
Director: Fritz Lang
Duración: 153 minutos
País: Alemania
Reparto: Alfred Abel, Gustav Fröhlich, Rudolf Klein-Rogge, Fritz Rasp, Theodor Loos, Erwin Biswanger, Heinrich George, Brigitte Helm, entre otros.
" En una gran ciudad del año 2000 los obreros viven en un guetto subterráneo donde se encuentra el corazón industrial con la prohibición de salir al mundo exterior. Incitados por un robot se rebelan contra la clase intelectual que tiene el poder, amenazando con destruir la ciudad que se encuentra en la superficie, pero Freder, hijo del soberano de la Metrópolis, con la ayuda de la hermosa María de origen humilde, intentarán evitar la destrucción apelando a los sentimientos y al amor."
Posiblemente una de las mejores películas de la historia sin ninguna duda. Todos y cada uno de los planos y escenas son simplemente maravillosos, con unos escenarios asombrosos conjugados con una fotografía memorable, juegos de luces y sombras magistrales. Por un poner un ejemplo, la escena de las catacumbas, cuando el inventor C. A. Rotwang persigue a María por la oscuridad de la cueva guiado con una linterna, es una escena que describe perfectamente la situación de una manera sencilla pero a la vez dotada con una perfección asombrosa.
La actuación de Brigitte Helm es memorable, transmitiendo al espectador todos sus miedos, sus tensiones al ser perseguida en penumbras. Los juegos con las luces son excelentes, al igual que los escenarios. ¡Y pensar que estas imagenes se rodaron hace casi un siglo!
Pero es que existen imagenes que se quedan grabadas en la retina formando un pozo sólido en la cabeza que hace que aparezcan todas estas visiones cada vez que recuerdo esta gran película: la explosión en la sala de máquinas, la historia de la torre de Babel, la presentación de María, una maravilla.
Y por si todo esto fuese poco, a estas imagenes sublimes se le añade un guión inteligente, original e imprevisible, en el que la imaginación del espectador entra de lleno a formar parte del mismo e interacciona o, al menos, intenta adivinar que es lo que sucederá más adelante. La historia parece estar sacada de un cuento, con su moraleja incluída, aplicable perfectamente al mundo de nuestros días.
Nos habla de la diferencia entre clases, por un lado los obreros que trabajan con máquinas en las profundidades para hacer que la Metrópolis, situada en el mundo exterior, continue suministrando una vida alegre y lucrativa a sus habitantes, que son la clase social alta. Estas diferencias en la calidad de vida producen distensiones que desembocarán en una revolución obrera con graves consecuencias.
Mención aparte merece el señor Fritz Lang, en la que para mí es su mejor película, a un nivel altísimo de creación e imaginación, haciendo una dirección perfecta en todos los aspectos, hasta el último actor de reparto parece bueno.
La pena es que un cuarto de la película se ha extraviado y nos vamos a quedar sin ver muchas escenas que seguramente serían calificadas como memorables, siguiendo la línea marcada por la parte existente.
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