Director: Peter Farrelly
Duración: 130 minutos
País: Estados Unidos
Elenco: Viggo Mortensen, Mahershala Ali, Linda Cardellini, Sebastian Maniscalco, Dimiter D. Marinov, Mike Hatton, P.J. Byrne, Joe Cortese, Maggie Nixon, Von Lewis, Jon Sortland, Don Stark, Anthony Mangano, Paul Sloan, Quinn Duffy, entre otros.
" Un guardaespaldas italoamericano de la clase trabajadora, se convierte en el conductor de un afroamericano que resulta ser un pianista clásico, que requiere de sus asistencia para una gira que ocurrirá en distintos lugares en el sur estadounidense en la década de los sesenta."
Sin duda, el mejor trabajo en la carrera de Peter Farrelly si con ello nos referimos a un proyecto suyo en solitario, después de compartir la silla de director con su hermano durante más de un par de décadas. Y un sólido recordatorio de que Viggo Mortensen jamás ha ganado un Oscar. De igual manera, me gustaría recalcar el hecho de que algunas personas suelen asegurar que se trata de una película de esas que bautizan como cintas para sentirse bien. No lo sé, en ella alcanzo a apreciar algunos matices de oscuridad, así como algunos otros elementos que me parecen irritantes.
Como sea, dejando de lado la intensidad y la profundidad de los temas que trata, esta película es de manera sorprendente, muy agradable para ver. En parte, gracias a la química electrizante que existe entre el grandioso Mahershala Ali y Viggo Mortensen, cuyas actuaciones igualmente fenomenales, demuestran que son dos de los actores más talentosos que existen en la actualidad.
Desde luego, esto sucede en gran medida, gracias a la ingeniosa dirección de Farrelly. En esta oportunidad, no solo ha demostrado una gran madurez como realizador, sino que también comprendió a la perfección de que manera se debe combinar su peculiar sentido del humor en una historia esencialmente dramática; y con ello conseguir tanto un tono más formal, como un acercamiento más serio al tema que desea tocar. Por supuesto, el filme simplemente se trata de racismo.
A mi parecer, y a riesgo de volverme demasiado aventurado garantizaría que si mantiene este estilo refrescante de hacer cine y colabora con algunos guionistas de calidad, como los escritores de esta película, apostaría sin dudar a que será uno de los directores más populares en los próximos años. Y que quede claro, dije populares, lo cual puede significar una variedad de cosas.
Su gran cierto fue la forma en que maneja a sus intérpretes en las distintas secuencias, o la manera en que filma aquellas con una tendencia cómica cuando se presenta la oportunidad, que realmente se salen fuera de lo común en esta clase de obras.
Por otro lado, el ritmo del filme que podría denominar como pausado, en el cual fue realizado de forma deliberada, no podría haber sido otra cosa más que el desafío más grande con el que pudo enfrentarse el realizador, dado que había que mantener un tono particular y encontrar el equilibrio para su creación. Pero, además de su evidente capacidad para lograrlo, el guión, que también coescribió, ofrece un mensaje sincero a través de sus diálogos inteligentes y genuinos, aderezados con unos personajes encantadores y muy bien construidos, lo que generaron que la tarea resultara ser más sencilla.
Sin embargo, por un momento dejemos de lado las asombrosas interpretaciones de todo el elenco así como del par de protagonistas, para centrarnos en el propio guión, el cual después de observar de manera más detallada provocó que bajara un poco mi apreciación sobre esta película.
Trataré de explicarlo resumido en algunos puntos.
Primero, en el comienzo de la historia ocurre un incidente con el personaje de Mortensen en acción, que termina por no agregar nada a la narrativa. Dicho incidente, obviamente trae consigo algunas consecuencias, y deciden emplear algún tiempo en mostrarnos cuales fueron estas. Después de que todo aquello concluye, dicha acción, junto con sus consecuencias, no es más que alguna clase de artimaña de ocasión para que los espectadores fabriquen y posteriormente emitan un juicio equivocado sobre dicho personaje. El cual evidentemente se transformará para cuando todo el espectáculo haya terminado.
En segundo lugar, se produce un cambio radical en la forma de pensar del mencionado personaje que, por más comprensible que pudiera parecer después de todas las peripecias a las que hacen frente y la convivencia entre ambos hombres, que me sigue resultando difícil de aceptar. Desde luego, esto está conectado con el punto anterior: si no se daba esa increíble evolución, era casi imposible empatizar con el vulgar matón.
En tercer lugar, y la más importante de todas ellas, es el patrón incoherente pero proporcionado de la narración. Es decir, la trama sigue avanzando de una manera muy poco realista, ocasionando con ello que cada fase de la misma se vuelva muy predecible. Por supuesto, tampoco me parece tan arriesgado ni novedoso asegurar que un filme que expone temas bastante familiares o incluso hasta trillados como los que toca, puede sufrir fácilmente de tal problema.
Dicho todo lo anterior, esta debe ser sin duda una de las películas del año pasado con la que más he disfrutado al verla. Peter Farrelly logró casi de modo milagroso construir una cinta que aborda temas tan delicados, en una adorable brisa que alegra a la multitud. Veremos como le va en los distinguidos Premios de la Academia.
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