
Director: Wolfgang Petersen
Duración: 149 minutos
País: Alemania Occidental
Reparto: Jürgen Prochnow, Herbert Grönemeyer, Klaus Wennemann, Hubertus Bengsch, Martin Semmelrogge, Bernd Tauber, Erwin Leder, Martin May, Heinz Hoenig, Uwe Ochsenknecht, Claude-Oliver Rudolph, Jan Fedder, Ralf Richter, Joachim Bernhard, Oliver Stritzel, entre otros.
" Un submarino alemán de la Segunda Guerra Mundial es el escenario en el que un grupo de jóvenes soldados, dispuestos a conocer la emoción de la batalla en defensa de su patria, tendrá que someterse a una dura convivencia tras descubrir que han sido enviados en una misión probablemente suicida."
La cima cumbre del subgénero de submarinos es una película alemana, así de sencillo. Es complicado saber como un director como Peterse, que hace esta joya, siguiera posteriormente una carrera tan errática. Quizá en los Estados Unidos ganara más dinero y fuera más famoso, pero lo que no le ha dado es ninguna obra mejor.
Lo realmente grandioso de esta película es la dirección de Petersen, las increíbles interpretaciones, la música y una ambientación y fotografía que son inigualables en interiores. No tiene en sí nada flojo, pero es verdad que el guión no es perfecto, y tiene dos manchas. Uno, la cierta repetición de situaciones, y dos, los condicionantes que la propia historia provoca al creador.
Me explico. Entiendo que una película alemana del año 1981 que hable de la Segunda Guerra Mundial no puede ser imparcial, tiene un handicap, debe mostrarnos por las buenas o por las malas, como los protagonistas luchan por sus vidas y no por una ideología, ya que eso les haría detestables para el público. Por lo tanto, ya desde el comienzo y durante toda la primera parte se ofrecen críticas a los nazis y una visión generosa de esa joven tripulación con valor pero en absoluto politizada. Creo que se pasan en ello, ridiculizan a un oficial de las juventudes hitlerianas, critican al Estado Mayor y al propio Hitler, carecen de emblemas, escudos y banderas, no escuchan música del régimen sino americana.
Otra cosa que no me convence en exceso es su final, ahí es donde percibo al Petersen más hollywoodense que veríamos años después.
Pero todo lo demás es maravilloso, una de esas películas que merecen tener en la estantería de casa y que nos congracian con el cine. Y ojo, es de los ochenta, la década tan nefasta para mucha gente. Y es que siempre hubo y habrá buenas y malas películas todos los años. Y esta es de las muy buenas.
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