Director: Mohsen Makhmalbaf
Duración: 85 minutos
País: Irán / Francia
Elenco: Ike Ogut, Nelofer Pazira, Hassan Tantai, Sadou Teymouri, Hoyatala Hakimi, Monica Hankievich, Noam Morgensztern, Zahra Shafahi, Safdar Shodjai, Mollazaher Teymouri.
" Luego de que una mujer que reside en Canadá pero que ha nacido en Afganistán recibe una carta de su hermana contándole que planea suicidarse, la muchacha decide realizar un peligroso viaje a través del país para tratar de encontrarla."
Cuando se tiene la oportunidad de ver esta película, resulta casi imposible de creer que en realidad se está apreciando un filme ambientado a finales del siglo pasado. La creación de Mohsen Makhmalbaf tiene lugar en Afganistán en los últimos días del régimen talibán, cuando las mujeres no solo eran vistas como ciudadanos de segunda clase, sino que se les negaba cualquier tipo de acceso a la educación o a sus derechos civiles e incluso tenían que aparecer en público cubiertas completamente de pies a cabeza para así evitar que los hombres pudieran mirar sus rostros. De tal forma que el cineasta nos transporta al corazón de este peculiar y aterrador universo a partes iguales, y nos obliga a contemplar, quizás por primera vez en la pantalla grande, lo terrible que era la vida para las mujeres que habitaban en particular en ese momento y en ese lugar de este vasto mundo.
Pero veamos, esta cinta no se trata realmente de un ejercicio narrativo sino más bien de una serie de fascinantes viñetas que se dedican a mostrar al resto de la humanidad las realidades de la existencia en esa parte del planeta. La trama es sencilla, consiste en la historia de Nafas que es una refugiada afgana que se ha establecido en Canadá, separada de lo que queda de su familia. Cuando recibe una carta de su hermana que reside en Kandahar, en la que le confiesa que tiene la intención de suicidarse cuando acontezca el próximo eclipse, Nafas sale con destino a su país de origen, resuelta en hallar a su hermana y lograr rescatarla. Pero toda esta elemental estructura no es más que la correa sobre la cual se suspenden todas las perlas indivuales que conforman la película. Sin embargo, lo que es primordial en el relato y un asunto de gran interés tanto para el cineasta como para el posible espectador son las diferentes personas con las que se encuentra la periodista a lo largo del fastidioso trayecto hacia su destino, y las diversas experiencias que atraviesa en el extenso desierto. Al unirse a una familia que viajaba por el desierto, vuelve a recordar por qué huyó del país, ya que su condición de mujer en ese sitio es tan peligrosa como lo son las minas casi invisibles con las que se puede topar mientras trata de localizar a su hermana antes de que se le acabe el tiempo.
Escondida debajo de su propia burka, es testigo de primera mano de la devastadora pobreza, la degradación total que puede soportar un ser humano, la deshumanización de las mujeres y la absoluta opresión que definió la vida en ese país durante el mandato del gobierno talibán. Más tarde en el camino, conoce a un médico estadounidense que está haciendo todo lo posible para aliviar de alguna manera la miseria de estas personas, pero que al mismo tiempo se halla librando una atroz batalla que parece perdida contra el oscurantismo y la subyugación teocrática que han transformado la existencia en aquel desolado territorio, en un infierno para el ciudadano común.
Además, en su accidentado periplo se tropieza con un grupo en apariencia interminable de personas que han perdido algún miembro de su cuerpo, debido a las minas terrestres que quedaron ahí luego de la guerra que los afganos mantuvieron con los rusos. En esa línea, aparece en mi recuerdo una escena extraordinaria en la que a través del desierto hordas de agobiados hombres cojeando en una sola pierna, apoyados solamente por sus muletas, corren de manera exaltada detrás de los helicópteros de la Cruz Roja los cuales sobrevuelan la zona mientras lanzan hacia el suelo arenoso una considerable cantidad de prótesis para los heridos. A mi entender, esa es simplemente una de las tantas imágenes que posee el filme que se quedan fijadas intensamente en la memoria del espectador. Otra que destacaría, debido al impacto que me provocó por lo chocante que me pareció todo el escenario que retrata, fue aquella que involucra al citado médico estadounidense quien siendo varón se ve obligado a examinar a sus pacientes femeninas por medio de un orificio que se le ha recortado a una sábana, sin que se le permita hablar directamente con las mujer en cuestión sobre sus síntomas, sino que debe obtener la información que requiere a través de un hombre (o una niña) que termina representando el papel de interprete en la relación.
Por otro lado, el director mantiene el final de su historia ambiguo de forma deliberada, lo que podría frustrar a algunos espectadores, aunque en realidad, me parece que esto incrementa la verosimilitud de la pieza. De la misma manera, es muy cierto que gran parte de las interpretaciones presentes en la obra en muchos momentos rozan con trabajos muy cercanos a lo amateur, pero de nuevo, manifestaría que ese elemento contribuye al aura pseudo-documental de la que la película pretende gozar, y que debe tener para ser verdaderamente efectiva. Una resolución narrativa nítida y actuaciones competentes por parte de actores evidentemente profesionales, le robarían a la cinta su tan necesaria sensación de inmediatez.
Debo confesar que sabía poco sobre esta producción antes de verla, más allá de que se había ganado cierta popularidad principalmente debido a su desafortunada relevancia. Al analizarla en términos generales, debo admitir que, como película o como historia que contar, no es tan destacada como lo han señalado otros comentaristas. Como ya lo referí, la narrativa es muy simple y parece casi optar por la intención de alterar el paso del tiempo para que todos los acontecimientos se ajusten a lo requerido, mientras que los huecos en el argumento principal se pueden volver bastante absurdos si uno decide enfocar toda la atención en ellos o aplicar el mínimo de rigor exigido para explicarlos. Así mismo, la película lucha demasiado en términos de personajes, ya que Nafas es un personaje insulso y con el que resulta muy difícil sentir empatía, el tiempo transcurre y la hermana no hace acto de aparición y el inminente peligro al que tanto se hace referencia no es mayor que el que vemos (es decir, disminuye nuestro interés por la búsqueda) e incluso para cuando se manifiesta el noble personaje de Talid Sahid, todo el esquema parece tan poco probable, tanto que ni el hecho de cruzarse con ese singular hombre modifica la caprichosa dinámica.
Sin embargo, sigo manteniendo que es una película que vale la pena observar, incluso más allá de todas sus falencias. ¿Por qué? Bueno, simplemente por la perspectiva más entera que nos regala de Afganistán, una mirada que ni siquiera los medios de comunicación occidentales pudieron brindar al momento de comenzar el conflicto. Mientras me encontraba mirándola, no dejaba de pensar en que se trataba de aquel territorio que han estado bombardeando durante años y, aunque en realidad es indudable que se trata de un país sumido en la miseria, poder apreciar las circunstancias de primera mano modifican toda la óptica con que se examina el problema, y dado que las reflexiones que se realizan en los Estados Unidos sobre la cuestión se limitan a opiniones de soldados devotos, este filme debería verse solamente para ayudar a que todo se equilibre.
Así que el viaje de Nefas es poco más que una excusa para mostrar muchos aspectos del país dentro de una especie de historia y, como tal, vale la pena admirarla. De algún modo, resulta difícil no sentirse afectado por el trato que se le da a la gente, en especial a las mujeres, las pésimas condiciones de vida, los horrores que generaron las minas terrestres y un largo etcétera.
En todo momento se mantiene fiel a su fragilidad en la trama, el final simplemente sucede y aquellos que habían estado con la esperanza de que la vaga narrativa se convirtiera en una estructura firme, se quedaran decepcionados. Esta no es una película que destaque por su historia o una trama sólida porque en estas áreas no tiene la intención de distinguirse y por ello en términos completos no es una gran película, como cabría esperar. No obstante, proporciona información sobre un país del que todos hemos escuchado lo suficiente en los últimos años y solo por eso, es un trabajo meritorio y vale la pena verlo si se tiene la oportunidad.
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