Director: Babak Anvari
Duración: 84 minutos
País: Reino Unido / Jordania / Catar / Irán
Elenco: Narges Rashidi, Avin Manshadi, Bobby Naderi, Arash Marandi, Aram Ghasemy, Soussan Farrokhnia, Ray Haratian, Hamid Djavadan, Behi Djanati Atai, Bijan Daneshmand, Nabil Koni, Karam Rashayda, Zainab Zamamiri, Khaled Zamamiri, Adel Darageh, entre otros.
" Mientras una madre y su pequeña hija luchan por hacer frente a los terrores de la posrevolución en una Teherán destruida por la guerra acontecida en la década de los ochenta, un misterioso ente de maldad comienza a acechar su hogar."
Esta película es admirable para mí por ser la primera obra (que yo conozca) de terror que fue creada en un país islámico de Medio Oriente. Solo por esta razón, esta cinta puede ser calificada de interesante. Por lo general, las cintas de terror funcionan mejor cuando existe un sentido de misterio en los recursos que se utilizan, de tal manera que lo desconocido es uno de los elementos más aterradores que hay. Ese fue el motivo por el que las producciones del género provenientes de Japón resultaran tan aterradoras para el público occidental, ya que la concepción japonesa de lo sobrenatural era tan diferente a la nuestra, lo que significa que los eventos que sucedían en esas películas eran altamente impredecibles e inquietantes. Y es la misma razón por la que una película de terror desde una perspectiva cultural iraní, siempre se sentirá más original en su enfoque.
Y este proyecto de aquel lejano país así lo demuestra, ya que si bien hay en ella elementos familiares para una historia que envuelve fantasmas, también hay aspectos que son menos predecibles, lo que deriva en una película atrayente.
A propósito, he olvidado resumir un poco la trama. Bueno, todo va sobre una mujer y su pequeña hija que viven solas en un departamento de Teherán, durante los últimos años de la guerra entre Irán e Iraq, cuando el régimen iraquí decide disparar misiles de forma sistemática en grandes áreas urbanas que evidentemente están pobladas. En poco tiempo, uno de los misiles se estrella en el edificio donde habitan y justo cuando esto sucede, una extraña fuerza malévola sobrenatural entra a su hogar y comienza a aterrorizar a todos los residentes del lugar.
Uno de los componentes que provocó que este proyecto realmente destacará para mí, fue el contexto histórico y social que rodean toda la historia. En otras palabras, si bien, por un lado se trata de una película de terror claustrofóbica que ocurre en un conjunto de apartamentos, también suceden toda clase de terrores que son reales fuera del hogar. De hecho, el departamento se transforma en un verdadero refugio para la madre de muchas maneras; por ejemplo es un lugar donde no tiene que usar el atuendo restrictivo que incluye la burka y puede realizar sus rutinas de ejercicio acompañada por el vídeo que posee de Jane Fonda. Más allá de este santuario que la mantiene segura, tiene que lidiar con un régimen represivo que puede castigarle de forma violenta si la ropa que utiliza no es la correcta o si se llegan a enterar que posee una videocasetera.
La vida llena de prohibiciones que padecen las mujeres durante la Revolución Cultural es el horror de la vida real que la protagonista experimenta fuera de su casa, mientras que la entidad sobrenatural del yinn (por acá se les llama genios) se convierte en el horror que ella y su hija soportan dentro del hogar. Al mismo tiempo, hay horrores de la guerra que ocurren constantemente sin previo aviso y con posibles consecuencias mortales.
Y hay que decirlo, aunque esta historia se desarrolla a finales de los años ochenta, está bastante claro que esta mencionada circunstancia bélica sigue siendo terriblemente pertinente en la actualidad, dados los horrendos bombardeos que ocurren en diversos lugares del mundo que continúan sin cesar mientras escribo esto. Entonces, cuando se piensa detenidamente, se trata de una película en la que existen muchas cosas sucediendo alrededor, más allá de su simple argumento.
En cuanto al material de terror casi mágico, este se intensifica a medida que avanza la historia y aparecen algunos momentos que generan brincar del asiento de forma genuina y se hace uso de algunas imágenes que son muy siniestras. Sin embargo, nunca se exagera cuando se emplean estos recursos y no se cae en engaños excesivos, lo que en última instancia repercute en un beneficio general de la película.
Por último, y ciertamente no por ello menos importante, surgen en ella un par de actuaciones destacadas que apuntalan todo el conjunto. Por un lado esta Narges Rashidi quien se muestra totalmente convincente como la madre angustiada, mientras que Avin Manshadi nos presenta una interpretación muy sólida como la hija pequeña. El mérito reside en que como audiencia realmente nos importa lo que les llegue a ocurrir a este par de mujeres, a este par de simpáticos y realistas personajes.
En el análisis final, realmente espero que esta creación conduzca a una serie de películas de terror iraníes, ya que el género a menudo resulta ser apropiado cuando se trata de examinar problemas sociales complejos de una manera accesible. Y esta película, puede ser la punta del iceberg para que esto suceda.
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