
Director: John G. Avildsen
Duración: 119 minutos
País: Estados Unidos
Reparto: Sylvester Stallone, Talia Shire, Burt Young, Carl Weathers, Thayer David, Joe Spinell, Jimmy Gambina, George Memmoli, Bill Baldwin, Billy Sands, Don Sherman, Shirley O'Hara, Arnold Johnson, Tony Burton, Jodi Letizia, entre otros.
" Rocky Balboa es un desconocido boxeador a quien se le ofrece la posibilidad de pelear por el título mundial de los pesos pesados. Con mucha fuerza de voluntad, Rocky se preparará concienzudamente para este combate, y también para los cambios que producirá en su vida."
Rocky es un pobre diablo, perdedor irrefutable que se encuentra solo y abandonado, pero que en ningún momento trata de perder la sonrisa, vive y trabaja con humildad, no le cuesta reconocer que su empleo es poco legal, y aunque él quiere abandonar los suburbios, no puede, él es los suburbios.
Rocky todo lo olvida cuando sube al ring y noquea al adversario, cuando se pone unos guantes se siente otra persona, no es feliz, pero está cerca de serlo. El sabe que es para lo único que vale. Por eso desea pelear, necesita abstraerse y olvidarlo todo, pero como perdedor que es le quitan lo que más necesita, su taquilla, lo bajan del ring. Suerte que en esta vida todo el mundo se merece una segunda oportunidad, todo el mundo se merece cambiar su destino, o al menos intentarlo.
A Rocky se le presenta la oportunidad de demostrarse a si mismo que no es un fracasado cuando le proponen enfrentarse contra Apollo Creed por el título de los pesos pesados. Y aunque tiene miedo y sabe que está en desventaja no puede rechazarlo, si quiere cambiar su vida debe pelear.
Ahora era "The Italian Stallion", la gente lo conocía, pero a el le daba igual la gente y sus halagos, sólo pelea por él mismo. Claro está que nada de esto lo podría hacer si no tuviese a su lado a Adrian, aquella tímida dependienta de la tienda de mascotas de la que Rocky se enamora al instante, en la que Rocky encuentra su complemento, su apoyo. La hermana de su amigo Paulie, un borracho pendenciero que constantemente paga su fracaso contra ella.
Rocky entrena duro, ilusionado, el siempre sabedor de sus posibilidades no quiere ganar, sólo quiere permanecer en pie, aguantar hasta el último asalto.
Aunque al hablar de Rocky es inevitable recordar también sus secuelas, las cuales aún siendo grandes entretenimientos han empañado el valor de este portentoso drama lleno de valores y sentimientos reales. Es algo que nunca podremos saber, pero yo al menos estoy convencido de que si no hubieran existido las secuelas se habría valorado en su justa medida Rocky, a la que no se le tiene el reconocimiento que se merece porque le pesan dos cosas, una que le "quitara" el oscar a Taxi Driver y dos que sus secuelas fueran puramente comerciales y destrozaran en parte el espíritu del personaje.
Pero que nadie lo olvide, el corazón de esta película es de oro, emociona y duele porque es real, en ella no hay vencedores ni vencidos, hay oportunidades que se ganan a base de lucha, esfuerzo y humildad.
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