Director: Joon-ho Bong
Duración: 120 minutos
País: Corea del Sur
Elenco: Kang-ho Song, Hee-Bong Byun, Hae-il Park, Doona Bae, Ko Asung, Dal-su Oh, Jae-eung Lee, Dong-ho Lee, Je-mun Yun, David Anselmo, Martin Lord Cayce, Cristen Cho, Philip Hersh, Paul Lazar, Brian Lee y otros más.
" Un extraño monstruo emerge del río Han en Seúl, centrando su atención en atacar a todos los habitantes del lugar. La amorosa familia de una niña que transforma en una de sus víctimas, hace todo lo posible para rescatarla de sus garras y traerla de vuelta a casa."
En primer lugar, recomiendo que si se acerca a esta película, y atiende mi consejo lo haga en una versión subtitulada. Claro, como deben verse todos filmes: en su idioma original.
Dicho lo anterior, subrayaría que se trata de un filme muy atrayente por diversas razones, pero para expresar de forma más simple por qué a una gran cantidad de gente le agrada tanto como a mí diría que es única. Realmente no hay otra película como esta, lo cual la convierte en una obra muy entretenida y distinta a lo que suele verse en la mayoría de las llamadas películas de monstruos.
Uno de los elementos más interesantes de ella es que puede contar con momentos cómicos, sin dejar de lado la atmósfera de seriedad presente en cada una de sus escenas. Es decir, es una cinta realmente divertida (hubo muchos momentos en los que solté alguna carcajada), lo cual resulta inesperado, ya que en general la narrativa se mantiene en todo momento con un sentido de realidad muy considerable.
Para mi sorpresa la historia que nos cuenta comienza de forma lenta, constante y fascinante. Todo ello se va construyendo de manera repentina y poco a poco se nos sumerge en el hecho haciendo uso de todos los recursos cinematográficos de modo magistral. Por ejemplo algo que genera mucho impacto en el inicio es que la criatura no está oculta cuando ataca por primera vez, no sale de la nada. Es más, casi se nos presenta con una actitud despreocupada y dócil, ante lo cual compartimos la perspectiva del primer grupo de personas que la observa y que no pueden creer lo que están por experimentar. Sin embargo, más allá de que la criatura termina atacando a los habitantes y matando a algunos de ellos, el caos que provoca directamente no es el foco del filme. Más bien, se enfoca en el viaje de una peculiar familia por tratar de hallar a la criatura mutante y rescatar a la más pequeña de sus integrantes, quien sigue viva después de ser raptada y se ubica en un improvisado pozo que el monstruo usa para abandonar a sus víctimas en una abertura del alcantarillado.
De tal manera que conforme avanzan los minutos, llegamos a conocer a la familia a profundidad gracias a las historias a las que van haciendo referencia, y que me parecen mucho más atractivas y originales que cualquier otra producción parecida del género. En otras palabras, existe al interior de ese grupo de personas una gran cantidad de conflictos internos y distintos problemas que realmente siguen ocurriendo, y nada de lo que esperamos como espectador promedio occidental podría denominarse simplemente como esperado o inesperado. Solo es lo que es, y nada más. Por lo cual, aseguraría que ese componente tan primordial con el que cuenta esta obra es un elemento que a muchos directores de cualquier nacionalidad les cuesta mucho trabajo no solo descubrir, sino desarrollar.
Con esto quiero decir esta es una película de monstruos, una película que va sobre desastres y, sin embargo, cuando la criatura se lleva a una niña en los primeros quince minutos, lo siguiente que vemos es a su familia llorando en una secuencia muy detallada, aprovechada, melodramática, en la que se tiran por el piso gritando, moviéndose, creando un extraño organismo formado de cuerpos que se retuercen de una manera tal, que en realidad lo único que puede producir en el espectador son unas enormes ganas de reír. Esto es, la mayoría de las producciones de este tipo, con mucha dificultad podrían obtener un aumento en el interés de un observador promedio al ignorar el peligro que está experimentando un niño pequeño, y este filme no solo lo consigue, sino que además mantiene completamente el tono aquel que poseen los relatos que tienen a un monstruo surgido del agua como protagonista.
Ahora bien, otro elemento de la historia que destaco y al que probablemente no se le haya dado mucha trascendencia, es la caracterización muy sutil en apariencia de todo lo que involucra a los estadounidenses. Justo en el arranque, tenemos la oportunidad de conocer el incidente que desata todo el extraño suceso. En el un químico de aquel país con actitud condescendiente y de mente cerrada que trabaja en Corea, ordena a su asistente coreano, haciendo caso omiso de las reglas y el razonamiento del colaborador, que descargue por el desagüe docenas y mas docenas de botellas sobrantes y llenas de polvo de formaldehído que en su ignorancia no sabe irán a desembocar al enorme río Han. Y de ahí, de su negligencia nacerá la criatura. Por supuesto, hay varios ejemplos más, cada vez más descarados a lo largo de la cinta.
De hecho, por lo que he investigado algún periódico de Estados Unidos se enojó por esta forma de representar a sus compatriotas, ya que es un diario bastante conservador y sesgado, y me parece difícil de concebir que a pesar de su molestia, le brindara una crítica positiva al filme. Otra vez para mi sorpresa, tenían razón, lo cual encuentro entrañable, especialmente si se toma en cuenta el momento en el que apareció, el momento de la ira estrepitosa que disfrutaba esa administración contra todo el mundo.
Como sea, esto tampoco pretende volver en héroes a los coreanos. Estamos hablando de un país en el que algunas personas matan y abusan de los animales de manera indiscriminada, en donde no hay leyes contra el abuso y la muerte auténtica de animales en el cine y en la televisión, un lugar en donde se les percibe como nada más que objetos; así que resulta un poco chocante que ese país en particular haga películas en donde atacan a otras naciones por contaminar las aguas.
Como la mayoría de las películas coreanas, goza de una fotografía fantástica. Es un verdadero deleite para los ojos como algunas otras cintas de ese país que he visto, pero los efectos especiales son, a pesar de lo impactantes, notablemente irreales. Veamos, Godzilla había sido lanzada en 1998, ocho años después, con todo el avance que se había alcanzado, debería existir alguna forma de hacer que las criaturas fuesen más realistas.
En general, se trata de una creación bastante entretenida. Es posible que haya cambiado completamente de tono a lo largo de mi reseña, pero estoy consciente de que se trata solo de mis manías personales las que me llevan a considerar algunos de sus defectos y que le restan algunos puntos a mi parecer. No importa, seguirá siendo muy agradable y recomendable.
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