Una carta inservible o estúpida empezaría con un simple "hola" para después usar las mismas frases "espero que estés bien" o "te recuerdo". Esta carta no pretende ser ese tipo de cartas, quiero que sea lo más honesta y sincera posible, tú sabes que me está doliendo lo que pasa ahora entre nosotros. No quiero decirte que la lluvia me hace pensar en ti, que la luna se marchita cuando no estás aquí, que te recuerdo en cada sonrisa inocente de un niño o en cada brisa que acompaña al alba antes del amanecer, porque yo sé que esas frases no van conmigo, porque yo no soy bobo, ni ñoño, ni lo que siento por ti lo es o lo será. De todas formas poco importa el futuro si no arreglamos el presente. Y el presente es gris.
Te recuerdo, sí... recuerdo todo lo que he pasado contigo, la mirada de alegría que pones cada vez que te beso, una mirada llena de ternura. Recuerdo todas tus risas cuando digo tonterías o cuando simplemente mi humor hace que cambie tu semblante. Tu voz diciéndome que me ama cada vez que nos reconciliamos.
¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿un año? ¿dos?... no lo sé... se detuvieron los años desde que te conozco.
Estuve pensando mucho sobre mí y descubrí una extraña obsesión, donde no hay reparo para la alegría, el placer y el amor.
Encerré cada una de mis emociones en un cofre lacrado para no volver a abrirlo, por lo menos por un largo tiempo hasta que desapareciera esa terrible sensación de hastío, cansancio y desolación que ahora vuelvo a sentir.
Lo importante fue quererte, tenerte, permitirme amarte más allá de todo y de todos, dejarme arrastrar por el placer y la emoción de tus ojos y el olor de tu cuerpo.
Lo importante fue tenerte sin prejuicios, sin opiniones, sin más final que el de mis ojos o mi boca. Sé que aún te amo, pero no te espero, es probable que en algún momento extrañe tu hombro, tus cansancios, tus sonidos, tus besos, tu mano sobre mí, y esa especial forma de quererme.
Es seguro que no dejaré de soñar con tus ojos, tu mirada será testigo constante de cada noche y no dudes que alguna vez te hablé como si nunca hubiera dejado de tenerte, pero dejaré atrás ésta búsqueda inútil por conseguir lo que la gente no está dispuesta a dar.
Creí que solamente existía el amor dentro de la rutina, aquel sentimiento que día a día le ofrece a la vida una serie de complicaciones, de conversaciones inexplicables y discusiones.
El tiempo nos fue enseñando cada línea de sentimientos, cansados en ocasiones pero tratando de complementarnos.
Más allá de todo lo que aquí pueda decir, he aprendido contigo a amar completamente con el alma y con el cuerpo, quizás mis palabras suenen repetidas porque... cuántas veces he intentado transmitirte con ellas lo que siento, ya decir "te amo" suena poco y tiene poco sentido.
Puedo seguir escribiendo, bien lo sabes, pero no, solo quiero transmitir mi sentimiento, un sentimiento de frustración y decepción.
Sólo te digo: Gracias por lo que me has dado, por lo que me dejas en cada pensamiento, en cada palabra, en cada recuerdo, gracias por estar.
Si este escrito no tiene coherencia, no se la busques, solo escribí lo que sentía y eso no tiene coherencia... solo se siente.
Comentarios