Director: Paul Thomas Anderson
Duración: 138 minutos
País: Estados Unidos
Elenco: Joaquin Phoenix, Price Carson, Bruce Goodchild, Andrew Koponen, Jeffrey W. Jenkins, Kevin Hudnell, Amy Ferguson, W. Earl Brown, Frank Bettag, Vladimir Velasco, Daine Cortejo, Katie Boland, Philip Seymour Hoffman, Amy Adams, Jesse Plemons, Ambyr Childers, Rami Malek, Martin Dew, Joshua Close, Jillian Bell, entre otros.
" Un veterano de la marina llega a su casa tras la guerra. El hombre se encuentra inestable e inseguro sobre su futuro, hasta que La Causa y su carismático líder consiguen seducirlo para que se les una."
Recuerdo que la primera que vi esta película, me acerqué a ella sin saber casi nada al respecto y, de igual manera conociendo casi nada sobre Cienciología (lo cual no me puede importar menos). Supongo que la experiencia de observarla resultaría distinta, (ya que al no tener más información no me sentía capaz de apreciarla en su totalidad) como me imagino si lo haría alguien que se la encuentra completamente informado y listo para ser guiado por la historia que nos desea contar el director.
Menciono esto como una especie de preámbulo a lo verdaderamente trascendental de esta reseña, porque me he dado cuenta de que, en general, las críticas a esta película tienden a tomar una actitud presuntuosa, acompañada de un desprecio del tipo esnob hacia aquella persona que no entendió nada porque no era lo suficientemente inteligente y un largo etcétera.
Dicho esto, me gustaría iniciar estableciendo que la cinta comienza de una forma pausada pero adecuada y consigue involucrarme durante más de la primera mitad de sus minutos, construyendo a los personajes que conforman la narrativa y explorándolos de una manera que casi podría considerar como rítmica y lo realiza haciendo uso de una paciencia que refleja la dedicación y la personalidad hipnótica del protagonista, el señor Dodd.
Lamentable, me parece que dicha construcción no alcanza un punto culminante, que conforme transcurren los minutos algo en ella empieza a decaer y en la segunda mitad del metraje, comenzó a perder un poco de mi interés y por qué no decirlo, tal vez un poco de mi atención. Y si no me equivoco, es la segunda vez que la observo y en ambas oportunidades la experiencia ha sido muy parecida.
Teniendo en cuenta que en mi opinión, la narrativa resulta muy irregular, la causa principal de ello a la que puedo aludir es a una dirección que se pierde, que resulta de la misma forma desigual y que termina extraviando la sensación de crecimiento que pudo haber tenido hasta ese preciso instante. Esto es, en algún punto la historia transmite la sensación de que no va a ninguna parte y vaya que se toma su tiempo para alcanzar ese sitio. Entonces prefiere seguir avanzando (o mejor dicho serpenteando) por terrenos similares y continuar sin ofrecer nada para justificar realmente el largo tiempo de ejecución que se tomado.
Por supuesto, habrá quienes consideren esta observación como propia de personas que se quejan por la falta de acción en el cine, que no aprecian un ritmo lento en un filme y otra vez un largo etcétera. Por lo cual, me encantaría indicar de nuevo que es propio del esnobismo asumir que tales comentarios (como el que acabo de manifestar) deben significar algo así como: "Necesito una persecución de autos para realmente conseguir disfrutar una película". Obviamente, no hay nada más alejado de la realidad cuando se trata de un análisis como ese; cuando yo expongo una observación por el estilo me refiero a que considero fundamental que en el arte de la narración de historias, ese aspecto (narrar) no debe caer en lo que parece ser una lista de prioridades y en este caso es una verdadera lástima que suceda, puesto que hay muchos más elementos sobre la cinta que son excelentes.
Indiscutiblemente, lo primero que consigue atrapar es el aspecto visual que es impresionante en la película, y que además es un factor que permanece constante durante las más de dos horas que dura la cinta. Son fascinantes e interesantes los colores, el encuadre y el tamaño de las imágenes que vemos aparecer en pantalla. En ese sentido, un dato curioso acerca de ello es que no había oído hablar de Malaimare antes de leer su nombre en los créditos, pero su labor aquí es excelente. Además del poder de dichas imágenes, goza de un gran uso de la música que es tan suave como una pijama, sin necesidad de aturdir para acentuar determinadas secuencias. Es difícil describirla, pero funciona muy bien, diseminándose en pequeñas dosis escena tras escena y regalándole a la obra una atmósfera, una sensación y un tono extrañamente atractivo.
Ahora bien, como la gran mayoría ya lo ha dicho, los verdaderos pilares que sustentan la película son sus grandes actuaciones. En el caso de Phoenix su interpretación es digna de aplauso, dando vida a ese personaje de temperamento voluble, pero que al mismo tiempo es poseedor de una sensibilidad que realmente conmueve. En cuanto al fallecido Seymour Hoffman, como ya lo mencioné su papel es el de un hombre en general más sosegado, sin embargo también resulta ser propenso a la ira cuando se le cuestiona y consigue equilibrar ambos aspectos de manera adecuada. Y finalmente Adams fue quien más me sorprendió, ya que no esperaba que su trabajo actoral consiguiera niveles tan altos como en esta cinta. En suma, los tres actores (pero principalmente los dos primeros), provocan naturalmente que la cinta eleve su calidad en virtud de lo que le entregan con sus trabajos, y es una pena que el aspecto narrativo no se encuentre a su altura, lo cual hubiese resultado mejor para ellos.
De hecho, incluso podría pasar por alto sus deficiencias a la hora de contar una historia, dado que la creación de Anderson está muy bien hecha, se ve tan hermosa y es una gran pieza de artesanía que realmente casi se convierte en un disgusto que el relato se vuelva tan lejano y que llegada a cierto lugar prefiera divagar sin ningún impulso o razón aparente.
Resumiendo, es una gran obra cinematográfica y merece ser visto por todas aquellas cualidades que detenta; sin embargo, de ninguna es una buena historia, y este este aspecto lo que al final realmente genera una ligera decepción.
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