Director: Catherine Breillat
Duración: 86 minutos
País: Francia / Italia
Elenco: Anaïs Reboux, Roxane Mesquida, Libero De Rienzo, Arsinée Khanjian, Romain Goupil, Laura Betti, Albert Goldberg, Odette Barrièrre, Ann Matthijsse, Pierre Renverseau, Jean-Marc Boulanger, Frederick Bodin, Michel Guillemin, Josette Cathalan, Claude Sésé, entre otros.
" Dos hermanas entran en directa confrontación respecto a sus actitudes y experiencias en el sexo, mientras se encuentran en plenas vacaciones familiares."
La mayoría de las personas determina emplear su tiempo en ver películas solo para hallar en ellas la experiencia del mero disfrute. Sin embargo, de vez en cuando aparece frente a cualquier espectador común y corriente una obra que contradice este agradable patrón; es decir, una cinta que resulta difícil (si no es que imposible) de disfrutar, pero que es artística de modo innegable. Y desde luego no estoy asegurando que el ejercicio sobre el que hoy expresaré algunas ideas no sea un filme de un nivel soportable; estoy diciendo que en ocasiones pareciera que las únicas sensaciones que te debe dejar una película cuando termina deben ser aquellas cercanas a un sentimiento de satisfacción, felicidad o en particular, simplemente haberla disfrutado y eso es todo.
Pero debo entrar al terreno que me compete, y eso no es otro que la historia que nos relata el propio filme. En mi percepción del asunto, encontré que la relación entre las peculiares hermanas está magníficamente construida. Y es que, a pesar de sus enormes diferencias en todos los aspectos, y las constantes disputas que esto genera entre ambas, realmente se quieren. Esto me queda más que claro. El evento que realmente modifica la dinámica entre ellas es el momento en el que casi tropiezan con Fernando, un chico italiano quien procede a seducir a Elena que solo cuenta con quince años haciendo uso de cada cliché que se le ocurra, entre ellos el que me parece el más sobado de todos ellos: debes de tener sexo conmigo para demostrar que me amas. Una técnica imaginable, incluso para utilizarla en pleno siglo XXI. Sin embargo, por muy obvias que sean sus intenciones viciadas con la fogosa adolescente, Elena se enamora, se enreda y se hunde. Dicho de otra manera, aunque dicho así suene bastante a un recurso que cae fácilmente en la fórmula, lo encontré curioso porque a menudo sucede de esa manera realmente. En resumen, no porque alguna técnica esté muy usada significa que no sea auténtica o adaptable a cualquier situación.
Lo que me sigue pareciendo aún más interesante es observar como la joven Anais, a pesar de su evidente inexperiencia en el tema sexual desde un principio reconoce las intenciones del libidinoso Fernando, pero le permite a su hermana que cometa sus propios errores. De tal forma que, inevitablemente, se vuelve indiscutible para todos que el chico mayor bastante fogueado traiciona a la chica menor principiante de la peor manera. Y como si esto no fuera suficiente, la madre responde ante la situación de una forma bastante fría y brusca, pero en realidad así es como reaccionaría cualquier padre ante un trance de tal magnitud. O eso creo.
Llegados a este punto, quisiera señalar que esta es una revisión llena de lo que suelen llamar en estos tiempos spoiler, por lo que ahora abordaré el final sin guardarme los detalles. Estoy casi seguro que si alguna persona llegara a leer esto (si es que alguien realmente lo hace) es para enterarse de las opiniones de otros sobre las escenas finales tan impactantes y violentas de las que goza esta cinta. Por lo que he leído, la mayoría de los paralelismos sobre los que se puede hacer referencia en cuanto a los temas que toca la propia película, ya se han mencionado en muchas oportunidades. Y tampoco considero necesario analizarlos a profundidad, dado que resultan casi obvios en el relato. Por ejemplo, ¿es la virginidad un asunto sagrado? Las hermanas Anais y Elena responderían a esa interrogante de forma incompatible y contundente.
No obstante, el resultado que consiguen en ese apartado es el mismo para ambas: sus primeras parejas las traicionan y las abandonan en algún sentido. Por un lado, Elena creía firmemente que su virginidad si era sagrada, aunque para su mala fortuna y su escasa experiencia fue fácilmente seducida y la terminó perdiendo. En el polo opuesto, más allá de que Anais guarda una opinión diferente sobre aquello de ser virgen, también es traicionada, en su caso por un hombre que la viola. Es más, si se deseara ir más lejos con la reflexión, podría discutirse y volverse un dilema moral si la propia Elena fue o no realmente violada por el amante italiano en turno. A la luz de los hechos, todo parece indicar que sí. De hecho, su forma de reaccionar después del evento en el que pareciera que le han arrancado el corazón (metafóricamente hablando) da la impresión de haber sido más traumático emocionalmente que cuando la virginidad de Anais le fue arrancada por la fuerza.
Por supuesto, la responsabilidad de aquel trágico final recae únicamente en el perturbado que cometió los actos. Sin embargo, hablando en términos coyunturales, cada personaje (el par de hermanas, sus padres, Fernando, la madre de este) es responsable de estar presente en un determinado lugar, en un preciso momento.
Ahora bien, si lo que se está buscando es un significado más profundo en el cierre de la obra, me parece que bien podría emplearse una analogía para vincular lo que ocurre entre la estructura narrativa y el correspondiente final. Por lo visto, a su particular juicio muchos han estimado cosas como que a la directora se le acabaron las ideas, o que se trata de un truco, o que es una mera argucia para causar impacto en la audiencia, o simplemente piensa que no se ajusta a la mencionada narrativa. Muchos de ellos han expresado incluso sentimientos de traición cinematográfica al final de la cinta; en algún punto esta deslealtad refleja la traición que sufren ambas hermanas. Justo ahí aparece la citada relación, aquí la analogía sería que la directora es precisamente como Fernando, nos seduce durante toda la película, nos penetra sin nuestro consentimiento y luego nos abandona. Por obvias razones todo se vuelve tan repentino, tan impactante y tan impropio que nos sentimos violados, justamente como la chica gorda. Y no es agravio, esa fue una de diversas formas como se resolvió nombrarla en otros países, incluso existe alguno que alude a una ballena.
Finalmente, los valores cinematográficos y artísticos que atesora se mantienen fieles y auténticos hasta el final. Solo se requiere la voluntad de buscarlos, o no. Todo depende de los gustos personales, ya sea para una buena película o no.
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