
Director: Paul Thomas Anderson
Duración: 188 minutos
País: Estados Unidos
Reparto: Julianne Moore, William H. Macy, John C. Reilly, Tom Cruise, Philip Baker Hall, Philip Seymour Hoffman, Jason Robards, Alfred Molina, Melora Walters, Michael Bowen, Ricky Jay, Jeremy Blackman, Melinda Dillon, April Grace, Luis Guzmán, entre otros.
" La película sigue muy de cerca nueve tramas paralelas, el punto en común de las cuales es el lugar donde suceden: el Valle de San Fernando. Un niño prodigio, el presentador de un concurso de televisión, un ex-niño prodigio, un moribundo, su hijo perdido, la mujer y el enfermero del moribundo, historias aparentemente independientes con un extraño sentido conjunto."
El principal atractivo de esta cinta reside en su meticuloso engranaje argumental. Muy pocos directores son capaces de mantener al espectador interesado y atolondrado al mismo tiempo. Muy pocos directores se atreverían a defender embrollos semejantes con la convicción y desfachatez que caracteriza a Anderson, un realizador que no entiende de medias tintas y que pone toda la carne en el asador a las primeras de cambio.
Pese a todo, el planteamiento de Anderson no es precisamente innovador. Esta película fácilmente podría caer en la categoría de las típicas realizaciones corales con gran diversidad de personajes y varias historias paralelas que van entrelazándose poco a poco hasta dispensar cierta lógica argumental a un cuerpo narrativo inicialmente caótico.
Lo que sorprende, no obstante, es ese despegue vertiginoso por el que opta Anderson. Un montaje poco convencional y cierto desorden premeditado aturden inexorablemente al más sagaz y manifiestan la osadía de un director al que no le tiembla el pulso a la hora de arriesgar.
Porque tremendamente arriesgado resulta apostar por las casualidades o flirtear con situaciones límite y salir ileso. No en vano Anderson y 'excesivo' son dos términos indisolublemente asociados.
Afortunadamente, el incremento del componente dramático y el progresivo ajuste de la trama en la segunda mitad del filme (la búsqueda de la redención) consiguen atrapar al espectador para no soltarlo hasta uno de los finales más apoteósicos del cine contemporáneo.
Anderson se atreve en todo momento, no quiere darle al público todo masticado, intenta ofrecer algo diferente y lo consigue con escenas sorprendentes. Y por el camino no se le olvida conmover, no se le olvida que al final lleva el destino de algunos personajes a lo que decida el azar, ni tampoco que en el fondo esto es una obra sobre seres patéticos que se sienten perdidos y que necesitan a alguien a su lado para afrontar sus problemas.
La gente no se cree esas historias sobre casualidades, como la del tipo que se tira por una ventana y muere por un disparo fortuito de su madre en la caída, la historia del buzo encontrado muerto en la copa de un árbol en mitad de un bosque incendiado, o la lluvia de ranas.
Pero éstas cosas pasan, y esta película se encarga de demostrárnoslas.
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