Dirección: David Cronenberg
Duración: 89 minutos
País: Canadá
Reparto: James Woods, Debbie Harry, Sonja Smits, Peter Dvorsky, Leslie Carlson, Jack Creley, Lynne Gorman, Julie Khaner, Reiner Schwarz, David Bolt, Lally Cadeau, Henry Gomez, Harvey Chao, David Tsubouchi, Kay Hawtrey, Sam Malkin, Bob Church, Jayne Eastwood, entre otros.
Cuando Max Renn busca nuevos programas para el sórdido canal de televisión por cable del que es dueño, se topa con la emisión pirata de un programa de tortura hiperviolento llamado Videodrome. Mientras lucha por desenterrar los orígenes del programa, se embarca en un viaje alucinante a un mundo en la sombra de conspiraciones políticas, juegos sexuales sadomasoquistas y transformaciones corporales. Se trata de una de las obras más originales y provocativas del escritor y director David Cronenberg, que fusiona el comentario social con impactantes elementos de sexo y violencia.
Resulta bastante peculiar que jamás hubiese escrito en este espacio sobre una obra que me ha influido tanto en la vida. Cuando la vi por primera vez en mis años de pubertad, no tenia ni idea de que se trataba pero sus poderosas imágenes me atraparon desde aquellos lejanos ayeres. Por aquel entonces, no existían términos como realidad virtual y ciberespacio, al menos no en el uso cotidiano, pero los conceptos empezaban a filtrarse en el lenguaje habitual debido a la popularidad de la gozaban los videojuegos en aquellos tiempos.
Pero lo que no sabíamos entonces, y lo que no éramos capaces de vislumbrar, eran los peligros que entrañaba incluso el concepto de realidad virtual. Una vez que se empieza a seguir esa línea de razonamiento, nada puede darse por sentado. Lo que el afamado Philip K. Dick nos advirtió en los años sesenta fue llevado a la pantalla en los años ochenta por el denominado maestro de lo grotesto David Cronenberg.
Cuando en esta historia el profeta de la televisión, un señor que se hace llamar el Doctor Brian Oblivion opina que la televisión es la realidad, y la realidad es menos que la televisión está anunciando nuestra época actual, en la que la lineal que separa la fantasía de la realidad casi no existe.
Videodrome es la historia de una guerra por el dominio de la mente. Por un lado, representando el control está el personaje llamado Barry Convex, que desea moldear el mundo controlando lo que la gente ve en una pantalla. El tal Convex es un vendedor de lentes que en esencia nos dice que es el demonio al utilizar las palabras de Lorenzo de Medici: el amor entra por el ojo y el ojo es la ventana del alma como su formula de control. Por lo tanto, primero tienta haciendo uso del fruto prohibido, luego cuando su victima ha mordido el anzuelo, toma su alma.
Desde luego, todo esto se hace través del órgano del ojo porque la mente tomará como un hecho cualquier cosa que el ojo le muestre. Por eso, es tan fundamental hoy en día que la facultad del pensamiento critico se dañe a través de instituciones como el sistema escolar publico y la televisión.
Por desgracia, el bando contrario no parece ofrecer libertad, sino otro tipo de control. Una especie de control confuso, caótico y recursivo. En ese punto es donde emerge el Doctor Brian O'Blivion, inventor y primera victima de Videodrome, quien es asesinado por Convex antes de que fuese filmada la pelicula, y ahora solo existe en el mundo virtual de la cinta de video.
Para 1983, esta era la mejor forma de transmitir la noción de mundo virtual, ya que solo los niños jugaban a los videojuegos y la mayoría de las computadoras apenas tenían 64k de memoria. Lo negativo de utilizar cinta de video para representar dicho mundo virtual era que la cinta no transmite la fluidez ni la convención que requiere dicha idea.
Pero divago, para O'Blivion, la libertad parece ser una especie de bucle recursivo interminable, del tipo que se obtiene cuando se sostienen dos espejos uno frente al otro. Para entonces, la hija del doctor, una mujer de nombre Bianca O'Blivion, dirige la Misión de Rayos Catódicos, que intenta reinsertar a los indigentes en la sociedad sirviéndoles un generoso suministro de jugo de naranja junto con su televisor.
Según mi punto de vista, una de las razones por las que es difícil saber quiénes son los hombres honrados en esta historia, o incluso si hay alguno, es que la trama se cuenta a través de los ojos de Man Renn y Max es un autentico individuo cínico, interpretado con maestría por James Woods, cuya única preocupación es llevar su canal porno por cable al siguiente nivel y quizá llevarse a la sensual Nicki Brand a la cama. Más adelante Max se deja convertir en una especie de peón en esta batalla y al final de la pelicula queda claro que Max ha dejado atrás su humanidad.
Cabe subrayar que el sexo y la violencia son el telón de fondo de la pelicula, en especial el sexo pervertido cercano a determinadas parafilias. Al menos en dos ocasiones dentro de la trama, a Max le ofrecen algo que podría tildar de sexo agradable y refinado para que lo muestre en su canal de cable y en ambas ocasiones lo rechaza.
Por tanto la importancia del sexo malsano y la violencia excesiva como punto argumental es que abre ciertos receptores neuronales en el sistema nervioso del individuo que permiten la entrada de la señal del videodromo. Y justo los villanos de la pelicula, Convex y el pirata de los videos que trabaja con Renn el simplon Harlan, moralizan contra esta clase de sexo y lo utilizan como gancho para que Max se infecte con la señal del videodromo.
¿ Por qué iba alguien a ver una cosa así? le sermonea uno de los malos al depravado Max. Fue en especial aquella escena la que se volvió efectiva al momento de marcarme cuando vi la pelicula por primera vez a los doce o trece años. Incluso me preguntaba si la señal del videodromo estaba codificada en la pelicula.
Para cerrar considero que Videodrome pasará a la historia como la primera de las cintas en usar el concepto y los fundamentos de la realidad virtual y para mi sigue siendo una de las mejores, a pesar de que ya pasaron cuarenta años de su lanzamiento. Y es que, no solo predijo el caso de nuestro tiempo actual, sino también la epidemia de asesinos desquiciados solitarios que ocurren cada vez con más frecuencia, pero como dijo el modelo en el que está basado el Doctor O'Blivion, un tal Marshall McLuhan: la percepción extrasensorial es cosa del pasado cuando el efecto precede a la causa.
Videodrome sigue siendo una de las mejores propuestas de Cronenberg, pero no es para todo el mundo.
Comentarios