Director: Walter Hill
Duración: 92 minutos
País: Estados Unidos
Elenco: Michael Beck, James Remar, Dorsey Wright, Brian Tyler, David Harris, Tom McKitterick, Marcelino Sánchez, Terry Michos, Deborah Van Valkenburgh, Roger Hill, David Patrick Kelly, Lynne Thigpen, Ginny Ortiz, Mercedes Ruehl, John Snyder, entre otros.
" En un futuro cercano, un carismático líder convoca a todas las pandillas de la ciudad de Nueva York en un intento por dirigirlas. Cuando es asesinado, Los Guerreros son culpados falsamente del suceso y ahora deben luchar por hallar el camino a casa, mientras cada banda existente los está cazando para castigarlos."
Después de ver esta gran película, se me vinieron a la cabeza distintas cuestiones. Una de todas ellas fue que, la tendencia de los últimos años con directores independientes y algunos del mainstream es imitar películas de este tipo. Es decir, filmes construidos por medio de una dirección elegante, grandes actuaciones y líneas asesinas que forman parte de diálogos que se vuelven inolvidables para quien los escucha.
En primer lugar, esta película no cuenta con algún gran nombre que forme parte de su elenco. Esto hubiera sido distinto, si se hubiera realizado en esta época. Si fuera una obra reciente estaría conformada por nombres como Sizemore, DeNiro, Pacino, Gibson, Berenger, Kilmer, Cruise y el resto de los que aparecen en Sospechosos Comunes. Esto provocaría que cayera sobre su propio rostro debido al peso de las estrellas reunidas. Ya saben, Hollywood piensa que más es mejor, y más si el tema se trata de incluir más estrellas. Aunque claro, existen las excepciones. Y para ilustrarlo, no hay mejor ejemplo que lo que ocurrió con Heat, que es una gran cinta.
Ahora bien, como ya lo he mencionado en otras oportunidades, las obras deben ser situadas en el momento histórico en el que aparecieron, simplemente para ser analizadas de una manera más adecuada. Es decir, esta creación cinematográfica sigue siendo estupenda, pero por razones muy diferentes al momento en el que se dejo ver por primera vez en una pantalla. En aquel entonces, fue un asunto de glam y violencia. Una creación que rebasaba los limites, mucho más dura que las otras películas de aquel momento en la historia, simplemente porque la gente estaba luchando (de manera literal), en lugar de estarle disparando a los demás o boxear con ellos de formas educadas. Y suponer que la gente que la vio en su momento, posteriormente se convirtió en un luchar de la calle o en un señor del crimen, debe ser una aseveración muy temeraria. Hay que señalar que la popularidad de ninguna película conduce al colapso de la civilización como la conocemos, esto obviamente, está fuera de lugar.
En cambio, esto no borra el hecho de que puede haber momentos no tan maravillosos en esta película. Pero hay que reconocer que las emociones van apareciendo tan rápido y tan cercanas, que suspenden todo aquello llamado incredulidad y el relato solo funciona. Y lo declara alguien que considera que la verosimilitud en una cinta, es una cualidad imprescindible de la misma. Sin embargo, a veces también resulta vital lo que las historias te provocan a niveles emocionales, al acto de que los temas que se presentan resultan afines o no para quien los observa. Así que, ahora, después de haber visto muchas mas películas con el transcurso de los años, esta cinta me agrada por diferentes razones. Debo señalar que es una película que toma su historia de manera seria, desde el principio. Si bien tiene algunos errores, evita todos aquellos que abundan en las producciones de la actualidad.
A saber, no todo el mundo tiene un arma de fuego. En este caso las armas son cadenas, tubos y algún bat. Los tipos no encuentran armas automáticas de manera accidental en todas partes, y debido a ello se ejecutan muy pocos disparos a lo largo de la narración. En las típicas cintas de acción, esto sucede todo el tiempo sin explicación: obtener armas ilegales de francotirador o autos repletos de las mismas después de unas horas de pasear por el lugar. Aquí hay pocas explosiones majestuosas. Esas en donde los coches, los autobuses y los trenes saltan como si se tratara de pequeños animales, para después terminar aterrizando en calles que se muestran desiertas de forma asombrosa. En otras palabras, hoy en día las explosiones se utilizan como relleno; por lo que cuando el guion se empieza a caer seguramente algo explotará, en lugar de buscar mantener a los espectadores ocupados en lo que se está contando.
Aquí no hay algún tipo de vigilancia encubierta, que muchas veces aparece como un tema evidente. Ningún seguimiento por satélite de nuestros héroes, u alguna otra tecnología que pudiera ser utilizada como migajón sobre los agujeros de la trama. No hay trucos imposibles, además del hecho de que la gente simplemente no puede luchar con tal proceder sin herir de gravedad a los otros (¿un moretón de algunos centímetros después de ser golpeado con un bat? ¡ No me jodan!). En efecto, dejando de lado los colores totalmente exagerados que usan los miembros de las otras pandillas, y algunas líneas ridículas en los diálogos, muy pocas cosas en esta película provocan sentir vergüenza por lo absurdo de alguna situación y te lleven a gritar hacia el interior: ¡esto jamás sucedería!. Porque se trata básicamente de un filme cuyas situaciones son probables de ocurrir, y esto a su vez, genera que el personaje de Cyrus aparezca como una figura más aterradora. Puesto que, probablemente tenia razón cuando les anuncia, que si todos esos sujetos pudieran cooperar entre ellos realmente podrían hacerse cargo de la ciudad, al menos por un tiempo. Este argumento tocó un punto sensible en aquel entonces y lo sigue haciendo ahora: la escoria siempre superará al resto de los habitantes. Así estos tipos fácilmente podrían ponerse uniformes de color marrón, un logotipo sugerente y salir a derrocar a todo individuo sano y justo, si realmente pusieran sus mentes y cuerpos al servicio de la causa. Ya ha pasado antes. Perdón, ¿no es justo lo que ocurre en este país?
A pesar de que evita realizar los errores que se cometen en los tiempos recientes, la película cuenta con una buena cantidad de grandes momentos. Se me ocurren toda la secuencia de apertura con los trenes apareciendo y la música vigorosa de Barry DeVorzons. O el discurso del propio Cyrus, mientras que las patrullas de la policía se escabullen a través del parque como depredadores, con la única misión de silenciar la visión del futuro de todos aquellos malhechores. O qué decir de la secuencia con la pandilla de beisbolistas que surgen desde la colina como si de una manada de lobos se tratara, corriendo sin tregua y sin agotarse mientras nuestros héroes únicamente soplan y se ahogan. O la escena en el tren con los niños ricos, ellos en el camino a casa y frente a ellos sus contrapartes los bandidos.
Y también destacaría casi todo lo que Luther hace en la pantalla. En un remake de estos tiempos estaría bien vestido, sería millonario y tendría armas exóticas o dominaría algún arte marcial. En este caso, el tipo solo es un alborotador y vicioso que le gusta meterse con la gente, y a diferencia del Duende Verde este hombre es terrible porque puede hacerlo con cualquiera que vaya caminando en la calle.
He leído algunas breves reseñas que expresan que Masai es aburrido, que no muestra ninguna emoción en lugar de aullar y rebotar en las paredes. Debo asegurar que Masai es cinco veces más aterrador que dicho estereotipo, ya que simplemente se sienta a esperar que sus fuerzas derriben por completo al enemigo. Y por último, pero no menos importante, la DJ sin rostro, enviando sus mensajes al turno de la noche en los que menciona hacia donde se dirigen los Guerreros y lo que están haciendo. Todos estos son grandes momentos de la película, escenas que se adhieren a la memoria. No al nivel de Travis Bickle quien habla consigo mismo; pero si varios peldaños por encima del nivel que suelen tener las cintas en estos días.
Me parece que debo exponer que esta película está tristemente infravalorada. Claro, en su composición se acerca más a una película de tipo B que a una A y posee un dialogo horrible en ciertos instantes, pero eso también ocurre en la primera entrega de Star Wars y pocas personas afirman que dicha producción es una mala película.
Es simple, estamos ante una obra que es un deleite para los ojos. Una pieza de cine de la cual los directores más jóvenes deberían tratar de aprender.
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