Directores: Ron Clements , John Musker
Duración: 90 minutos
País: Estados Unidos
Elenco (voces) : Scott Weinger, Robin Williams, Linda Larkin, Jonathan Freeman, Frank Welker, Gilbert Gottfried, Douglas Seale, Charlie Adler, Jack Angel, Corey Burton, Philip L. Clarke, Jim Cummings, Jennifer Darling, Debi Derryberry, Bruce Gooch, entre otros.
" Un ladronzuelo de buen corazón que habita en las calles y un Gran Visir hambriento de poder, compiten por obtener una lámpara mágica que tiene el poder de hacer realidad sus más profundos deseos."
Luego de que La bella y la bestia recibiera una nominación al Oscar a la mejor película, el atractivo y la magia de Disney se encontraban justo en su apogeo, por lo que el estudio se hallaba ansioso por construir y entregar una nueva obra que continuara con dicha aclamación generalizada, tanto del público como de la exigente crítica.
Esta creación, fue la película adecuada para alcanzar dicha ambición, y además obligo a que el célebre estudio adoptara un enfoque muy diferente para contar sus acostumbradas historias melosas, pero sin olvidar todos aquellos elementos que habían conseguido que sus cintas anteriores fueran tan exitosas. Para ello, resolvieron tomar una historia tradicional (tal vez hasta anticuada), aderezada de cierta solidez y le brindaron un toque que generó una sensación de contar con un mayor grado de modernidad, haciendo uso para alcanzarlo de una abundante cantidad de humor. Descrito de este modo, cualquiera pensaría que ambos componentes chocarían de forma irremediable; sin embargo, la citada combinación funciona de manera conveniente y le confiere a la cinta un atributo único.
Dicho de otra manera y a forma de resumen: concebir este filme se trató del acto de un verdadero equilibrista, y por ende no estoy seguro de que muchas otras creaciones de Disney podrían haberlo sacado adelante, pero en este caso, esta cinta es una de esas rarezas en las que casi todo lo que se intentó terminó por funcionar, sin importar cuán arriesgada o imprudente fuese la pretensión.
El argumento del filme se centra en el ladronzuelo callejero Aladdin y la princesa Jasmine, ambos seres comparten el hecho de que están hartos de sus vidas y desean algo más en ellas, algo que modifique sus caminos que parecen estar perfectamente trazados. Después de un acercamiento casual con la princesa, Aladdin se ve obligado por el villano del relato, el ministro Jafar, a encontrar una lampara para él, solo para que cuando la tenga en sus manos pueda desatar al genio que vive en su interior, el cual le brindará tres deseos, que usará para tratar de ganarse a la hermosa Jasmine.
En esencia, es una historia que va sobre dos personas que desean cosas diferentes y se conectan debido a tan peculiar asunto, una anécdota que es sazonada con altas dosis de comedia y muchos obstáculos que van apareciendo en su camino. Por supuesto, el argumento no es nada complicado; no obstante, es una trama con la que las personas pueden identificarse fácilmente y por ese motivo se disfruta el contemplar el arco dramático y narrativo por el que ambos protagonistas atraviesan a lo largo del metraje. Desde luego, el romance ocupa la mayor parte de los minutos, pero de igual forma se proporciona el suficiente tiempo para desarrollar al interesante villano Jafar e incluso para presentar el propio dilema del Genio de color azul que vive prisionero en esa pequeña lámpara.
A mi parecer, tanto Aladdin como Jasmine no son los personajes más interesantes de este relato, pero en general resultan muy agradables y, como resultado, mantienen cierto interés cada ocasión que el reflector se posa sobre ellos. En lo que respecta a Aladdin es un sujeto astuto, educado en la calle y Jasmine guarda cierto espíritu aventurero, ambos son personajes amigables, simpáticos y fáciles de digerir. Pero, lo fundamental en este tema de los personajes de la obra es simplemente el citado Genio, el personaje que la mayoría de la gente recuerda, la figura que se vuelve la estrella de esta breve función.
En ese sentido, es más que evidente que la mayor parte de ese crédito debe otorgarse a Robbin Williams, cuyas ingeniosas improvisaciones y empleo variado de estilos cómicos, chistes y personificaciones por segundo son dignos de aplauso en este que termina por convertirse en una clase de espectáculo muy personal. De tal manera que, hay que reconocerlo, el genio azulado es un personaje muy divertido, haciendo uso de numerosas ocurrencias de todo tipo y haciendo referencias acerca de la denominada cultura pop que son realmente ingeniosas.
Además, en términos del resto de personajes que desfilan por la pantalla se manifiestan el Sultán que es un tipo distraído en los límites de lo agradable, mientras que los personajes que no hablan como el mono que acompaña a Aladdin de nombre Abu y la alfombra mágica que se une a ellos, proporcionan algunos momentos entretenidos.
Otro aspecto sobresaliente es sin duda el villano de la historia, y Jafar es sencillamente fantástico. Su diseño amenazante resalta a primera vista, un sujeto que maneja la compleja tarea de ser siniestro, al mismo tiempo que goza de ciertos momentos cómicos que aparecen de forma muy sutil, a lo que se añade la oscura y elocuente voz de Jonathan Freeman que funciona a la perfección en dicho propósito. Y no solo eso es importante, sino que todas sus motivaciones tienen sentido y su rencor hacia Aladdin es más que justificado. El actor Gilbert Gottfried quien prestó su voz para el perico malvado Iago que lo escolta también ofrece algunas buenas risas cuando se requiere que lo haga. En términos generales la animación (tomando en cuenta los años con los que cuenta) es realmente sobresaliente.
En mi caso, cuando recuerdo esta película, lo hago imaginando diversos tonos de rojo y dorados atrayentes, dado que se trata de una obra visualmente sugerente en esa línea y sus diseños de paisaje se vuelven encantadores para quien los contempla por primera ocasión. En lo que toca en particular a la animación de la que se dispuso con el personaje del Genio, es merecedora de elogios, solo por la rapidez de sus movimientos y muchos de ellos fluyen de manera adecuada, a pesar de la velocidad con la que se desplaza la mayor parte del tiempo cada que emerge en escena.
Incluso, parecería ser un tema menor, pero la trama también se presta a algunos momentos de tensión que resultan muy efectivos, y por este motivo me parece que el clímax del argumento en general es más que apropiado.
Y la música es muy pertinente. Todas las melodías de las que se valen a lo largo del metraje contienen ritmos muy pegadizos y se vuelven fáciles de recordar, para muestra la reconocida A Whole New World. En pocas palabras, ninguna de ellas se interpone en el camino de la historia y funciona bien con la animación.
Aunque no soy muy afecto al romance, en esta ocasión me agradó porque reconozco que existe un vínculo creíble entre Aladdin y Jasmine, una pareja que tiene química y como espectador me vi envuelto en su lucha por obtener la libertad. Obviamente, existen algunos clichés flotando sobre diversas áreas, pero no creo que afecten demasiado a la generalidad de la obra. Como ya lo mencioné, la comedia equilibra todo el asunto, porque no ha perdido su frescura y está colmada de referencias a la cultura pop, a pesar del tiempo que ha transcurrido desde su lanzamiento.
Como sucede en la mayoría de los casos, habrá gente quien repruebe este elemento, al considerarlo nada más que una mera distracción, pero como afirmé, me parece que le brinda un giro diferente a la sobada fórmula de la factoría Disney.
En general, no soy un gran admirador de Disney, pero debo reconocer que esta debe ser una de mis creaciones favoritas a lo largo de toda su historia. Es decir, las formas y los medios por los que nos cuentan esta historia son bastante asombrosos (para lo que solían realizar), y precisamente esa es una gran parte de su atractivo.
En conclusión, es una nueva versión de un relato que bien pudo haber sido bastante tedioso y, en cambio consiguió darle un nuevo giro a los métodos utilizados por el estudio, y entregar con ello otra obra destacada y que ahora es considerada un clásico. Es más, por ese motivo le hicieron una adaptación en imagen real el año pasado que resultó ser toda una decepción.
Debo ratificar que esta es en pocas palabras, una de las piezas más entretenidas de Disney.
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