Director: Alexander Payne
Duración: 115 minutos
País: Estados Unidos
Elenco: George Clooney, Shailene Woodley, Amara Miller, Nick Krause, Patricia Hastie, Grace A. Cruz, Kim Gennaula, Karen Kuioka Hironaga, Carmen Kaichi, Kaui Hart Hemming, Beau Bridges, Matt Corboy, Matt Esecson, Michael Ontkean, Stanton Johnson, entre otros.
" Matt King, casado y padre de dos niñas, se ve obligado a replantearse la vida cuando su mujer sufre un terrible accidente que la deja en coma. Intenta torpemente recomponer la relación con sus problemáticas hijas, la precoz Scottie de 10 años y la rebelde Alexandra de 17, al tiempo que se enfrenta a la difícil decisión de vender las propiedades de su familia. Herederos de la realeza hawaiana y de los misioneros, los King poseen en Hawai tierras vírgenes de un valor incalculable."
Sí, ya sé que muchos dicen que les gusta o van al cine para entretenerse. Pero cuidado, porque también se puede disfrutar y emocionarse a la vez. Todo es perfectamente combinable si la película lo permite. Existen los individuos que sólo entienden la diversión a través de la sonrisa, olvidándose del gozo que suponen también el tener un nudo en la garganta, el golpe seco al estómago, la jarra de agua fría y la lágrima a punto del desborde. Peor para ellos.
En estos tiempos donde el negocio sin escrúpulos convierte en descafeinado casi todo lo que toca (incluido el cine por supuesto), hay que abrazarse al milagro de la existencia de unos pocos directores que todavía conservan intacta la capacidad de emocionarnos mientras nos restriegan en la cara lo miserables que podemos llegar a ser como individuos y como raza en general. En resumidas cuentas hay que reivindicar a Alexander Payne. Sí, el director de las colosales Sideways y Election. El mundo lo necesita para ser un poquito mejor o un poquito menos malo.
Porque no hay momento más humano y que desnude más nuestra alma, que hallar en el rostro de una persona a la que quieres de verdad, la mirada de la muerte. Cuando eso ocurre, pasado, presente y futuro dejan de tener un sentido individual para convertirse en algo colectivo que escapa a nuestro control. Porque se llega a amar la vida y a odiarla por partes iguales.
Esta película intenta explicar todo ese complejo proceso. En su interior hay ira por aquello que ya no se puede cambiar; hay perdón y expiación por los errores que hemos cometido, hay amor eterno que elimina cualquier tipo de barrera y de resentimiento. En su exterior hay vida y muerte; sonrisas y lágrimas. Cada personaje, es necesario. Y el más necesario, es sin duda Matt King. Clooney consigue con su interpretación, retratar al ser humano frente al abismo del final. Un ser humano desprovisto de egoismo o rencor y a la vez cargado de ellos. Alguien cansado de que le compadezcan y a la vez, muy necesitado de comprensión. Su personaje se engrandece por la capacidad de encontrar en cada arista suya, algo con lo que sentirse identificado.
En mi opinión Payne se ha convertido en un maestro a la hora de contar historias; en un artesano sutil que no deja un cabo suelto en su obra a ningún nivel. Pero su mensaje, como el de muchos grandes artistas, nunca es evidente. Nos lo esconde detrás de una historia aparentemente simple, con un decorado bonito, todo muy agradable a la vista y lleno de lugares comunes. Pero centrarse únicamente en ello sería como ver a Chaplin como un simple payaso que hace tonterías delante de una cámara, obviando la carga emocional que existe detrás de sus historias: simples sí, pero de una profundidad insondable.
En las obras de Payne, más que en otros directores, creo que hay que saber leer entre líneas, ver más allá de lo evidente, atravesar la piel de la película. Solo entonces aparece lo que se nos intenta comunicar y todo cobrará sentido.
El secreto de la película está en su humor inteligente debajo del drama que transmite una sensación de tranquilidad, aún en los momentos más incómodos.
No será el paraíso, sin embargo pareciera ser que siempre hay algo de esperanza para los personajes de Payne, se encuentren donde se encuentren.
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