Director: Terrence Malick
Duración: 139 minutos
País: Estados Unidos
Elenco: Brad Pitt, Sean Penn, Jessica Chastain, Hunter McCracken, Laramie Eppler, Tye Sheridan, Fiona Shaw, Jessica Fuselier, Nicolas Gonda, Will Wallace, Kelly Koonce, Bryce Boudoin, Jimmy Donaldson, Kameron Vaughn, Cole Cockburn, entre otros.
" Estados Unidos, años 50. Jack es un niño que vive con sus hermanos y sus padres. Mientras que su madre encarna el amor y la ternura, su padre representa la severidad, pues la cree necesaria para enseñarle al niño a enfrentarse a un mundo hostil. Ese proceso de formación se extiende desde la niñez hasta la edad adulta. Es entonces cuando Jack evoca los momentos trascendentes de su infancia y trata de comprender qué influencia tuvieron sobre él y hasta qué punto determinaron su vida."
Para empezar, la propuesta que Malick traía en esa ultima ocasión es para pocos paladares. El común de los mortales odia la película.
¿Y esto por qué? En mi opinión son tres los motivos. En primer lugar es una película construida sin diálogos, planteada a forma de pedazos, discontinua. Las imágenes son las que hablan. El espectador debe de hacer un enorme esfuerzo mental para entender lo que sucede. Por ejemplo, un personaje muere en Vietnam, lo sabemos porque la madre recibe un telegrama del gobierno alrededor de los años 60. Nada más.
En segundo lugar, es una cinta construida en forma de poema, no en forma especialmente narrativa. Cada imagen es una metáfora: el mar, la chispa de la vida, la espuma, el magma. Sin una formación literaria especialmente poética, el espectador medio no se enterará de nada.
El último de los motivos resulta más que evidente: sí, otros de los problemas ha sido la cuestión religiosa. Increíble o no, todo aquella larga introducción sobre el universo y la evolución resulta un problema (la evolución no está en la Biblia, recuerdo); cuestionar a Dios para un creyente es sentida como una verdadera osadía y por supuesto un pecado. Entre quienes lo entendieron y vieron en ello una ofensa religiosa y quienes se emocionaron al ver dinosaurios, no es difícil imaginar las razones por las que esta obra no es para todo el público.
Malick no se vende. Cualquiera que conozca un poco la obra del realizador podrá señalar lo que quiera: que su cine es "bonito pero vacío", que con apenas seis películas (hasta este proyecto) distanciadas en el tiempo ha aportado más a la Historia del Cine que otros de su generación, etcétera. Lo que me queda muy claro es que no cede, no se deja arrastrar por las modas, siempre hace lo que le apetece y eso hay que reconocérselo.
Afortunadamente el sexto largometraje del director (que se presume nació en Waco Texas, ciudad de la película) significa muchas cosas y todas son buenas: su estilo aún funciona, se sigue rodeando de los mejores profesionales de cada área, su capacidad para dirigir actores es superlativa y además, confirma que arriesgar, en esto del cine, o del arte en general, puede traer consigo muchas ventajas.
Esta película es un ejercicio de autor, artístico, con pretensiones. No es cine para pasar el rato, para eso existe Hollywood o sus equivalentes. Es una obra que busca atrapar al espectador que necesita, o que sepa apreciar otros puntos de vista, otras perspectivas distintas a las tradicionales. En este caso las de Terrence Malick, que divide su largometraje en dos partes y las va alternando en el tiempo, contando una historia no lineal que se enfrenta cara a cara con otros ejercicios más espirituales y menos rígidos. Alterna así una historia familia, con un padre autoritario, una madre retraída, pasiva y unos niños que van experimentando la vida, con una reconstrucción del universo que es un orgasmo para los sentidos. Lo que hallamos al final no es un trabajo intelectual, ni siquiera uno que busque atrapar al espectador, sino uno que representa las necesidades de un artista por ofrecerle al mundo lo que mejor sabe hacer.
En un primer término el espectador atiende a la experiencia de la pérdida. A continuación, el director dimensiona la pérdida de un individuo, su belleza, su magia, en el contexto de la magia del universo y de la evolución. ¿Qué la una muerte de un humano en medio de esa grandeza? parece decirnos.
Como ya lo había mencionado, en otra parte nos cuenta la historia de la familia desde la óptica de Jack. Vemos cómo progresa su relación de amor y odio frente a su autoritario padre y su demasiado talentoso hermano. Conviene explicar que la historia es recordada por el personaje de Penn en el aniversario de la muerte de su hermano. de ahí la vela que se enciende al comienzo.
Malick abre y cierra la oración por el hermano fallecido con una simple vela, ambos planos, que abarcan casi la totalidad de la película, configuran un paréntesis formal que contiene los recuerdos y sensaciones de la familia vistos, sobre todo, desde la perspectiva del mayor de los hermanos.
En esta cinta no hay respuestas. Que nadie busque en ella un libro de autoayuda, no es más que una visión personal, nada que siente cátedra, así pues, aquellos creacionistas que acusaron a la película de ser una afrenta religiosa, tienen poco trabajo. Tampoco estoy de acuerdo con los que la vieron en algún momento como un panfleto en el mismo sentido. Estamos ante una cinta que es simplemente, obra muy personal, que contiene abundantes paralelismos con la vida del propio director, y de la cual cada uno puede obtener sus propias reflexiones.
Se dice que, en el instante previo a la agonía, la vida entera pasa por los ojos moribundos, como si fuera una película. La muerte nos regala unos segundos de aparente eternidad. No me extrañaría que se proyectara, en esa última sesión, algo parecido a The Tree of Life.
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