
Duración: 137 minutos
País: Alemania
Reparto: Martina Gedeck, Ulrich Mühe, Sebastian Koch, Ulrich Tukur, Thomas Thieme, Hans-Uwe Bauer, Volkmar Kleinert, Matthias Brenner, Charly Hübner, Herbert Knaup, Bastian Trost, Marie Gruber, Volker Michalowski, Werner Daehn, Martin Brambach, etc.
" Esta extraordinaria película, dirigida por Florian Henckel von Donnersmarck, nos introduce en el atemorizante y asfixiante mundo de la Alemania del Este, previo a la caída del Muro. A principios de los 80, el dramaturgo Georg Dreyman y su pareja sentimental, la actriz Christa-Maria Sieland, se introducirán lentamente en un mundo manejado por la corrupción y el abuso de poder. Un hombre de la Policía Secreta será designado para vigilarlos a cada segundo, y encontrar alguna muestra de su repulsión al Partido Socialista.
Una historia indiscutiblemente sublime, en una película simplemente prodigiosa."
La vida de los otros, o la que él no tenía. Quizá es por ese motivo que HGW XX/7 actúa del modo que actúa durante toda la cinta, mostrando la debilidad que le reportan unos seres que ofrecen muestras de lo que él nunca podría llegar a alcanzar completamente, ya fuese por unas cuestiones u otras.
Su mirada perdida, su rostro sosegado y sus andares repletos de pesadumbre lo delatan. Wiesler es el último rincón recóndito de la naturaleza humana, donde los sentimientos empezaron a confluir pese a su aspecto agrio y el ser tomó posesión de todo aquello que le hacía verdaderamente humano. Frágil y delicado, como cualquiera de nosotros.
Aunque tras ello, destaquen otros temas como el cinismo de las altas esferas, la búsqueda de un segundo refugio o el cuadro que nos sirve el cineasta alemán sobre esa época, todo descrito a través de una narración sobria y concisa.
Su mejor respaldo, Ulrich Mühe, logra transmitir con sapiencia el desazón de un personaje que, llegado a determinado punto en su vida, ha optado por tomar una vía más reflexiva e inteligente que el resto de sus camaradas.
En cambio, y tras el aspecto pensativo de uno de sus dos protagonistas, el cineasta debutante en la gran pantalla, opta por ofrecer una amplia variedad de caminos por los que discurrir y acercarse a su obra, aunque probablemente sin dedicarlos un gran trazo, si llevando los diversos retratos de modo compacto y sereno.
La composición, austera y serena, es el perfecto acompañamiento para una obra que no cede a la precipitación por narrar una historia ya de por si larga y que posee un ritmo magnífico.
Acierta también cuando traslada a la pantalla los momentos de mayor repercusión, dotándolos de una profundidad que roza la magnificencia y algunos diálogos verdaderamente intensos, además de no caer en ningún instante en excesos lacrimógenos.
Entre todo, Sebastian Koch aporta aquí con gran entereza a uno de los mejores personajes del film. También atinan Martina Gedeck y la pequeña partida de secundarios que les acompañan.
Cuando las palomitas se apartan y dejan paso al cine de verdad.
Comentarios