Director: Maren Ade
Duración: 162 minutos
País: Alemania / Austria / Suiza / Rumania
Elenco: Sandra Hüller, Peter Simonischek, Michael Wittenborn, Thomas Loibl, Trystan Pütter, Ingrid Bisu, Hadewych Minis, Lucy Russell, Victoria Cocias, Alexandry Papadopol, Victoria Malektorovych, Ingrid Burkhard, Jürg Löw, Ruth Reinecke, Vlad Ivanov, entre otros.
" Un padre bromista trata de reconectarse con su hija adicta al trabajo, creando un alter ego escandaloso y haciéndose pasar por el coach de vida del director ejecutivo de la empresa donde ella labora."
Tuve un momento difícil cuando traté de descubrir qué era esa extraña figura que aparecía en el póster de la película. Intenté verlo boca abajo, con un espejo, lo voltee y lo que se les ocurra, utilicé todos los trucos que conozco, pero nada había funcionado. Después de que todo aquello terminó, pensé que podría tratarse de una cinta de fantasía, con una criatura parecida a King Kong. Bueno, esa fue la curiosidad que provocó en mi, aunque las personas suelen tener diferentes opiniones sobre el mundo y se les olvida por ejemplo que esperar de una película por el simple hecho de ver un cartel. Pero se trataba simplemente de una comedia aderezada con un poco de drama y la única forma de resolver el misterio, era ver la cinta. Eso es lo que finalmente hice.
La escena de apertura la encontré apetecible. Pero no me imaginé que toda la película fuese por el mismo camino. Todo gira alrededor de un padre bromista y sus intentos de acercarse a su hija adicta al trabajo, que es básicamente la esencia del relato. Un viaje trascendental de vida para ambos, sin tocar los temas de los desafíos en el mundo o la naturaleza, sino de su propio descubrimiento, el significado de la vida y el propósito de la misma. De alguna manera, esta debe ser una de las agraciadas creaciones del séptimo arte para iniciarse en la temática de lo que implica la relación entre un padre y una hija. Y es que, a veces, en el mundo de los adultos, las personas se olvidan de vivir realmente, cuando le brindan todo el sentido de su existencia al aspecto profesional.
Tengo que estar de acuerdo con lo que se plantea en ella, este es un mundo competitivo y en cualquier momento puedes ser reemplazado por otros millones de seres que están esperando detrás tuyo, para aprovechar la oportunidad que se te ha entregado. Sin embargo, ¿vale la pena hacerlo? esa es la verdadera pregunta. Dudas como esa no surgirán, sin que aquellos que nos quieren, nos lo señalen. Aunque claro, requiere ser preguntado de forma apropiada, de manera cortés. No obstante, algunas personas tomarán una ruta alternativa, justo como sucede este filme. A veces, todo el asunto precisa de una aventura inesperada, para darse cuenta de que como son en realidad las cosas. Y esta cinta fue honesta, al hacer el intento de revelar todo lo que puede desde diversos ángulos.
Esta es la historia de Winfried. Un avejentado profesor de música divorciado que disfruta haciendo bromas a las personas que le rodean. Luego de que su perro muere, decide volver a conectarse con su única hija, Inés, que ahora trabaja en Rumanía. Cuando esto sucede, ella se encuentra en un lugar privilegiado, muy cerca de obtener el puesto deseado en la empresa donde labora. Estando a pocos pasos de conseguirlo, la mujer comienza a distraerse y con ello a distanciarse de su meta por la presencia de su padre. En ese punto, de forma irónica, ella que nunca entendió el modo de vida de su progenitor, trata de conseguir de él una respuesta sobre el propósito de la vida. Ahí es donde comienza el periplo para ambos. Y entonces se nos muestran algunas de las sendas audaces que decidieron tomar, lo que la película logra de una manera única. En algún momento al final de la obra, el padre le espeta a la hija: El problema es que a menudo todo se trata de hacer cosas. Haces esto, haces aquello. Y mientras tanto, la vida pasa.
Al parecer, la película está basada en algún nivel en el propio padre de la directora. Y la película también resultó ser una agradable sorpresa proveniente del cine alemán, el cual ha carecido de reconocimiento internacional durante algunos años, y de igual manera es una experiencia visual placentera, si pudiera describirla como una excéntrica combinación de lo absurdo y lo mundano, lo trágico y lo cómico.
La breve sinopsis que he descrito anteriormente puede revelar la esencia del humor en la película, pero la comedia que realiza Ade no está para nada exenta de introspección. La fuente principal del humor es, por supuesto, la dinámica entre el padre y la hija, así como el evidente desajuste que le genera incomodad al padre el ambiente profesional de su hija. Este humor, basado en las adecuadas interpretaciones de los dos actores principales, se basa esencialmente en el estilo más restrictivo de la directora que varía entre opuestos; por ejemplo esa continuidad parsimoniosa producida por tomas más largas y con una edición más clásica de tomas junto a otras tomas invertidas. O una cámara en mano como el denominador realista y un paisaje sonoro despojado como un denominador estilizado donde los sonidos distantes y sigilosos son casi tan conspicuos como la música tradicional cuando brilla por su ausencia, o espacios caracterizados por una fría sequedad (el departamento de la hija en Bucarest se parece más a un cuarto de hotel que a un hogar) opuesto a los espacios cerrados de color azul con más luz y colores más cálidos. En general, una gran parte del humor se genera del hecho de que la narrativa irónica de Ade parece mantener su distancia a las bromas y chistes del padre. Hay una aparente frialdad en el enfoque de la directora. Las bromas pueden hacer reír o que el espectador suelte una breve risita, mientras permanece suspendido en el vacío por la estética de Ade que no responde al eco de quietud.
Tal sutileza es perfecta para los temas de Ade que requieren tanta duración en el tiempo como un amplio lugar en el espacio. Es decir, los secretos y los recuerdos no contados, la gran cantidad de sentimientos y deseos reprimidos, los anhelos ocultos y las oportunidades perdidas son fenómenos psicológicos que por su naturaleza no suelen revelarse, razón por la cual la decisión de la realizadora de concretar una cinta más larga y menos obvia es, para expresarlo de forma simple, admirable. Es como si la narración recogiera por casualidad un ciclo recurrente en la vida humana que resultara en insatisfacción una y otra vez. Este ciclo se aborda, especialmente, a través del asunto de actuar a partir de la necesidad constante de interpretar a otra persona por así decirlo en el mundo de los negocios, mientras pierde su verdadera esencia empatada con la necesidad correspondiente de montar un espectáculo que, sin embargo también puede funcionar como una oportunidad para liberarse del sainete de la hija.
Si bien todo esto podría llevar a algunos a acusar la obra de abandonar la sociedad en general a expensas de discutir las pequeñas crisis de la clase media alta, debe notarse que la cinta nunca deja de reconocer los temas sociales de naturaleza actual. Por mencionar algo, el mundo empresarial capitalista en el que habita cotidianamente la hija parece tan distante y sombrío que la gente se pierde en la carrera de planear una profesión y el dominio superficial de los idiomas en constante cambio. Es esa pluralidad lingüística la que se correlaciona con el vacío existencial, ya que las palabras que se aprendieron de memoria pocas semanas antes de importantes reuniones de negocios, no logran describir nada que sea real, lo que suscita que una persona se aleje cada vez más de las tímidas sombras de la propia identidad. Los temas sociales están ahí, pero siempre filtrados a través de la óptica principal en el enfoque temático de la creación de Ade.
En términos de las cuestiones que envuelven a la sociedad y la humanidad, la cinta se niega a darnos respuestas. Si la creación ficticia y exagerada del padre nombrada Toni Erdmann aparece como una parodia de la autoayuda contemporánea y la cultura del coach de vida, la obra en sí sería una creación sin las respuestas y la absoluta seguridad en sí misma de esa clase de personajes. Hay acto y emancipación, pero no resolución absoluta. En lugar de tal resultado, la película observa la vida en todo su sentido, tanto cómica como trágica, absurda, sin proteger una parte privada de ella o evitar echarle una simple mirada.
Bueno, me voy, no deseo seguir poniéndome poético.
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