Director: Martin Scorsese
Duración: 209 minutos
País: Estados Unidos
Elenco: Robert De Niro, Al Pacino, Joe Pesci, Harvey Keitel, Ray Romano, Bobby Cannavale, Anna Paquin, Stephen Graham, Stephanie Kurtzuba, Jack Huston, Kathrine Narducci, Jesse Plemons, Domenick Lombardozzi, Paul Herman, Gary Basaraba, entre otros.
" Un asesino a sueldo de la mafia que se halla en sus últimos días, recuerda su posible participación en el asesinato del sindicalista Jimmy Hoffa."
Es simple, esta debe ser una de las películas más importantes y esperadas de este año que está a punto de concluir, y todo el concepto daba la impresión de ser demasiado perfecto para ser cierto cuando originalmente se anunció el proyecto. Es decir, no solo iba a ser dirigido por Martin Scorsese, uno de los mejores cineastas de todos los tiempos, sino que el realizador había decidido para su creación reunir a las leyendas de la pantalla Robert De Niro, Al Pacino y Joe Pesci en una cinta que sonaba casi como un sueño para los fanáticos de las obras que giran alrededor del tema de la mafia y el propio género del crimen.
En esta nueva oportunidad, me parece que Scorsese ha conseguido brillar una vez más (aunque con algún tropiezo de por medio) y ha creado una película que en algún modo, eleva los sentidos. Ahora bien, aunque muchos le han agarrado cierta tirria por sus comentarios sobre las producciones de Marvel de las cuales obviamente no es fanático (los cuales comparto), no se puede negar que en la pantalla se está presenciando el trabajo de un maestro. De tal manera que, cabría esperar que esta obra sea una de las principales candidatas para numerosos premios en los días que están por venir.
Pero veamos, este último trabajo de Scorsese es comparado prácticamente de manera automática con sus anteriores entregas de tipo criminal como Goodfellas, The Departed y Casino; sin embargo con este filme el director ha realizado una labor única en la creación de una imagen y un ritmo muy distintos a todo lo que había hecho con anterioridad, sin dejar de incorporar pequeños detalles de su estilo artístico tan característico que lo han llevado a ser aclamado internacionalmente en las casi cinco décadas que ha permanecido en el oficio del cine. Por ejemplo, hace uso de cautivadoras tomas de seguimiento a las que el cineasta es propenso, con el objetivo de que el espectador se vea obligado a participar con el entorno y experimentar el peculiar ambiente en el que se desarrolla la historia y la procedencia de cada de los personajes, así como espectaculares secuencias en las que se sirve de la cámara lenta que nos permite acercarnos a los detalles más íntimos y la profundidad de ciertas situaciones.
Por lo tanto, lo que distingue a esta película no solo del trabajo anterior de Scorsese en el llamado género del crimen, sino de la gran mayoría de producciones que tienen como tema principal la mafia es el estilo que resolvió abordar para relatar esta historia basada en hechos reales. Esto es, mientras que las citadas Goodfellas, The Departed y The Wolf of Wall Street gozaban de una emoción constante y una intensidad fascinante, esta cinta sigue un enfoque más sutil y matizado y es más un estudio de personajes que examina temas más cruciales en lo que respecta a la propia condición humana. A causa de ello, en lugar de que cada escena rebose por las cuatro esquinas elementos de tensión, vehemencia o conflicto, la narrativa se toma su tiempo y se esfuerza por dejar que la correspondiente audiencia comprenda todo aquello que hay que saber y conocer sobre los personajes, permitiendo con ello el ser capaces de estudiar sus rostros e introducirnos en sus mentes, para que con ello eventualmente casi sea posible predecir todo lo que van a expresar aún antes de que abran la boca.
El argumento surge de la adaptación de un libro basado en hechos reales llamado I Heard You Paint Houses (Escuché que pintas casas, una frase que proviene de una charla telefónica entre Hoffa y Sheeran que alude al quehacer de un sicario y las paredes manchadas de sangre) escrito por Charles Brandt, el filme narra la vida de Frank Sheeran (De Niro), un camionero y veterano de la Segunda Guerra Mundial que termina trabajando como matón para el jefe de la mafia de Filadelfia Russell "Russ" Bufalino (Joe Pesci).
Por consiguiente, Bufalino y Sheeran construyen una relación de cercanía y se respetan mutuamente, dicha relación entre ambos es precisamente uno de los elementos más intrigantes de la historia. En lo que respecta al personaje de Sheeran (quien es el irlandés que le da su título a la cinta) es un tipo que se gana la vida eliminando a quien se le pida sin hacer ninguna pregunta, por lo que su estilo de vida se vuelve casi el de un autómata, a medida que gradualmente se va alejando emocionalmente de la vida de sus cuatro hijas.
Pronto Sheeran se ve siguiendo ordenes del famoso líder sindical Jimmy Hoffa (Al Pacino) realizando las labores de guardaespaldas, al que termina conociendo debido a los lazos financieros de Hoffa con la familia criminal Bufalino. En realidad, Sheeran es conocido únicamente por ser el presunto hombre que acabó con la vida de Hoffa después de la confesión que dio lugar al libro, ya que hasta el día de hoy nadie sabe realmente que fue lo que causó la desaparición del jefe del sindicato en 1975. En ese sentido, la cinta explora extensamente la relación entre ambos empleando para ello una gran cantidad de minutos y, sin afán de estropear nada, examina la eventual desaparición y las repercusiones de la conexión que había entre ellos.
Un aspecto que destaca en la narración es que la historia profundiza en la rica historia de Hoffa y su célebre enemistad con la familia Kennedy. Además, se examinan todos aquellos actos secretos de corrupción que tanto políticos como mafiosos organizaron para dar forma a una política vital en los Estados Unidos. Y en ello podemos observar la influyente carrera en ese ámbito de Hoffa, la tensión que había con el presidente Kennedy y su hermano menor, el Fiscal General, y la constante búsqueda de poder de ese hombre a través del punto de vista de Sheeran, lo que provoca que la cinta sobresalga en ese punto de la ficción.
Mientras que Hoffa sin duda está comprometido con los trabajadores y el sindicato que preside, el poder es la motivación subyacente para sus actos a lo largo de los minutos. Por otro lado, el irlandés Sheeran no parece contar con ninguna a lo largo del relato, o más bien no existe alguna más allá de ganarse y hacer el trabajo sucio para los patrones. De ninguna manera se halla en busca de poder o de riqueza y por momentos casi da la impresión de no atesorar maldad en su corazón, incluso su estilo de vida nunca cambia a pesar de su creciente estatus en la familia del crimen Bufalino.
Como se afirmó arriba, Scorsese ha creado una película de crimen en un nivel completamente nuevo. Si bien en grandes porciones del metraje se torna muy lenta y podrían haberse cortado por lo menos unos treinta y cinco minutos de su tiempo de duración que es de tres horas y media, toda la experiencia la resumiría como estar al frente de un relato sobre el crimen épico, sorprendente y probablemente se transforme en un nuevo clásico estadounidense. Es una de esas epoyeyas que Hollywood solía entregar, concebida por algunos de los iconos más talentosos de la industria del entretenimiento y los resultados lo confirman.
A mi juicio, Goodfellas siempre será la mejor película de Scorsese, y puedo pensar en al menos tres del resto de sus creaciones que personalmente he disfrutado más que esta última entrega. Sin embargo, el veterano director ha elaborado su proyecto más ambicioso hasta el momento y entrega una obra cercana a sus raíces en la construcción de cintas acerca del crimen, lo que pone de manifiesto sus habilidades cinematográficas de manera vívida. Bueno, a estas alturas, dudo que Scorsese tenga la necesidad de demostrarle al mundo sus capacidades, sus talentos y su gran amor por este noble y bello arte. En otras palabras, la sabiduría y los años de experiencia que tiene como director se ejemplifican en cada cuadro y secuencia, y por ende no existe ningún momento que no pueda considerarse como atrayente incluso en aquellos minutos cuando la propia película se va quedando atrás en su narrativa. Cada personaje en la pantalla tiene un propósito y el guionista Steven Zaillian (ganador del premio de la academia por la Lista de Schindler) se asegura de que conozcamos a todos los involucrados en la historia. Además, la editora frecuente de Scorsese, Thelma Schoonmaker, una vez más ha conjuntado una cinta que representa visualmente esta historia de una manera convincente: el filme casi fluye de manera formidable entre cada cuadro.
Como es bien sabido, en pantalla De Niro, Pacino y Pesci poseen una de las mejores químicas entre actores que haya existido en la historia del cine. Cada actor articula sus diálogos de forma natural, casi como si jamás hubieran leído el guión y supieran de forma instintiva que hay que decir.
En el caso de De Niro ofrece una de sus mejores actuaciones en años, una interpretación reflejada en sus variadas expresiones faciales que nos invitan a acercarnos a los pensamientos y sentimientos del actor. Hacia el final, De Niro muestra su vulnerabilidad y su talento de manera dolorosa como nunca antes se había visto, el icónico tipo duro personificando a un alma rota a la que no le queda nada más para dar.
Sobre Pacino, solo cabe decir que le regalaron un dulce al darle el papel de Jimmy Hoffa, dado que tiene la oportunidad de brindar otro de sus famosos arrebatos en pantalla y cierta clase de líneas que solo el es capaz de expresar. El toque parlanchín de su personaje y su obstinada personalidad le dan al actor del Padrino la oportunidad de divertirse y brillar como el actor que muchos conocemos y respetamos.
Aunque, si bien es cierto que De Niro y Pacino llevan a cabo trabajos destacados, es Joe Pesci, quien tuvo que salir del retiro para hacer la película, quien ofrece la actuación más memorable. Por lo general, el asesino de sangre fría y desalmado, más notablemente personificando a Tommy DeVito en Goodfellas, Pesci entrega un ciento ochenta de su trabajo anterior. Su interpretación como Russell Bufalino es más sosegada, su personaje es un sabio hombre de negocios que muestra signos de humanidad a lo largo de la película. Es por ello que el trabajo de Pesci en esta cinta ha sorprendido a muchos, ya que no todos estarán acostumbrados a verlo como un sujeto intelectual de voz suave y tranquila que usa su mente peligrosa de modo estratégico en lugar de hacerlo impulsivamente.
Por otro lado, gran parte de la discusión sobre el filme gira alrededor de su alto costo (algo así como 160 millones) y cómo Netflix eligió producirlo después de que ningún otro estudio decidiera tomarlo debido al presupuesto, así como a los efectos por computadora empleados para el envejecimiento utilizados en De Niro al interpretar a Sheeran en sus cuarentas.
Es cierto que dichos efectos son ineficaces y poco creíbles. Tanto que puede notarse a simple vista la verdadera edad del actor y simplemente no funciona lo suficientemente bien. No obstante, me parece que eso no viene al caso. No se necesita de la tecnología para obtener lo que Scorsese está tratando de expresar con su obra. A través de la dirección artística con la que cuenta y las actuaciones oportunas de sus actores, nos sumergimos en una historia sobre el arrepentimiento y las decisiones que tomamos en el pasado que impactan en nuestras vidas en el presente. Y por qué no, también de la decadencia y el deterioro que llegan para quedarse de manera inevitable con la vejez.
Como suele ser recurrente en su filmografía, Scorsese invoca una ambigüedad moral constante que nos motiva a empatizar con cada personaje a pesar de sus acciones ilegales e inmorales. Por más que no esté tan acertado como en sus creaciones anteriores y tal vez no sea lo suficientemente entretenida como para merecer un metraje tan extendido, Scorsese ha creado lo que podría ser la última gran película de la mafia.
Es más, habrá quien considere que puede ser una película que se experimenta mejor por fragmentos (desde la plataforma sentado en la sala de casa) en lugar de un solo visionado en una sala de cine, pero más allá de estas opiniones hay que señalar que sobresale en términos de producción debido a su conveniente dirección y una exuberante crónica del crimen como argumento.
En fin, probablemente una de las mejores cintas del año y una visionaria epopeya de la que se hablará durante años. O eso espero.
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