Director: Kathryn Bigelow
Duración: 145 minutos
País: Estados Unidos
Elenco: Ralph Fiennes, Angela Bassett, Juliette Lewis, Tom Sizemore, Michael Wincott, Vincent D'Onofrio, Glenn Plummer, Brigitte Bako, Richard Edson, William Fichtner, Josef Sommer, Joe Urla, Nicky Katt, Michael Jace, Louise LeCavalier, entre otros.
" Una película cuya historia acontece en Los Ángeles en 1999, justo al final del milenio. Ahí un ex policía convertido en estafador, descubre de forma accidental una terrible conspiración"
El quinto largometraje de la señora Bigelow, fue escrito por su exposo James Cameron y Jay Cocks, que en su lanzamiento se trato de un desastre comercial de tamaño abismal, ya que todos sus ingresos en taquilla en los Estados solo lograron recaudar una mínima parte de los 42 millones de dolares que tuvo como presupuesto, lo que como consecuencia trajo que la carrera de Bigelow se mantuviera en suspenso hasta el año 2000.
Sin embargo, en los últimos años, este filme distópico de tono cyberpunk de dos horas y media de duración, se ha levantado con cierta justicia como un proyecto poco apreciado que en lo general es sumamente convencional y que combina un interracial futuro cercano (que no es tan convencional), donde el mundo está sumergido por el cambio de milenio, en una atmósfera de pánico y paranoia.
Se acerca el día del juicio final, la historia tiene lugar en Los Angeles en los últimos dos días de 1999, Lenny Nero (Ralph Fiennes, arrojando su acento británico de manera convincente), un ex oficial de la policía, ahora es un proveedor de una tecnología de realidad virtual llamada SQUID, lo cual no deja de ser un aspecto terriblemente profético de su guión escrito más de veinte años antes de que eso existiera, y que seguramente también proporcionó cierto estimulo para la gente encargada de la tecnología en el mundo que los llevó a revolucionar esas cámaras que enfocan en primera persona y que están hechas a la medida, lo que a su vez provoca una experiencia altamente voyeurista y alucinante a quien se ponga esa casco alargado mientras, al ser presentado en pantalla deja al público con una punzada de emoción indirecta ante tal vivencia tan íntima.
Gracias a los SQUID (por sus siglas en inglés, es decir los dispositivos superconductores de interferencia cuántica que se usan en este filme) se puede tener una versión mejorada de la realidad virtual en la que el usuario de la unidad experimenta placer o dolor, como si estuviera participando en la escena que está presenciando debido al citado artefacto.
Dichas imágenes, las que se presentan ante el sujeto provienen de la vida real en lugar de ser una simulación, y por lo regular crean una respuesta visceral en el participante, que es una de las razones por las que la tecnología empleada se ha mudado al mercado negro para ser adquirida.
Ahora bien, esa clase de cascos que el protagonista de la historia interpretado por Ralph Fiennes utiliza para grabar las señales cerebrales que luego almacenadas en discos, se venden en dicho mercado negro para que la gente pueda revivir las experiencias de quien las grabó, se conocen aquí con el nombre de Wire Tripping (algo así como Aventura Cableada), un término que resulta inapropiado, a menos que se tenga en cuenta únicamente la composición del casco del que se vale el usuario para disfrutar de tales aventuras.
Lenny suele distribuir su mercancía en bares de mala muerte, y se la vive recordando los episodios de los viejos tiempos con Faith (hermosa Juliette Lewis), su ex novia, una cantante de punk que lo dejó por un Philo Grant, un horrible sujeto que pertenece a la industria de la música sádica y sombría, y solo Dios sabe por qué tomó tan espantosa resolución.
En cuanto a la trama, esta conlleva una embriagadora mezcla de asesinatos, violaciones, policias, delincuentes, crímenes de odio racista y muchas traiciones; lo que termina por unir de forma apremiante a Lenny, un amante enamorado del pasado, con la conductora de una limusina, que repele a SQUID y que prefiere pensar en el futuro, una mujer llamada Mace (personificada por una Angela Bassett con un aspecto que expresa severidad y cierto tono sombrío gracias a las rastas que usa), que muchas veces solo se dedica a emerger en la trama para rescatar a Lenny.
Por lo tanto, Bigelow ha promovido de manera estimulante una anomalía en el prototipo de lo que es una genuina pareja extraña, Mace y Lenny, una heroína de color negro frente a un hombre blanco que resulta ser un antihéroe, una pareja singular que se ve envuelta en el misterio y el peligro por sus respectivas inclinaciones: en uno de ellos es manifiesto y en el otro está latente; uno que está sumido en el pasado mientras que la otra se interesa por un nuevo futuro.
La ejecución de Bigelow y la historia creada por Cameron prosperan en una audaz explotación de la violencia y el abuso contra lo femenino, comparando el efecto mental producido por SQUID con la adicción a las drogas (en un apunte menor, toda la maniobra podría ser reemplazada por cintas de vídeo y la historia seria exactamente de la misma manera, excepto claro que se quedaría sin el atractivo de la ciencia ficción) y elaboran de modo calificado un entorno grandioso que se parece mucho a un pandemónium apocalíptico como el que vivimos por estos días.
Ralph Fiennes mezcla su característica gentileza con ciertos elementos de naturalidad, incluso se toma la molestia de apegarse a tomar todas las elecciones equivocadas todo el metraje (salvo en el final), es decir un adicto a SQUID que ha sido maltratado no se preocupa ni por su propia seguridad, pero un alma perdida no necesita que lo alejen de su objeto más preciado.
Por su parte, Angela Bassett contrarresta la inclinación autodestructiva del personaje de Fiennes con su enorme brío y su increíble resistencia, justamente por ello se gana un beso del sujeto del que ha estado enamorada en secreto durante mucho tiempo y la exaltación y el aplauso de la audiencia al final de la función.
En cuanto a Juliette Lewis, ofrece emocionantes presentaciones en vivo como cantante de punk de una banda que la acompaña de la que es la vocalista (con algo de desnudez también gratuita), que sin duda está en su esencia.
Por último, la revelación de la pieza faltante de acción en el tercer acto no logra fermentar la empatía trascendente que Blade Runner (a la cual se le asemeja bastante), la mejor obra del subgénero si conseguía, especialmente porque Tom Sizemore usando esa horrible peluca es realmente un disgusto para la vista.
Como sea, por otros motivos, esta cinta que podría ser considerada una obra propia de un estudio (por lo convencional que es en su argumento) es un espectáculo distintivo, desafiando las expectativas de cierto tipo de audiencia por lo que recibió en su momento el ser ignorada y una cierta dosis de rechazo, pero cualquiera con dos dedos de frente puede ser capaz de darle algunos créditos por su audacia y su innegable delicadeza.
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