Director: Laurent Cantet
Duración: 128 minutos
País: Francia
Reparto: François Bégaudeau, Agame Malembo-Emene, Angélica Sancio, Arthur Fogel, Boubacar Toure, Burak Özyilmaz, Carl Nanor, Cherif Bounaidja Rachedi, Dalla Doucoure, Damien Gomes, Esmeralda Ouertani, Eva Paradiso, Henriette Kasaruhanda, Juliette Demaille, Justine Wu, entre otros.
" François es un joven profesor de lengua francesa en una escuela conflictiva, situada en un barrio marginal. Sus alumnos tienen entre 14 y 15 años, y no duda en enfrentarse a ellos en estimulantes batallas verbales; pero el aprendizaje de la democracia puede implicar auténticos riesgos. Al comenzar el curso, los profesores, llenos de buenas intenciones, deseosos de dar la mejor educación a sus alumnos, se arman contra el desaliento. Pero la abismal diferencia de cultura y de actitud chocan violentamente en las aulas, que no son más que un microcosmos de la Francia contemporánea."
Esta obra es una interesante película que tomando como partida las premisas de algo cercano a un documental dramático construye un vibrante, entretenido y en muchas ocasiones emotivo análisis sobre dos temas capitales que deben abordar las sociedades occidentales contemporáneas si quieren sobrevivir a si mismas: la educación y la inmigración.
Como fortaleza principal tiene el alejamiento de esas maneras tan idealizadas y simplistas que suelen realizar la mayoría de las cintas salidas de Hollywood sobre la educación en la escuela. Aquí se respira tinta y papel, diálogos punzantes y atractivos que se te incrustan en la cabeza. Verdaderamente se logra infiltrar en el salón de un colegio cualquiera.
Me parece sumamente atractivo el relato ya que parece tratar sobre un maestro de esos que aparecen por todos lados y gracias a quienes la actividad docente en distintas partes del mundo (incluido este país, por supuesto), se ha convertido en un hecho muy problemático, complejo y tremendamente degenerado.
Es decir, la cinta narra el día a día de un profesor que toma esa actitud de "hombre justo" y al mismo tiempo simpático en el aula, de esos que presumen de ser lo más creativos, académicos y pedagogos que nadie, esos que establecen en el aula una especie de relación amistosa con los alumnos en lugar de una relación maestro-alumno, o autoridad-subordinados, de guía-guiados, de especialista que debe enseñar su asignatura a quienes asisten entre esas paredes para aprenderla. No sé por qué me suena familiar.
Pero no, cualquiera puede darse cuenta que este profesor en lugar de dedicarse a ejercer de docente en el amplio sentido de la palabra, se dedica principalmente a caerle bien a todo mundo, parecer simpático y ser considerado bueno o un amigo por sus alumnos (en esto algunos están seguros, consiste lo trascendental de la educación académica).
De tal manera, que en lugar de emplear su clase para desarrollar completamente los temas de la asignatura y los conocimientos propios de su especialidad, para lo que está contratado y se le paga, el hombre permite y se dedica a responder todo tipo de cuestiones que no vienen al caso para una clase de idiomas. Incluso algunas preguntas de tipo personal, las cuales no son el lugar ni el momento para responder, todo ello para mayor satisfacción de sus maleducados alumnos. Es obvio que este profesor siembra su propia falta de autoridad y les pone en bandeja a sus educandos las chispas con las cuales encender el fuego de la falta de respeto, la desobediencia y el desmadre. En pocas palabras, se la pasa dando cuerda para que con ella lo terminen ahorcando. Como docente está totalmente reprobado porque es el primer causante de los problemas que surgen en su clase.
Como sea, la obra destaca y resulta muy valiosa por dos cuestiones primordiales. La primera tiene que ver con lo antes mencionado, ya que pone de manifiesto algunas de las razones más ocultas de por qué en ciertos países se ha perdido el respeto a los maestros. Sí, esta es una película de lo más realista y actual que revela lo cotidiano de un aula, lo que sucede cuando un maestro, una supuesta autoridad, busca a toda costa más que instruir a los alumnos, el caerles bien para ganarse ante ellos la etiqueta de "buena gente","amigo" o cosas por el estilo. Y así les va a todos ellos.
Y la segunda es porque permite distinguir, no sé si con esas intenciones, aquella sentencia, la cual indica con plena sabiduría que "muy poca disciplina puede, a la larga ser más perjudicial que un exceso de la misma". Aquí no hay alumnos que acaben siendo redimidos, ni profesores capaces de enderezar el rumbo del alumno más inepto, sino un aviso hacia un sistema educativo que ve quebrantarse los valores que antes marcaban su esencia.
Los conocimientos, el respeto y la cultura del esfuerzo, ya pasaron de moda, ya no solo entre los adolescentes, sino en la mayor parte de la sociedad.
Como dato curioso comentar que existen algunas ocasiones en las que los muchachos miran nerviosamente a la cámara, como si les estuvieran grabando un día cualquiera en su ámbito de estudio.
En fin, en un panorama cinematográfico actual donde abundan los remakes flojos, segundas partes malas, muchos héroes y pocas ideas buenas, engendradas todas ellas en la industria de Hollywood, parece ser que el cine llega a ver un poco de luz gracias a Europa, que utilizando un marco en el espacio-tiempo muy sencillo y fácilmente reconocible por todos, lleva a cabo relatos en los cuales se retratan los aspectos de la vida y las relaciones humanas.
No hay que olvidar que educar bien es mucho más cansado y desagradable que educar mal.
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