
Director: Andrew Stanton
Duración: 98 minutos
País: Estados Unidos
Reparto (voces): Ben Burtt, Elissa Knight, Jeff Garlin, Fred Willard, MaclnTalk, John Ratzenberger, Kathy Najimy, Sigourney Weaver, Kim Kopf, entre otros.
" En el año 2700, en un planeta Tierra devastado y sin vida, tras cientos de solitarios años haciendo aquello para lo que fue construido (limpiar el planeta de basura) el pequeño robot WALL-E (la abreviatura de Waste Allocation Load Lifter Earth-Class) descubre una nueva misión en su vida además de recolectar cosas inservibles, cuando se encuentra con una moderna y lustrosa robot exploradora llamada Eva. Ambos viajarán a lo largo de la galaxia y vivirán una emocionante e inolvidable aventura."
Esta película va más allá de un magnífico homenaje al cine de ciencia ficción. Pocos son los filmes con los que he sentido tanta nostalgia. Aún más pocos, aquellos que se adueñan de tu corazón y quedan grabados para siempre. Pero Wall-E no sólo ha conseguido satisfactoriamente esos factores, ha despertado lo que dentro de mí se hallaba oculto en lo más recóndito de mi ser. Me ha despertado la capacidad de asombro que creí que había perdido hace tiempo. Me ha tocado en la fibra más profunda. Me ha hecho sentirme pleno y feliz, sensación efímera, pero el tiempo la hará eterna.
He derramado unas cuantas lágrimas, pero he sonreído más de una vez también. He sentido el gozo de estar viendo este complejo arte llamado cine. Y ese día se ha vuelto inolvidable, Wall-E lo ha hecho. Dicen que una imagen vale más que mil palabras, es cierto.
Podría pasar décadas escribiendo, y aún así, no plasmaría lo que he visto, lo que he sentido, en lo que me he convertido. Suena un poco ilógico que después de tanto tiempo de haberla visto, no lo haya expresado casi instantáneamente, pero es que no sabía cómo.
Fastuosa fábula, casi no posee diálogos, pero quien necesita de ello, cuando te enamora con hechos. Cuando la historia se fusiona bellamente con esa sublime animación y esa apoteósica música.
Wall- E es un robot, sí y a pesar de ello tiene una personalidad. Aprendió a tenerla, eso y mucho más. Aprendió más de lo que muchos de nosotros aprendemos en una vida entera.
Se enamoró de algo (o alguien) que creyó que jamás podría suceder. Se sentía solo en un planeta que cada vez deterioramos más y más (tal parece que jamás nos importará). Había aprendido conceptos que tan sólo de acordarme de ellos, se me eriza la piel: Perseverar, Luchar, Soñar, Amar.
Y bailar al ritmo de "Put on your sunday clothes" en "Hello, Dolly! ".
Para la posteridad quedarán esas preciosas escenas donde vemos a los protagonistas de tan hermosa aventura danzar aquella bella música de antaño.
Encomiable trabajo de Thomas Newman a cargo de la música de la película. Impresionante animación, bella por donde se le vea.
Historia de sueños, de frustraciones y de lucha, pero sobretodo, de esperanza. Mensaje que parte el alma. Final que sobrepasa todo lo hermoso que nos rodea. La atraviesa hasta convertirse en una estrella de la que tendremos que tomar como ejemplo para ser (o intentar, ¿por qué no?) mejores personas.
Y si me lo permiten, tomaré de la mano lo que acabo de ver. Porque me he enamorado. Porque la última lágrima que derramé se debía a la inmensidad del filme. Muchas gracias Pixar.
Simplemente genial, una joya del género.
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