Director: Guy Hamilton
Duración: 110 minutos
País: Reino Unido
Elenco: Sean Connery, Honor Blackman, Gert Fröbe, Shirley Eaton, Tania Mallet, Harold Sakata, Bernard Lee, Martin Benson, Cec Linder, Austin Willis, Lois Maxwell, Bill Nagy, Michael Mellinger, Peter Cranwell, Nadja Regin, entre otros.
" Mientras investiga el contrabando que está realizando un magnate del oro, James Bond descubre un extraño complot para contaminar las reservas de Fort Knox."
Tras Dr. No, que fue la obra que presentó al público el personaje creado por Ian Fleming, y From Russia with Love, en la que se desarrollaron las características de su estilo inconfundible en el marco de la Guerra Fría; a esta película, tercer título de la saga y primero que fuera dirigido por Guy Hamilton, le corresponde el honor de haber impreso todas las particularidades que convertirían a todos los proyectos de la saga, a partir de su estreno, en un género propio.
En un prólogo apasionante e irónico, en esta ocasión descubrimos a James Bond, interpretado de manera impecable por Sean Connery, lucir un elegante smoking bajo un traje de buceo para eliminar al malo en turno electrocutándolo, mientras pronuncia una de sus escuetas frases (electrizante).
Luego se nos presenta al villano megalomaníaco, sádico, codicioso y desalmado, con una misión que atenta contra la existencia o los valores de Occidente y que James Bond deberá hacerla fracasar. Ese hombre en el relato se hace llamar Auric Goldfinger o simplemente Goldfinger para sus más cercanos amigos y para los enemigos también, que es interpretado con una convicción impresionante por el actor alemán Gert Fröbe, que pretenderá contaminar Fort Knox durante siglos para aumentar así el valor de sus propias reservas de oro.
Esta cinta podría describirse como la quintaesencia, la película definitiva o tal vez sería mejor expresar que es la película de Bond por excelencia, la primera de toda la serie que sentó las bases, que estableció las necesidades de toda la saga y lo llevo a cabo con mucha seguridad y demasiado movimiento. Sería arriesgado asegurar que es una de las mejores película de Bond (aunque cuenta con un lugar especial para los fanáticos), si se puede manifestar que es sin duda una de las más exquisitas y sofisticadas, muy superior por supuesto a la denominada Era de Roger Moore y también lo es comparada con aquellas producciones que siguieron los pasos del propio Connery. Es el fundamento, la esencia Bond, por así decirlo.
Goldfinger fue la primera cinta de todo este legado emblemático que ha dejado la famosa saga a la historia del cine en presentar al personaje de Q, utilizado siempre como un personaje cómico recurrente que ayuda a calmar las tensiones. Aunque en realidad ya se había dejado ver en la segunda película de la serie, donde le fue dado el crédito del Mayor Boothroyd, y en realidad apareció poco tiempo en pantalla. De igual manera, fue la primera que verdaderamente instauró la naturaleza elegante y suave de 007, el humor sarcástico (ausente en la primera película), todos los juguetes y artilugios que usa (incluidos los autos rápidos, en este caso fue un Aston-Martin) y, posiblemente, la primera de la serie que nos entregó la famosa frase Bond, James Bond, la cual se convirtió casi en un eslogan del 007 y dejó de ser una simple línea de diálogo.
Cuando Bond se pasea con su reconocida calma hacia el balcón de la habitación del hotel, la cámara se acerca a su rostro, la canción tan representativa del 007 suena o casi ruge a través de los altavoces y el simplemente enuncia su famosa frase con descarada confianza. Ese es simplemente Bond.
Las dos predecesoras de esta producción fueron más oscuras, y la mayoría de sus escenas llenas de seriedad, lo cual estaba más en sintonía con la escritura de Fleming, cierta dulzura y sumisión de las cuales sería rescatada la saga con la tercera entrega. Y aunque Dr. No no es una estupenda película, aunque From Russia with Love es una cinta emocionante, Goldfinger es mejor que ambas. Cuenta con uno de los mejores (y más famosos) villanos de Bond que ha honrado la pantalla con sólo aparecer en ella, y al que se ha hecho alusión en innumerables producciones. Claro, estoy hablo de Goldfinger. El mismo que fue personaje en alguna historia de Austin Powers, y que según una página dedicada principalmente al séptimo arte, ha sido imitado y referenciado en más de 100 producciones. Y son pocas.
Aunque en la película no hay un relato profundo en realidad. Goldfinger planea contaminar y convertirse en el hombre más rico del mundo. Bond lo descubre y trata de poner fin a su misión. Lo que me seduce, y lo que convierte a la película en una obra tan entretenida a pesar de lo absurdo que eso último puede sonar, es esa especie de condescendencia consigo misma, esas ganas de no tomarse tan en serio las cosas. No importa no ser tan reflexivo o tan profundo o hasta tonto, porque el valor del verdadero entretenimiento es mucho mayor que cualquier defecto. Además, tiene algunas de las escenas más memorables de la historia, y podría decirse incluso que la mejor escena en la que el villano se explica que se haya filmado. ¿Espera que hable, Goldfinger? anuncia Bond, mientras observa como un rayo láser se abre paso lentamente hacia su ingle. No, señor Bond, ¡espero que se muera! dice con un ridiculo gesto en su rostro, antes de alejarse. La siguiente escena es una secuencia única en la historia de James Bond ya que el icónico personaje parece estar realmente preocupado de que esta vez el destino puede estar haciendo una apuesta mortal.
Todos los actores de la cinta realizan interpretaciones muy buenas. Sin embargo, es obvio que es Sean Connery quien realmente se lleva toda nuestra atención y respeto, porque fue Connery con su fuerte presencia en la pantalla quien proyectó a Bond a la cima en donde se mueven todas las leyendas cinematográficas.
Finalmente me gustaría expresar que existe una especie de legado muy significativo que rodea a toda la franquicia de Bond que probablemente nunca morirá. Diferentes héroes de acción van y vienen, y hoy en día se ve a Rambo de manera miserable fuera de lugar, pero Bond, en su smoking blanco y negro, con toda su frágil sofisticación, sin envejecer, porque es un héroe atemporal que se compone de todos los mejores atributos que poseen los grandes y que jamás habían sido enlazados, y aunque su estilo y su forma de vestir puedan importunar a alguno en medio de estos tiempos cambiantes, su personalidad seguirá siendo la del héroe más trascendental, y dudo mucho que todavía estemos vivos como para llegar a ver el día en que Bond sea vencido. He dicho.
Comentarios