Director: Baz Luhrmann
Duración: 127 minutos
País: Estados Unidos/ Australia
Reparto: Nicole Kidman, Ewan McGregor, John Leguizamo, Jim Broadbent, Richard Roxburgh, Garry McDonald, Jacek Koman, Matthew Whittet, Kerry Walker, Caroline O'Connor, Christine Anu, Natalie Mendoza, Lara Mulcahy, David Wenham, Kylie Minogue, entre otros.
" Ambientada en el París Bohemio de 1900. Satine, la estrella más rutilante del Moulin Rouge, encandila a toda la ciudad con sus bailes llenos de sensualidad y su enorme belleza. Atrapada entre el amor de dos hombres, un joven escritor y un duque, lucha por hacer realidad su sueño de convertirse en actriz. Pero, en un mundo el que todo vale, excepto enamorarse, nada es fácil."
Innovar no es sencillo. Más bien es terriblemente difícil. Básicamente porque a estas alturas casi todo está inventado y resulta muy complicado hacer algo nuevo. La linea que separa la obra de arte del esperpento con pretensiones artísticas es a menudo muy delgada y frecuentemente aparece difuminada.
Por supuesto, un medio como el cine ha explotado ya gran cantidad de giros y puestas en escena que han exprimido la mina de casi todos los géneros, desde el drama a la comedia, pasando por el propio cine musical.
Y quizá por eso esta película es detestada por tanta gente, porque lejos de amoldarse a los cánones cinematográficos vigentes en ese momento, se adentró en terrenos que pertenecen más al teatro, a la pintura o incluso al cómic, y los mezcla en una interesante amalgama de referencias visuales que cristalizan en un espectáculo irrepetible fruto de la mente de un autentico innovador.
He leído a lo largo de los años en los comentarios de algunos críticos de cine que es mala, insulsa y demás adjetivos por el estilo. Pero he de decir que me encuentro en total desacuerdo, ya que se trata de una película interesante, ya que a pesar de sus fallas, merece la pena apreciarla por lo menos alguna vez. En ese sentido insistiría en el aspecto de lo innovador del producto y sobre todo apreciarlo como un musical muy personal que no dejará indiferente a nadie.
Esto es lo que pasa con la mayoría de películas que se atreven a romper moldes, películas cuyos autores tienen un universo propio en el que se entra sin prejuicios de ningún tipo o resulta imposible disfrutar de ellos.
He de confesar que también hace mucho tiempo di mi voto de desaprobación a la película antes de verla. Fui injusto, lo sé. Pero yo era distinto. Ahora con el tiempo me he dado cuenta de mi error. Mejor tarde que nunca. Algunos dicen que lo peor que se puede hacer es ver fragmentos separados de una película, porque te puedes quedar con una impresión equivocada. Ese fue justo el caso.
Si en aquella época en la que esta situada la narración hubiéramos volado por encima de París, estoy seguro que habríamos logrado reparar en un diminuto punto rojo, que no era otra cosa que el famoso Moulin Rouge, lugar de encuentro de ricos y despreciables, en donde existían la lujuria y el desenfreno, en donde podías hallar toda clase de mujeres; desde flacas, gordas, feas, morenas o con los dientes putrefactos pero todas ellas con un objetivo en común: atraer y distraer a los hombres con un escote desbordante, incrustado en asfixiantes corsés, al son de la música. Sin embargo una de ellas relucía con el brillo de un diamante: Satine, una pelirroja de ojos azules, cintura de avispa y larga melena de rizos de seda, que es la ambición de todos los clientes y fruto de la envidia de sus compañeras.
Entre la algarabía, el ruidos, los colores y el sudor nace un amor prohibido, pues una cortesana jamás debe enamorarse. Christian (que es escritor) consigue hechizar a Satine con su fe ciega en el amor y los hermosos poemas que le brinda en forma de canciones, las cuales están reconstruidas a partir de pedazos de clásicos de nuestros días que dan lugar a una de las bandas sonoras más emocionantes y originales propias del género.
Una de sus fortalezas es que ambos protagonistas no son cantantes profesionales, y tiene un gran mérito enfrentarse a este musical. Si, es cierto, podrían haber elegido a quienes si lo fueran, pero tengo que decir a su favor, que no lo hacen nada mal y sus interpretaciones tanto a nivel musical, como ya he expuesto, lo mismo que a nivel interpretativo no tiene desperdicio y creo que tienen una buena conexión. Debe ser porque el lenguaje musical se escucha a otro nivel que los diálogos, las canciones pueden llegar a calar hondo en el espectador cuando Nicole e Ewan cantan la cinta alcanza picos muy altos de calidad, consiguiendo que algunas escenas sean propias de los mejores momentos del género en el cine moderno.
Cualquier crítica que se le haga a la película se queda pequeña, pues nada será parecido a la intensa experiencia audiovisual a la que te somete poder observarla.
Esto me lleva a otra de sus características destacadas: me fascina la capacidad con la que se pasa en la historia de la comedia más absurda al más profundo drama (característica que le ha valido a la obra de Luhrmann la etiqueta de película controvertida, ya que muchos salen alterados por lo extravagante de la puesta en escena, su arrebatador ritmo y alguno que otro personaje de lo más excéntrico.).
En cuanto a sus debilidades, señalaría que personalmente aborrezco el sentido del humor del director, por lo que no soporto ninguna de las escenas de la cinta en la que aparece el personaje Toulouse-Lautrec o el famoso Duke. Otros (no es mi caso) sufrirán de epilepsia y sarpullidos ante el estilo barroco de la creación de Luhrman y los espacios que capta su cámara. Yo aplaudo su sello personal, su estilo único, lejos de la inmensa cantidad de directores fríos que existen.
Es cierto que lo que nos cuenta la obra es original de manera inversamente proporcional al estilo de la cinta. La historia de amor y el destino de los protagonistas los conocemos desde la primera nota. Pero es fascinante el recorrido por el que el realizador nos lleva, por un intenso romanticismo palpable, visible y audible en cada uno de los planos.
Si bien hay que reconocer que es una obra cuyo contenido está más que trillado y manejado con un dejo de pedantería, no por ello hay que dejar de admirar la valentía y el atrevimiento de presentar una propuesta conscientemente transgresora y diferente, técnicamente perfecta, tanto en lo que a la cuestión visual y estética se refiere así como a la resolución de las diversas coreografías que aparecen en ella, junto con la novedosa forma de presentarnos canciones muy conocidas de forma diferente.
Gracias a que nos hace más ameno todo ello, se le puede disculpar que el apartado dramático y narrativo sea mas convencional y menos cuidado, y por ello bastante previsible. Pero está claro, que no se puede tener todo en la vida.
¿Es amor? Quién sabe, quizá solo sea supervivencia, pero en ocasiones nuestras emociones son más fuertes que la propia razón y nos devora rápidamente, transportándonos hacia ese lugar llamado Amor y que solemos comparar con el cielo.
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