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Call Me by Your Name (2017)




Director: Luca Guadagnino

Duración: 132 minutos

País: Italia/ Francia/ Brasil/ Estados Unidos

Elenco: Armie Hammer, Timothée Chalamet, Michael Stuhlbarg, Amira Casar, Esther Garrel, Victoire Du Bois, Vanda Capriolo, Antonio Rimoldi, Elena Bucci, Marco Sgrosso, André Aciman, Peter Spears, entre otros.

" En el norte de Italia en 1983, Elio, de diecisiete años, comienza una relación con el visitante Oliver, un colaborador en las investigaciones de su padre, con quien descubre su emergente sexualidad, su herencia judía y el cautivador paisaje italiano."


Para empezar, debo hacer especial hincapié en el hecho de que Luca Guadagnino debe ser uno de los cineastas que mejor proyectan la sensualidad en una pantalla. Esta última creación suya, así como las anteriores (entre las cuales mencionaría A Bigger Splash) están repletas de escenas que consiguen tocar todos los sentidos. El realizador captura de forma magnífica imágenes de objetos hermosos, de algunos lugares, de libros y, por supuesto, los denominados placeres de la carne. De igual manera, las bandas sonoras de sus obras están llenas de sonidos de la naturaleza y se hallan rebosantes de música (generalmente clásica, pero también hay guiños más modernos por ejemplo a los Rolling Stones y a los Psychedelic Furs).  Guadagnino dirige esta película de una manera tan relajante, pero a la vez provocativa. Cuando la película necesita elevar la temperatura lo hace, y cuando necesita disminuir la velocidad y proporcionar un enfoque más metódico y reflexivo al romance, sin duda también lo hace. Es simple, debido a esta peculiar manera de filmar, sus personajes se deleitan en diversas ocasiones con los olores de la comida y suelen acariciar el mundo que los rodea.

Es justamente al interior de ese mundo singular, que el guionista James Ivory (que adapta la novela de André Aciman en la que esta basada el filme) coloca a los personajes principales, Elio de diecisiete años y Oliver, de veintitantos. Cada año, los padres de Elio, el profesor Perlman y Anella invitan a un asistente de investigación a su idílica villa en el norte de Italia. En 1983, esa persona termina siendo Oliver, un estadounidense que llega a la ciudad con su buena apariencia y su ingeniosa personalidad. El atractivo y joven hombre, de manera coincidente consigue atraer la atención de las damas de la ciudad, al igual que Elio. Entonces, para complicar las cosas, Elio también esta manteniendo un romance de verano con una joven parisina de nombre Marzia.
Mientras que en la superficie, esto puede parecer un simple hervidero de pasiones a punto de explotar, el guionista, el director y el elenco se apoderan de la atención del público y lo sumergen en la historia. La película aprovecha al máximo el tiempo destinado para elaborar el relato de más de dos horas. Nada es apresurado. No se tomó ningún atajo. A las emociones se les regala el tiempo necesario para construirlas de modo orgánico. Es como si se trata de un cautivador concierto que funciona con su propio ritmo, con su propio medidor. En ese sentido, dicho ritmo puede resultarle demasiado lento para aquellos que demandan de la cinta un drama más enérgico, pero, se trata más bien de una de esas creaciones en las que uno debe abstraerse. Con las que hay que deleitarse del modo más intimo. Además, el subtexto presente en el relato y la atmósfera de la que goza no solo revelan detalles de la historia principal, sino que se vuelven parte de ella. Para cuando el enamoramiento de Elio y Oliver se consuma, ya has sido trastocado por ellos, ya te has metido por completo a sus vidas.
Supongo que con cada película que goza de cierta popularidad o furor, siempre hay una parte de la audiencia que después de invertir en su visionado se aleje de ella con serias dudas o con reacciones prudentes hacia algún tipo de elemento de la misma. En este caso, ha sido el romance entre un hombre de veintitantos y un púber de diecisiete, dado que no les parece ni ético y el asunto les resulta un tema muy controvertido. Aunque no puedo opinar sobre que es lo que realmente consideran sobre ello o que sienten al respecto ese grupo de personas en particular al ver la película, les puedo asegurar que en mi experiencia jamás sentí que se tratara de una relación que se hubiese dado de otra forma que no fuera consensual. De hecho, ni siquiera es relevante el hecho de que los dos hombres (y los padres del pubescente) lo hayan interpretado de tal forma, sino que la cinta nunca realiza alguna declaración directa acerca de ello, o algo que mencione que debido a tal brecha de edad entre ambos, la relación es correcta. Para mí, es una historia ficticia que involucra a gente ficticia. Nada ni nadie está anunciando abiertamente que esta relación es apropiada, ni se glorifica lo que se podría considerar como una relación prohibida. Eso solo puede manifestarse en la mente perturbada de algunos seres humanos.
Personalmente, la percibo más como una historia sobre como un hombre joven descubre el amor por primera vez y si se quiere por obra de la casualidad, la persona que lo ayuda a descubrirlo es un hombre mayor (aunque solo sean siete años) y con más experiencia. Ahora bien, jamás le diría a otra persona que perciba diferente una cinta o que su percepción está equivocada, así es como yo la observé. Y si soy sincero, creo que la relación entre esos hombres fue bellamente contada y retratada. 
La historia de la película se estableció de forma deliberada a principios de los años ochenta, justamente cuando el Sida se estaba convirtiendo en una verdadera preocupación y, por supuesto, mucho antes de que aceptara que lo era y que se asumiera como tal. Por ese motivo, algunos pueden encontrar el entorno del asunto demasiado paradisíaco,  tal vez demasiado perfecto.
En cuanto a las actuaciones, lo que Chalamet lleva a cabo es prácticamente magnético y cualquiera se puede identificar con ello (sin importar cual sea la preferencia sexual) y Hammer alcanza esa parte compleja de equilibrar entre ser un tipo difícil de conseguir y seguir siendo deseable sin esforzarse mucho para que el romance se concrete. Y es que, si bien la interpretación de Hammer me parece demasiado plana en un inicio, pero va ganando fuerza a medida que avanza el metraje. Por otro lado, Chalamet (quien también aparece en la popular Lady Byrd, aunque en un papel menor) saca adelante la extremadamente difícil tarea de exteriorizar las emociones de lo que es en gran medida un personaje ensimismado, desenterrando las inquietudes de un adolescente que hierve a fuego lento, hasta que logra burbujear. Si, soy un hombre joven heterosexual, pero descubrí que hay cosas con las que perfectamente puedo reconocerme en ambos personajes.
Así mismo, el trabajo de Stuhlbarg (quien da vida al padre de Elio) sirve en gran medida como una figura de fondo para gran parte de la trama, pero lo realiza de forma magnifica en una de las escenas clave de la cinta, que está compuesta por un soliloquio que nos entrega el actor, en el que intenta ayudar a su hijo a lidiar con el dolor que se siente cuando un romance termina y de igual manera insinúa que las relaciones románticas entre hombres, incluso aquellos que se identifican como heterosexuales, son posiblemente más comunes de lo que la gente se da cuenta, o lo serían si los hombres sintieran que está permitido tenerlos. Debo decirlo, una de las mejores escenas que vi en una cinta del año pasado.
Por ello, sería fácil descartar lo atrevida que es esta película, si incluso en 2018, cuando se supone que las relaciones homosexuales están más aceptadas de lo que probablemente lo hayan sido jamás. Todavía hay muchas personas en el mundo que no le darían una oportunidad a una cinta sobre las incipientes relaciones sexuales y emocionales de dos hombres jóvenes. Esta película tiene el valor de forma seria para tratar el tema de forma tan delicada y erótica a la vez, hay que reconocerlo y aplaudirlo.
En general, aunque no sea perfecta, estoy convencido de que puede dejar en el espectador una fuerte impresión. Pero hay que tomarse el tiempo para que ello ocurra.

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