
Director: David Lean
Duración: 161 minutos
País: Reino Unido/Estados Unidos
Reparto: William Holden, Jack Hawkins, Alec Guinness, Sessue Hayakawa, James Donald, Geoffrey Horne, André Morell, Peter Williams, John Boxer, Percy Herbert, Harold Goodwin, Ann Sears, Heihachiro Okawa, Keiichiro Katsumoto, M.R.B. Chakrabandhu, entre otros.
" Durante la Segunda Guerra Mundial, un grupo de prisioneros británicos son obligados por sus guardianes japoneses a construir un puente. Los oficiales, capitaneados por su flemático coronel, se opondrán a toda imposición que viole las convenciones sobre las condiciones de los prisioneros de guerra."
En 1952 el escritor francés Pierre Boulle publicó, basándose en un hecho real, la novela "Le pont de la riviere Kwai" con la que obtuvo un gran éxito. Cinco años más tarde se realizó esta película que ganó siete oscars correspondientes a la mejor película, mejor director, mejor actor, guión adaptado, fotografía, banda sonora y montaje. Fue además nominada para la estatuilla destinada al mejor actor secundario que en esa oportunidad fue Sessue Hayakawa quien interpreta al Coronel Saito.
Parece que fue ayer cuando la vi por primera vez. Solo de oir esa fantástica canción silbada se me ponen los pelos de punta. Obra maestra del cine bélico. Es recomendable para esos días de otoño e invierno, en los que falta un poco de ánimo.
Cuando terminas de verla te queda la sensación de haber aprovechado el tiempo.
Como muchas historias del cine, ésta sobre el puente será probablemente una de las más reales que se han producido en torno a la Segunda Guerra Mundial y una de las más intensas y apasionantes que se han llevado a la pantalla.
Magníficas interpretaciones, de las cuales me quedo particularmente con Alec Guinness y el ya mencionado Hayakawa. Además posee una perfecta aproximación a los caracteres históricos, como el del militar británico, flemático y disciplinado, pero dispuesto a morir si es preciso conservando intacto su sentido del honor.
Lo mejor es el apabullante final con el cual Lean cierra esta cinta, sin duda otra de sus obras cumbres. Es lo más intenso que se puede imaginar, y resulta, además, cargado de la más devastadora ironía.
No queda sino aplaudir de pie a esta pieza maestra de la cinematografía mundial y, una vez más, a un cineasta único e irrepetible; un artista con la noción más clara que nadie de lo que significada un espectáculo cinematográfico. Un hombre que ni más ni menos sabía hacer películas.
Comentarios