La luna, un árbol, un zapato, un tenis, una banqueta, un taxi, una rama, una hoja, otra hoja pero de papel, un pantalón, un camión, una ruta, una chamarra, una pluma, una bolsa, un monumento, una estatua, un farol, un letrero, una mujer gorda, una esperando, una caseta de teléfono, un policía en bicicleta, un columpio, una tienda, un avión, el cielo azul y despejado, mi malestar gástrico, nuestro silencio, su silencio, el mio que es más incómodo.
Todo está pasando hoy, todo eso es el mundo en el que vivo, en el que días como hoy quisiera no vivir. Sin embargo, aquí sigo a pesar de todo y de todos, a veces deseo que las cosas cambien, que sean como yo las anhelo, después regreso a la realidad esa que tanto lastima y me doy cuenta que es imposible cambiarla, que hay que aceptarla así.
Lo mejor sería por empezar a cambiar yo mismo, lo cual trato de lograr cada día.
Alguien me dió un consejo, yo estaba consciente de las consecuencias de hacerlo o no hacerlo, como sea esa persona me lo dijo porque tenía razón, ya lo sabía y hoy lo comprobé.
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