Director: Neil Jordan
Duración: 123 minutos
País: Estados Unidos
Elenco: Brad Pitt, Christian Slater, Virginia McCollam, John McConnell, Tom Cruise, Mike Seelig, Bellina Logan, Thandie Newton, Lyla Hay Owen, Lee E. Scharfstein, Indra Ové, Helen McCrory, Monte Montague, Kirsten Dunst, Nathalie Bloch-Lainé, entre otros.
" Cuando lo desea, el vampiro Lestat convierte a sus víctimas en vampiros, concediéndoles así el don de la inmortalidad. A finales del siglo XVIII, Lestat convierte en vampiro a Louis de Pointe, un hombre desolado por la pérdida de su esposa y de su pequeño hijo. Doscientos años más tarde, a finales del siglo XX, en San Francisco, Louis decide contar su historia, la historia de amor, terror y éxtasis de un vampiro, a un joven reportero: Daniel Malloy."
El vampiro es la criatura que mejor ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos, a la llamada sociedad post industrial y del ocio; muy atrás han quedado Frankenstein, el hombre lobo y hasta la momia. Cierto es que los zombies están de moda, pero dichos entes son reflejos muy distintos de la psicología humana.
El vampiro pasó de satisfacer los deseos de sentir miedo a ser una criatura sensual y filosóficamente estimulante, respuesta de nuestros apetitos y de un creciente individualismo, es una criatura que puede pasar por humana, y con la que soñamos ponernos en su piel. Hasta la llegada de esta obra e incluso después de esta, todas las creaciones que han tratado el tema del vampirismo son nefastas, o entretenidas pero nefastas y en muchos casos la que no es nefasta es mísera y tópica (por aquello de los ajos, la plata y los crucifijos).
Aunque la tendencia a humanizar al vampiro viene de lejos, esos destellos de humanidad nunca ocultaban la monstruosidad de ese ser como sucede en cintas como Nosferatu de Coppola. Sin embargo, fue esta obra de Jordan la que definitivamente inició la senda sin retorno de la desmitificación del vampiro, de su humanización llegando a extremos muy sencillos y coloridos como la saga de Crepúsculo. Los no-muertos siempre han sido de los seres más terroríficos de la historia y la verdad es que no entiendo la insistencia por hacer de ellos unos buenos tipos. Aún así, lo peor de todo este intento es la demolición de la figura. En esta película se narra la vida de vampiros a lo largo de los siglos, las relaciones que surgen entre ellos y su manera de apreciar la vida desde la inmortalidad.
El director Neil Jordan pertenece a esa clase de cineastas que, sin hacer ruido o ganar algún Oscar, han forjado una muy buena carrera, con películas bien hechas, originales y estupendas, con algún blockbuster en el camino. Son los típicos artesanos de toda la vida, los que nunca serán considerados como talentosos, pero a los que rara vez se les verá hacer una mala cinta, como si les ocurre a los otros "genios". La dirección es un aspecto obviamente fundamental e inherente al éxito de una cinta, pero en este caso es muy peculiar debido a que Jordan consigue dar un toque personal y profesional a una película en un inicio concebida como un espectáculo de Hollywood, sólo que más arriesgada de lo que se creyó. Sus escenas de masas son espectaculares, teniendo en cuenta que se filmó en sets, la manera en que filma los encuentros entre Lestat y Louis, o entre este último y Armand están cargados de tensión y de una extraña belleza violenta; sus secuencias repletas de detalles como la vida familiar de los tres vampiros, el viaje a Europa o la maravillosa elipsis reservada para los amantes del cine y los amaneceres, lo sitúan como un auténtico creador.
Espléndida e inconmensurable atmósfera la recreada en esta cinta, que hace gala de una formidable ambigüedad al provocar terror y repulsión, a la par que una fortísima atracción casi hipnótica, que llega a su culminación con el personaje de Lestat, seductor muy atrayente. Un personaje que inspira tanto amor y a la vez tanto odio y todo al mismo tiempo, y eso es culpa de Tom Cruise, sin duda el papel de su carrera.
La reunión de los actores de aquel elenco es uno de esos casos que se dan casi una vez en la vida. Pitt se catapultó de inmediato como el joven guapo de moda con esta película y aquella Legends of the fall del mismo año. Caso muy distinto al del mentado Cruise, ya consolidado en aquella época gracias a sus papeles serios y maduros, aunque si bien no era el momento cúspide de su carrera, consiguió cimentarla con el papel de Lestat, ganándose un notable reconocimiento y respeto. Respecto a Antonio Banderas, quien estaba metido en conseguir el estrellato en Hollywood, hace lo que puede con su personaje. Banderas debe ser muy buena persona, muy humilde, pero como actor me parece muy limitado. Aquí no le puede hacer sombra a sus dos compañeros, en parte también porque su papel es secundario, sin estar completamente mal. Dejé a propósito para el final la impresionante actuación de una joven Kirsten Dunst, quien se come la pantalla y es probable que haya dejado a algunos con la boca abierta. En una entrevista, cuando se le preguntó acerca de la escena del beso con Brad Pitt, respondió "Pensé que era asqueroso y que tenía piojos". En ese momento, tenía sólo diez años. Como sea, prometía más como actriz de lo que ha llegado a ser.
En fin, obra imprescindible para todos, pero especialmente para cualquiera al que le guste la temática vampírica, ya que aquellos adictos a ella quienes observaron la secuela solo pueden decir que el sentimiento más profundo que les inspiró fue el de la regurgitación.
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