Joker (2019)

Director: Todd Phillips

Duración: 122 minutos

País: Canadá / Estados Unidos

Elenco: Joaquin Phoenix, Robert De Niro, Zazie Beetz, Frances Conroy, Brett Cullen, Shea Whigham, Bill Camp, Glenn Fleshler, Leigh Gill, Josh Pais, Rocco Luna, Marc Maron, Sondra James, Murphy Guyer, Douglas Hodge, entre otros.

" En Gotham City, un hombre que padece de problemas mentales llamado Arthur Fleck, que aspira a ser comediante es ignorado y maltratado por la sociedad. Luego, en el camino sinuoso que la ha tocado transitar se embarca en una espiral descendente de revolución y crímenes sangrientos. Este camino lo pone cara a cara con su alter ego: el Joker."

Esta película es la última entrega del controvertido personaje Joker, a quien se suele nombrar regularmente en ciertos círculos muy distinguidos como el Payaso Príncipe del Crimen. O eso me han contado, ya que no suelo ser invitado a ellos. Después de muchas versiones diferentes que se han concebido alrededor del enemigo principal de Batman, el director Todd Phillips y el gran actor Joaquin Phoenix le brindan a su creación un sentido de identidad muy personal al interpretar la correspondiente y última lectura que se hizo al respecto, en este caso en The Dark Knight de Christopher Nolan. 

Tan arriesgada tarea fue conseguida en su totalidad al construir esta, que simplemente es una versión más oscura y más realista que todo lo que se había visto hasta el momento en las pantallas acerca del peculiar villano cuyo origen proviene de las historietas; hasta aseguraría de forma temeraria, ser capaces de alcanzar extremos y límites aún mayores.

En particular, me gustaría hacer hincapié en el hecho de que Joaquin Phoenix ofrece una personificación (más que una interpretación) tan descollante, que sospecho que si tuviese la oportunidad de observarla, enorgullecería al propio Heath Ledger. 

Ahora bien, si tuviese que resumir la experiencia de su visionado, enunciaría que este Joker golpea y golpea muy fuerte durante una gran cantidad de los minutos que componen su metraje. Es decir, funciona como un fascinante estudio de personaje, así como también marcha a la perfección como una representación adecuada, realista e inquietante a partes iguales de la naturaleza de la enfermedad mental como dolencia.

Para comprender mejor este último punto, bastaría con afirmar que decir que este filme es controvertido sería quedarse corto. En otras palabras, la película trata temas del mundo real que siguen existiendo en la actualidad y que vemos todos los días ser mostrados en cualquier noticiero nocturno que se transmita en cualquier parte de este enorme planeta como las citadas enfermedades mentales, la pobreza, las luchas de clases, el abuso infantil, las conductas antisociales y la anarquía. 

Probablemente, cuando escuchen mencionar todos estos asuntos terribles, muchas personas se desanimaran en sus ganas de acercarse a ella (si es que tenían deseos de verla), por lo perturbador que puede sonar el tema. Otros cuantos abyectos percibirán la película como una especie de oda que se dedica a glorificar el comportamiento antisocial. Algunos otros (como varios que conozco), lo considerarán como un mero entretenimiento y nada más. Sin embargo, existe un solo aspecto en el que casi todos ellos como simples espectadores, podrán estar de acuerdo y es el siguiente: esta es, sin ir más lejos una obra oscura.

Como ya aludía a ello, en el momento de su estreno y todo el fervor que producía se hallaba en su punto más alto, me pareció irrisorio como algunas personas temían que este filme pudiera incitar a la violencia en la vida real. Pero bueno, algunos siguen sin comprender lo que es el arte y lo que significa el término ficción dentro del propio cine. Para mí, lo que ocurre con esta cinta como fenómeno, y si pudiese compararlo con otra obra parecida, es similar a lo acontecido con Fight Club; es decir en lo que respecta a determinado tipo de sujeto alienado que engendra todo un plan para llevar a cabo actividades de tipo anarquista, para provocar la diversión de la audiencia y eso es todo.

Sin embargo, más allá de que algunas personas padezcan de preocupaciones y recelos que pueden ser válidos o no, este Joker aunque no deja de ser ficticio, una de sus grandes cualidades es que es una película representa la realidad casi a la perfección.

Desde luego, sabemos que en el pasado han sucedido toda clase de rebeliones y disturbios, así como guerras de clases e incidentes generados por personas con trastornos mentales. Esto es, aunque los eventos exactos como tales que se presentan en esta obra, jamás han ocurrido en el mundo real, cualquiera podría sostener que podrían fácilmente darse en cualquier instante. Tal vez, eso sea lo que hemos observado todos estos meses luego de su estreno, un mundo y una sociedad llena de ira, con ganas de pelear, con deseos de derrocar al que perciben como el poderoso.

Como sea, confirman los que saben que esta película, como la mayoría de ellas, debe dejarse a discreción de cada uno de los espectadores. En mi caso, sigo pensando y sigo creyendo que el arte representa a la realidad, y la realidad para todos los que tenemos la fortuna de seguir vivos, no siempre es hermosa ni un asunto agradable de observar.

Incluso, algunas personas también pueden ser sacudidas y golpeadas con vehemencia por el realismo que emplea este Joker. El personaje principal Arthur Fleck, cuyo alter ego es el Joker, es un hombre que sin afán de enredarse en muchas dificultades para conseguir describirlo, es un hombre con mala suerte que padece una enfermedad mental. Y para ser sincero, no me parece que esta cinta se detenga para mostrar esta clase de padecimientos en toda su crudeza o en lo que bien podría denominarse como toda su fealdad, solo revela una parte de ella, tal vez la más accesible y con esto basta y sobra para levantar controversia por doquier. 

Baste decir que los locos o esas personalidades atormentadas han aparecido en la pantalla antes, pero la vida real en la que coexisten estos seres no es glamorosa en el más mínimo sentido. En esta historia, una vez que uno como espectador está inmerso en ella es casi imposible no sentirse desconcertado y perturbado por la evidente monstruosidad de esta versión desequilibrada que se nos ofrece de la ciudad de Gotham, plagada de crímenes y desorden por todos lados. Se trata, a grandes rasgos de un mundo que es tan sombrío, apático y brutal. En ese lugar, las calles están llenas de ratas y otros tipos de inmundicia, un sitio en donde los programas gubernamentales se ven obligados a cerrar debido a la falta de fondos para mantenerlos, y el paisaje deprimente de la vida en la gran ciudad tóxica atestada de gente, satura la pantalla. Con esto quiero decir que, no se puede culpar al pobre Arthur por perder la cabeza viviendo en una urbe tan enferma como la que he delineado.

Definitivamente, un elemento que calificaría como sobresaliente en la película es el hecho de haber logrado que el público pueda empatizar o por lo menos se sintiera afectado por la terrible existencia de Arthur, también conocido como Joker. Para ser más específicos, esto no era tan complicado, si se toma en cuenta que su vida y el mundo que lo rodea son tan duros, tan devastadores y aniquilan su propia persona.

Consideremos ahora, que al comienzo de la trama, justo en la primera media hora conocemos a este sujeto al que ni siquiera podría considerarse como maligno o que presente algún rasgo de ello, sino más bien como un tipo común y corriente, quizás demasiado sensible y comprensivo. Vemos como se preocupa por su madre enferma, decide tomar empleos insatisfactorios y se dedica a combatir su enfermedad mental haciendo uso de los medicamentos que le han prescrito. En realidad, lo que desmorona a su alrededor es la sociedad y es, justo este evento el que termina por crear al personaje malvado.

Justo ahí, brota el aspecto tan realista de la película, el tener la oportunidad de ver a ese Joker iniciando de forma voluntaria e indirecta todo ese caos y toda esa anarquía. Es decir, este individuo es solo la gota que derramó el vaso. 

Y deseo volver a Joaquin Phoenix quien personifica al Joker de manera extraordinaria. Su simple labor en esta producción, es justamente lo que suscita que toda la película valga la pena, y lo que ha situado a esta obra en la palestra de todo tipo de discusiones, y obviamente en un lugar preponderante de las grandes películas de los años recientes. Su encarnación es admirable porque se trata más de un hombre cercano a las enfermedades mentales que determina usar maquillaje de payaso que uno de esos supervillanos más grandes que la vida tan de moda en estos últimos años, como el ridículo y pusilánime de Thanos. A mi juicio, Phoenix le da vida al personaje en el mismo espectro y continuando con la misma linea de sombreado del célebre Travis Bickle de Robert De Niro de Taxi Driver (quien curiosamente forma parte del elenco), con la excepción de que el Arthur Fleck de Phoenix es un personaje que se encuentra mucho más aislado, alienado y perturbado socialmente hablando.

En definitiva, este Joker está influenciado en gran medida por dos obras fundamentales en la filmografía de Martin Scorsese que no son otras más que Taxi Driver y The King of Comedy, dos películas curiosamente protagonizadas por el mencionado Robert De Niro. Ambas cintas de Scorsese tratan de hombres solitarios, mentalmente desquiciados que terminan por actuar contra la sociedad de manera violenta o antisocial. Este filme intenta ser una combinación de ambas, mientras se moldea en la propia tradición de Batman. A mi entender, el filme entrelaza con éxito sus influencias de forma conjunta sin desviarse demasiado en el camino.

Ahora bien, si tuviera alguna crítica que hacerle a esta creación, tengo algunas aunque todas me parecen del tipo que yace bajo la mirada reiterativa e irritante, ya que en algún sentido son minúsculas, los pecados típicos que se pueden encontrar en la mayoría de las películas y caen en el terreno de lo inverosímil. Por nombrar algunas: ¿cómo es que Arthur logra introducir un arma en el estudio donde se graba el programa de televisión, y cómo se infiltra tan fácilmente en el teatro Wayne? Supongo que no hay respuesta convincente a ello, solo tenia que suceder así y ya está.

Para concluir, dejando de lado todas las críticas que se le han hecho y se le seguirán haciendo, ahora permaneciendo junto a dos grandes películas de Scorsese, este Joker se quedará en alguna parte de mi gracias a sus actuaciones convincentes, a sus temas inquietantes y a sus momentos impactantes.

Joker se mete debajo de la piel y permanecerá allí para siempre.