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Citizenfour (2014)






Director: Laura Poitras

Duración: 114 minutos

País: Estados Unidos / Alemania / Reino Unido

Elenco: Edward Snowden, Glenn Greenwald, William Binney, Jacob Appelbaum, Ewen MacAskill, Jeremy Scahill, M. Margaret McKeown, Kevin Bankston, Harry Pregerson, H. Thomas Byron, Michael Daly Hawkins, Jonathan Man, Robert Tibbo, José Casado, Roberto Kaz.

" Una documentalista y un reportero viajan con destino a Hong Kong para tener la primera de muchas reuniones con Edward Snowden."



Bien, les saludo nuevamente desde la oscuridad. Esta vez el tema se centrará en un tipo llamado Edward Snowden. Es casi seguro que hayas escuchado ese nombre en algún momento y que incluso hasta conozcas un poco de la historia que hay detrás de tan polémico personaje: ¿héroe del pueblo o enemigo del estado? ¿se trata del último y verdadero patriota estadounidense o en realidad era un doble espía que trabajaba para los rusos? ¿protegido como un soplón o culpable de traición? Lo más probable es que todas aquellas interrogantes hayan sido respondidas hace mucho tiempo por ti y, que ya hayas decidido cómo ver en realidad al joven Ed (por lo que sé, esa es la manera en la que mas le agrada que lo llamen).

Pero bueno, nunca está de más repasar un poco los hechos. Te cuento: en enero de 2013, Snowden contactó a la documentalista Laura Poitras a través de un correo electrónico enviado de manera anónima titulado simplemente Citizenfour. Para el mes de junio, los dos se estaban reuniendo en un hotel de Hong Kong junto con el periodista Glenn Greenwald. Lo que siguió a dichas reuniones fue la creación de esta obra, que resulta ser una mirada fascinante a la grabación de material verídico de Greenwald entrevistando a Snowden. Sí, aquí tenemos la oportunidad de conocer a Ed Snowden antes de la tormenta que significaron sus actos al volverse una noticia mundial y aparecer en todos los medios. Aquí podemos observar a Ed Snowden proclamando de manera continua que él no es la historia, y como decide confiar en el periodista para determinar qué documentos son aptos para darlos a conocer al público. Y de igual manera lo vemos expresando su preocupación por poner en peligro la seguridad nacional de su país y, al mismo tiempo, mostrarse inflexible al exponer el inmenso y prolongado rastreo gubernamental de los movimientos digitales por parte de millones de personas sin vínculos conocidos con el terrorismo.
Ahora bien, la línea de tiempo en que sucedieron los hechos es de conocimiento público, por lo que el núcleo de la película es realmente una mirada íntima al hombre que, estando plenamente consciente de las posibles consecuencias futuras a los temerarios actos que estaba efectuando, resolvió volver a cubrir con las debidas cortinas opacas las acciones de la NSA que en su opinión consideraba inapropiadas.
En ese sentido, la señora Poitras estructura la cinta como si de un thriller se tratara, y por ello sin duda causa una genuina tensión en cada espectador que tenga la ocasión de mirarla. Y es que, en mi opinión no se puede evitar ponerse en los zapatos de Snowden. ¿O quien en su situación podría asegurar que no sentiría la necesidad de hacer públicas todas aquellas pruebas de lo que realmente ocurría? Y luego vendrían otros problemas ¿A quién se lo dirías? ¿Cómo se lo dirías? Y yendo más lejos ¿estarías dispuesto a revelar tu nombre, sabiendo que podría poner en peligro a todas aquellas personas a las que amas? ¿estarías preparado para ver al presidente de tu país señalar públicamente que eres un anti patriota y un peligro para la nación?
Claro, estas preguntas son imposibles de responder (porque afortunadamente ninguno de nosotros estaremos atravesando por una situación tan compleja), pero le brindan más peso a las escenas donde Snowden se dispone a contestar las preguntas de Greenwald, mientras la señora Poitras trabaja arduamente con la cámara.
Uno de los puntos más interesantes de la película es aquello que tiene que ver con lo que alguna vez llamamos libertades y las libertades individuales en particular, que en estos tiempos se ha dado por designar como privacidad. En otras palabras, hemos llegado como seres humanos a dar por sentado que nuestra privacidad debe ser respetada de manera inexorable, y por ello, ciertamente no podríamos mirar con buenos ojos que nuestro gobierno investigara nuestros correos electrónicos, historiales de búsqueda, mensajes de texto y llamadas telefónicas. Sin embargo, ante esta cuestión, la interrogante surge inmediatamente: ¿Entonces como equilibrar el derecho individual a la privacidad con la necesidad del gobierno de recopilar información de inteligencia en nombre de la seguridad nacional? Esa es la pregunta clave en todo esto, y es una que lamentablemente sigue sin tener una respuesta clara. De hecho, a mi entender quienes suelen acusar a Snowden de traidor, son quienes precisamente consideran que la decisión del gobierno estadounidense de husmear en la vida de las personas sin su consentimiento estaba totalmente justificada en nombre de la defensa y la tranquilidad nacional; esto es: tu privacidad nos importa poco, solo queremos que no se vuelva a repetir un 9/11. 
Claro, eso es lo que al estado del vecino del norte le conviene afirmar, cuando hemos visto desde que se dio a conocer toda esa clandestina operación que todos aquellos datos que se van reuniendo en aquel país (no sabemos aun lo que ocurre realmente en esta bella y surrealista nación con ese asunto) son usados con otros fines, pero eso es otro tema.
Por otra parte, muy independiente de la opinión que se pueda tener acerca de Snowden y sus acciones, la cinta lo presenta como un idealista que cree que está haciendo lo correcto. La mayor parte de esto ocurre antes de que tuviera que experimentar el temporal de ataques que tuvo que sufrir por parte de los medios, aunque se alcanzan a percibir las supuestas imprevisibles consecuencias que iban a venir después del plan que había elaborado. Entonces, una vez que Snowden se oculta, nos encontramos con Greenwald quien se convierte en el rostro y la voz de la causa. Y hay que aceptarlo, se trata de un periodista talentoso y un orador excepcional, y además no retrocede ante la reacción de los acusados.
En conclusión, la cinta nos permite tomar nota de los ataques personales lanzados contra Snowden como un intento por desacreditar la documentación que guardaba para sustentar sus afirmaciones. Es decir, se intentaba provocar que la historia de Ed lograra distraer a los medios y al publico en general del verdadero problema.
Finalmente, se trata de una creación fascinante que seguramente hará sentir incómodo a más de uno y provocará una seria reevaluación de la cadena de eventos en todo este trascendental suceso. Y con ello, tal vez vez puedas cambiar de opinión o tal vez no, aunque seguramente comprenderás mejor el lado humano de aquel hombre joven despeinado de los lentes diminutos.

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