pero que suelen conformarse con engullir un poco de periódico. Al final de esta diferente historia, Mastroianni pretende dejar al segundo marido para que habite en la fantástica habitación, mientras que él se muda de regreso con la señora que alguna vez abandonó.
En la segunda de las aventuras, Mastroianni interpreta a un prestigiado profesor que, por motivos muy personales decide convertirse en un mendigo y uno de ellos también bastante exitoso. Más tarde, por obra del azar conoce a una prostituta de la que se vuelve una especie de confidente, y quien luego descubre que no es todo lo que ella pretende ser, y cuyo esposo es una especie de psicópata integrado.
Finalmente, en el tercer relato, una joven pareja (la chica es la hija de Mastroianni, de nombre Chiara) se encuentran amparados de manera misteriosa por un sujeto cuya identidad ambos desconocen. Después de que transcurren meses en los que regularmente reciben mil francos en su casilla de correo cada semana, se enteran de que este misterioso personaje ha muerto y les ha heredado su mansión. Sin embargo, el verdadero problema aparece cuando descubren que deben residir en el lugar a cambio de mantener en su empleo al peculiar mayordomo del caserón (por supuesto, Mastroianni) o van a perderlo todo.
Y entonces, emerge la cuarta historia que es realmente un medio para unir las otras tres aventuras citadas, y sí, también es bastante excepcional. En ese sentido, cabe señalar el dato de que a lo largo del metraje están sucediendo toda clase de eventos. Al mismo tiempo es visualmente impresionante, compleja en su narrativa y una delicia sorprendente en todo momento. Sin lugar a duda, es ese tipo de filme que en definitiva merece una segunda y tercera mirada que permita la absorción reflexiva de los muchos y distintos detalles que posee.
A manera de breve apunte, en lo que fue su penúltima película antes de su fallecimiento, Mastroianni realiza un trabajo magistral interpretando a estos variados y cautivadores personajes.
Como cierre, afirmaría que es una cinta no pensada para toda clase de público. Es en algún nivel una comedia francesa ubicada en la trillada París que parece una especie de desmoronamiento a través de los libros y fantasías de un creador como Borges. La historia es singular y compleja como cualquier cosa que presentaría en sus mejores días el mismísimo Fellini o el propio David Lynch.
No obstante, para todos aquellos amantes del cine, hay mucho plato aquí para conseguir apaciguar el apetito.
Una hermosa obra surrealista, concebida a manera de capas, que es un verdadero deleite tener la oportunidad de apreciar.
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