Director: Ridley Scott
Duración: 144 minutos
País: Estados Unidos/ Reino Unido
Elenco: Matt Damon, Jessica Chastain, Kristen Wiig, Jeff Daniels, Michael Peña, Sean Bean, Kate Mara, Sebastian Stan, Aksel Hennie, Chiwetel Ejiofor, Benedict Wong, Mackenzie Davis, Donald Glover, Nick Mohammed, Shu Chen, entre otros.
" Durante una misión tripulada a Marte, el astronauta Mark Watney es dado por muerto después de una fuerte ocurrida en el planeta y abandonado por sus compañeros. Pero Watney ha sobrevivido y se encuentra atrapado y solo en el hostil lugar. Únicamente con escasas provisiones, tiene que recurrir a su ingenio y espíritu para subsistir y encontrar una manera de comunicarse con la Tierra y decirles que está vivo."
Resultaría demasiado sencillo alabar las virtudes de esta cinta, como tedioso sería enumerar sus innumerables defectos. Pero ante un evento de estas características no cabe la indiferencia y conviene tomar partido, aunque sólo sea a manera de descripción somera.
A mi parecer la última obra (¿o producto?) de Ridley Scott se me presenta lenta, repetitiva, repleta de lugares comunes y mediocre, por mucho virtuosismo técnico que la adorne y mucha fastuosidad que la acompañe. La he visto antes muchas veces y me la volverán a presentar (con distinta envoltura y moño) otras tantas veces más. Como espectadores estamos ante un producto de mercadotecnia, de pura industria del entretenimiento (que a ratos brilla por su ausencia) y quizás no se le pueda juzgar con la dureza que merece por puro hastío.
Yo señalaría que entre sus fortalezas están su impecable y punzante diseño, su estética consistente y bien asegurada, todos los actores que encarnan con mesura y desenfado unos vacuos personajes hechos a base de cartón y piedra, su fotografía impactante, la edición hecha de manera minuciosa, su redundante metraje de peliculón de alto presupuesto, su cántico a las virtudes de la cooperación trasnacional y la recreación de un mundo inhóspito que pretende mantenernos angustiados durante casi dos horas y media del propio metraje,
Ahora bien, es hora de ir a sus debilidades: yo señalaría que en su contra juegan lo previsible e infantil de la trama, el desenlace lleno de lugares comunes y sin inconvenientes, su excesivo conformismo y falta de riesgos, su comprobado resplandor presupuestario, su megalomanía de vodevil (si, esa de asuntos ligeros y carácter alegre), su escaso interés y su total aversión a abordar ningún suceso temático o argumental.
En pocas palabras, es el mismo perro pero con otro collar, en apariencia novedoso y rutilante, pero en realidad no ofrece nada nuevo, ni sorprendente, ni nada que me conmueva o convenza más allá de lo simulado y predecible. Los más de cien millones de su presupuesto apenas lucen más allá de lo obvio, de lo aparente, de lo superficial. No hay verdaderas sorpresas (quizás no pueda ni deba haberlas) y eso acaba fatigando a un paciente espectador como yo.
Es muy probable que quien se encuentre con ella y desee ver una superproducción corriente y trivial no se verá defraudado. Quien quiera asistir a una experiencia que desbarate todo lo conocido con anterioridad, novedosa o perdurable se verá frustrado sin analgésicos.
Tal vez la apreciación y el juicio final que se puedan emitir dependan sobre todo de las expectativas que uno albergue al visionar esta película. Por eso me parece muy justo señalar todo lo que no hay (alguna novedad) y todo lo que en cambio sí se encontrará (un artefacto caro, superficial y liviano).
Después de verla recordé como por arte de hechicería que recibió el Golden Globe a la mejor película de comedia. La verdad es que no sé si fue nominada a esta categoría por falta de espacio en otra o si los expertos de la prensa internacional querían hacerle una broma a Scott. Lo cierto es que mientras la miraba, varias veces tuve la impresión de que efectivamente estaba frente a una comedia, porque me reí (poco) en algunas circunstancias. Aunque dudo que fuera la intención del director.
En fin, de esta película me quedaré con el personaje de Mark Watney para toda la vida. Un hombre simpático y perseverante, pero cuya disposición ante los accidentes no es muy verosímil. Es decir, en vez de sufrir la soledad de permanecer en un planeta desolado y la desesperación de una situación de vida o muerte, por momentos parece que la está pasando increíble. Casi nunca pierde la calma, resuelve cualquier dificultad con increíble facilidad, escucha música disco, bromea constantemente, se zampa varios kilos de papa todos los días y posa para fotos como todo un campeón olímpico.
No sé que tan mala sea para otros, creo que entretiene lo justo, pero se queda muy corta y sabe a muy poco. Para mí ha sido decepcionante. Quizás de manera injustificada, pero sin indulgencia.
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