
A ella la conocí hace ya más de 2 años. Aquella tarde llena de sol y de un cielo despejado en su facultad, yo esperando en la parada. Nuestras miradas se cruzaron como dos meteoritos clavándose dentro de cada uno de nosotros. La tarde estuvo llena de miradas y ligeras sonrisas, hasta que logré notar la atracción que sentía hacia ella y la besé. Rápidamente pude notar su extraordinaria y destellante mirada en sus grandes y bellos ojos cafés, me cautivó. La tarde se convirtió en noche, el tiempo se convirtió en una amena charla, le pregunté muchas cosas, hice bromas y simplezas que se veían recompensadas con una blanca y brillante sonrisa. La química fue tal que no pudo evitar enamorarse de mi. Yo me sentía mejor, ya no estaría solo de nuevo. No pude invitarla a salir en otra ocasión, sin embargo se dió despues de una coincidencia. A partir de ahí, no hubo alegría.
Durante ese tiempo me gustaría decir que mis manos se acoplaban perfectamente con su bello cuerpo, no fue así. Nos veíamos poco, no ibamos juntos de aquí para allá como sucedería después. No obstante de ser un año menor que yo, era una mujer madura, insegura en ocasiones; era como una niña consentida que hacía berrinches conmigo, lloraba en mi hombro. Me tardaba mucho en tranquilizarla, y es que, imagínense a un tipo igual de inseguro que ella tratando de ayudarle. Pero creo que lo importante fue estar ahi, aunque ella no lo ve igual.
Adoraba su forma de ser simple y realista, depresiva, conservadora en algunos aspectos, liberal como yo en muchos otros; amante de la estética y de las buenas costumbres, amante del buen gusto. Siempre sentí una extraña fascinación por su sonrisa y sus ojos, los que antes habia mencionado.
Ella odiaba mi soberbia, seriedad, humor ácido, sarcasmo y mis alejamientos repentinos.
Yo me fui muchas veces y ella me buscaba. Después le hizo caso a aquel dicho de "si amas a alguien, déjalo ir" y yo volví. No sé para que.
Ahora ella está por regresar, quisiera sonreir y no estar triste. No debería estarlo porque ella está conmigo, pero lo estoy.
Debo perdonar rápidamente las cosas que me ha hecho y no puedo. Quiero que regreses, creo que tenemos mucho de que hablar.
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