
Director: Hayao Miyazaki
Duración: 134 minutos
País: Japón
Reparto (voces): Yôji Matsuda, Yuriko Ishida, Yûko Tanaka, Kaoru Kobayashi, Masahiko Nishimura, Tsunehiko Kamijô, Sumi Shimamoto, Tetsu Watanabe, Mitsuru Satô, Akira Nagoya, Akihiro Miwa, Mitsuko Mori, Hisaya Morishige.
" Con el fin de curar su herida provocada por un jabalí enloquecido, el joven Ashitaka sale en busca del dios Ciervo, pues sólo él puede liberarle del sortilegio. A lo largo de su periplo descubre la lucha de los animales del bosque contra los hombres prestos a destruir la naturaleza.
Una obra de arte. Es el único calificativo que merece esta película, que atrapa de principio a fin por su brillante argumento, sus maravillosos diseños, su indescriptible banda sonora y los impagables momentos de acción y romance.
La película es magnífica, pero si tenemos en cuenta que fue creada hace más de diez años, otro diez se nos queda corto para evaluarla. Los paisajes armoniosos e idílicos contrastan a las mil maravillas con la historia que es sumamente profunda, puesto que nos hace reflexionar sobre la naturaleza humana.
El argumento trata sobre la ambición de los seres humanos, que extienden su poder sobre la naturaleza, provocando una guerra contra los animales. El protagonista, infectado de forma que morirá en un breve tiempo, intentará detener la batalla a toda costa. Otros personajes igual de importantes en la historia, entrarán en juego. Unos se unirán al humano en su intento de detener la inminente contienda, y otros lucharán en un bando u otro. El resultado de esta guerra, como el de cualquier otra sólo puede ser una catástrofe.
El director nipón demuestra que es el único capaz de situar a la animación un peldaño por encima, hasta el punto de provocar que el espectador se olvide de que está viendo una película en la que los personajes son siluetas trazadas sobre un papel y no actores de carne y hueso.
Miyazaki nos regala una cinta que tiene tanto de relato épico de lucha por la supervivencia, como de alegato ecologista y crítica a la sociedad machista e industrializada (temas recurrentes en el japonés), tanto de reflejo de la codicia y vanidad humanas como de historia de amor imposible, tanto de optimismo y vitalidad como de melancolía y resignación.
Pocas realizaciones de animación y muchas de las que no nacen de un rotulador y algunos dibujos consiguen transmitir tantas sensaciones y emociones como lo hacen las del jefe del estudio Ghibli, y este proyecto es buena prueba de ello.
Sus personajes son profundos y sus diálogos elaborados, momentos de acción trepidante se combinan con instantes cargados de romanticismo y la ambientación es tan extraordinaria que se convierte en un personaje más de la película. Por si fuera poco, Joe Hisaishi compone una banda sonora que se funde perfectamente con la historia y que, una vez escuchada, uno no consigue borrarla de su memoria por mucho tiempo que transcurra.
En cualquier caso Miyazaki se mantiene fiel a su estilo, con una animación clásica, y considerando inteligente a su público, lo que es digno de merecer un enorme aplauso.
Una maravillosa película, hermosa de verdad. Recomendable para los amantes del mejor cine de animación para adultos.
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