Director: Emilio Martínez Lázaro
Duración: 98 minutos
País: España/ País Vasco
Elenco: Clara Lago, Dani Rovira, Carmen Machi, Karra Elejalde, Alberto López, Alfonso Sánchez, Aitor Mazo, Abel Mora, Aitziber Garmendia, Miriam Cabeza, Iñaki Beraetxe, Egoitz Lasa, Lander Otaola, Mikel Roman, Santi Ugalde y algunos más.
" Rafael, un sevillano que nunca ha salido de Andalucía, decide abandonar su tierra natal para seguir a Amaia, una chica vasca muy distinta a todas las otras mujeres a las que ha conocido."
Desde que los hermanos Lumiere descubrieron la capacidad del proyector para provocar las carcajadas en los espectadores, la comedia cinematográfica se convirtió en el género más popular del desconocido invento, con una partida de nacimiento que brota de su cinta El Regador Regado, y marca el desarrollo del séptimo arte con tal fuerza, que hoy casi todos los nombres que podemos recordar del período de cine mudo corresponden a genios de la comicidad.
El espíritu de la comedia sigue intacto aun en nuestros días, a pesar de la enorme dificultad que implica acceder a las emociones asociadas a la risa de los espectadores, que precisamente desean apartar durante un rato los problemas cotidianos con la mejor medicina que existe en este mundo: la risa.
Vi esta película dirigida por el experimentado director Emilio Martínez Lázaro que narra la historia de amor entre un andaluz de pura cepa y una vasca, la que termina enredandose por las diferencias culturales entre ambos pueblos. Entonces, la película es una comedia de principio a final.
Obviamente, esto impone un fuerte límite al público: quien no tenga un mediano conocimiento de los asuntos de los pueblos españoles (como por ejemplo los acentos) no podrá captar mucho de los elementos cómicos que la cinta propone.
Ahora bien, la comedia de la que hace uso la cinta termina exigiendo que la moderación y la fidelidad a la realidad sucumbieran. Por ejemplo, la lengua vasca es apenas un factor accidental en el enredo este, como si los vascos entre sí hablaran en español. Pero bueno, al minimizar el tema de la lengua vasca, se permite llegar a una mayor audiencia. En lo personal, hubiera preferido que la lengua referida hubiera tenido la fuerza que atesora en la realidad y hacer uso de subtítulos para que los espectadores pudieramos seguir la trama.
En ese sentido, los diálogos igualmente sacrifican la coherencia y la veracidad con tal de hacer reír, y eso está bien si el espectador tiene claro ante qué tipo de obra está. Del mismo modo, el ritmo de la cinta no es parejo: hay momentos en que se deleita alcanzando un ascenso vertiginoso (especialmente al inicio, por mencionar alguna parte en específico) y otras veces donde suele caer en toda clase de clichés (como sucede al final).
Concluyendo, creo que me provocó alguna risas, pero nada más.
Rescato los aspectos del sonido y la fotografía, los cuales dan cuenta del avance técnico en la industria cinematográfica española. Por último, ver que el tema del terrorismo y de los regionalismo exacerbados sean utilizados como objeto de bromas, puede ser un buen síntoma de la cultura política de aquel país. ¿O sería descabellado pensar que mediante el humor (y el amor, si seguimos la propuesta del guión) se puede dejar sin armas a los radicales?
Entonces, dadas las circunstancias la película si bien no marcó el rumbo de la comedia española, resultó agradable y por lo tanto, se deja ver.
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