De vierde man (1983)

 

Dirección: Paul Verhoeven

Duración: 102 minutos

País: Países Bajos

Elenco: Jeroen Krabbé, Renée Soutendijk, Thom Hoffman, Dolf de Vries, Geert de Jong, Hans Veerman, Hero Muller, Caroline de Beus, Reinout Bussemaker, Erik J. Meijer, Ursul de Geer, Filip Bolluyt, Hedda Lornie, Paul Nygaard, Guus van der Made, Pamela Teves, Hella Faassen, Helen Hedy.

Un escritor alcohólico comienza a tener visiones que en apariencia le advierten de un peligro inminente. Después de pronunciar una conferencia, inicia un romance con una mujer del público. Sin embargo, las visiones se intensifican y comienzan a amenazar su relación con la mujer, ya que puede ser sobre ella de quien las visiones le estén advirtiendo.

Conocida por ser una especie de ensayo para la popular obra de inicio de los noventa Basic Instinct (1992), El cuarto hombre como se le conoce en nuestro idioma, sigue siendo una de las mejores obras del contestatario director Paul Verhoeven. 

Al igual que ocurría con la aludida obra de los noventa, esta cinta mezcla sexo y muerte en un delicioso coctel de misterio, suspenso e imágenes exageradas; en otras palabras cuenta una historia de seducción y paranoia a través de los ojos y la mente de un narrador poco fiable. En este caso, se trata de un tal Gerard Reve, un escritor alcohólico de escabrosas novelas de bajo presupuesto (las denominadas con el término Pulp, muy al estilo de Bukowski) que en la sutil e irónica secuencia inicial de la pelicula, se tambalea fuera de la cama, desnudo y con resaca, y (en una escena de tranquila confusión y precisión) estrangula a su amante homosexual hasta asfixiarlo.

Desde el principio, Verhoeven introduce de manera hábil los temas ya mencionados del sexo y la muerte, además de establecer el ambiente de humor marcadamente negro, el simbolismo y esa sensación de ser capaz de difuminar las líneas entre realidad y ficción hasta niveles de incertidumbre casi incomprensibles, todo lo cual impregnará el núcleo mismo de la pelicula.

El propio Verhoeven ha afirmado en distintas ocasiones que el aspecto algo sesgado, surrealista y muy atmosférico de la pelicula se estilizó a propósito hasta alcanzar un punto casi obvio para aplacar a los críticos de cine holandeses de alto nivel que en ese momento concreto de su carrera, habían rechazado películas anteriores suyas como Keetje Tippel de 1975 o Spetters de 1980 por considerarlas sensacionalismo escabroso y nada más. 

Si esto es o no el caso con aquellas creaciones está abierto al debate, pero lo que más impresiona en esta oportunidad es la energía y la habilidad de Verhoeven para presentar un thriller tan tenso y laberintico que parece inspirarse tanto en el psicodrama surrealista y fríamente evocador de un cineasta como Ingmar Bergman como en el retorcido mundo de Alfred Hitchcock. De principio a fin El cuarto hombre ofrece suspenso a la antigua usanza y audaces pinceladas de drama, todo ello contrastado y adosado con el estilo europeo y taciturno del director y sus liberales estallidos de violencia y erotismo.

Por otra parte, el diseño de la pelicula, rico en luces y colores sobresaturados, tonos otoñales y movimientos de cámara prolongados, sugiere un mundo a medio camino entre la estilización noir de El conformista (1970) de Bernardo Bertolucci y el surrealismo vibrante y escabroso de Suspiria (1977) de Dario Argento, para añadir más profundidad al misterio, ya de por si densamente estratificado y crear un mundo que parece real, pero al mismo tiempo onírico.

Por si fuera poco, la pelicula funciona a varios niveles: por un lado como puro entretenimiento con el siempre memorable uso que Verhoeven hace de las imágenes, tanto grotescas como bellas, y sus escenas de violencia y sexualidad directas y con frecuencia polémicas. Dicho lo cual, la historia trata tanto de la sexualidad y el deseo como del sexo. En el comienzo Gerard el protagonista es presentado como gay, aunque más tarde tiene una aventura con la mujer fatal de la conferencia, pero solo después de haberle aplastado sus pequeños pechos con las manos y haberle confesado que parecía un chico. 

Más adelante seducirá al prometido de este personaje y volverá a plantear cuestiones relativas al enigma central del filme. En la escena más reveladora, Gerard asiste a una sesión de preguntas y respuestas sobre su nuevo libro, cuando alguien del publico le pregunta por su secreto para escribir, Gerard responde miento sobre la verdad. Tal vez sea una mala traducción del subtitulo, pero la insinuación de que el protagonista ve el mundo a través de una perspectiva un tanto falsa está sin duda ahí, acompañada de los elementos adicionales del alcoholismo, la confusión sexual, la lujuria y la paranoia creando un personaje central fascinante, que de forma muy posible esté creando la historia en su mente a medida que esta avanza.

Desde luego hay alusiones hitchcockianas como se ha señalado, con la fría y rubia mujer fatal representada por Christine, que tiene un aire de sutil amenaza y gran sexualidad. Y uno se pregunta al final: ¿es Gerard quien la seduce o es ella quien seduce a Gerard? o ¿por qué han aparecido muertos tres maridos suyos en los últimos años? ¿Gerard está imaginando todo este relato? ¿Está realmente interesado en Christine o más bien en acercarse al hombre de su vida? ¿sus motivos son puramente sexuales o están alimentados por sus obsesiones con la muerte?

Como debe de ser Verhoeven niega al espectador respuestas fáciles y en su lugar se sumerge de lleno en visiones surrealistas que involucran a globos oculares en descomposición, cadáveres de carne colgados, charcos de sangre y la aproximación de anhelos homoeróticos utilizando metáforas acerca de Cristo. También hay un uso continuo del simbolismo de la figura de la viuda negra, evidente desde el principio, así como todos los elementos que confluyen al final en una especie de trágica prefiguración de los acontecimientos.

Aun así, ¿le creemos a Gerard y sus descabelladas acusaciones, o se trata de otro ejemplo de escritor alcohólico y con exceso de sexo que falsea la verdad con fines de convertirlo en ficción?

Hacia mucho tiempo que no veía El cuarto hombre, pero sus imágenes y su historia siempre me han acompañado. En mi primer visionado por el lejano 2001, conocía a Verhoeven por sus películas satíricas de Hollywood, principalmente Robocop (1986) que fue clave en mi infancia, Total Recall (1991) por la que también guardo un gran cariño y Starship Troopers (1997).

También desconocía bastante el cine europeo en general, por lo que las atrevidas escenas de sexo heterosexual y homosexual, los desnudos y las escenas que se referían a alucinaciones (¿o no?) de violencia surrealista y sexualizada de la pelicula fueron toda una revelación. 

Ahora, unos cuantos años más tarde, he vuelto a ver la pelicula y me pareció igual de fascinante: con una trama laberíntica, los efectos visuales tenebrosos, las interpretaciones atrevidas y una historia y unos personajes totalmente fascinantes me atrajeron y me ofrecieron un gran misterio central, visualmente cautivador y repleto de posibles interpretaciones.

Es fácil decir que El cuarto hombre es una de mis películas favoritas, llena de ironía, imágenes e ideas controvertidas y una evocación onírica y alucinante de la historia que nos ocupa.