
Director: Lee Unkrich
Duración: 103 minutos
País: Estados Unidos
Reparto (voces): Tom Hanks, Tim Allen, Joan Cusack, Ned Beatty, Don Rickles, Michael Keaton, Wallace Shawn, John Ratzenberger, Estelle Harris, John Morris, Jodi Benson, Emily Hahn, Laurie Metcalf, Blake Clark, Teddy Newton, entre otros.
" Sabiendo que su dueño Andy, que ya no es un niño, se prepara para ir a la universidad, el vaquero Woody, el astronauta Buzz y el resto de sus amigos juguetes comienzan a preocuparse ante su incierto futuro. Efectivamente todos acaban en una guardería, donde por ejemplo la muñeca Barbie conocerá al guapo Ken. Esta reunión de nuestros amigos con otros nuevos juguetes no será sino el inicio de un montón de trepidantes y divertidas aventuras."
He esperado con un ansia enorme ver esta película. Un interminable cierre para una de las trilogías que más marcó mi vida. Digo esto, porque para mí, esta obra de Pixar ha conseguido dejar una huella imborrable en mi alma. Que esa huella sea indeleble, depende mucho de que la cinta sea capaz de transmitir algo (todavía no sé como especificar esto), ya que el cine es una excelente oportunidad para que alguien pueda expresar sus más íntimas ideas sobre el mundo. De tal manera que considero que los guionistas de este proyecto jamás dejaron de ser niños. Así pude sentir esta creación, ya que yo tampoco he dejado de ser un niño.
La película aborda un momento por el que al parecer todos los nacidos en los ochenta y muchos de los primeros años de los noventa pasamos al lado de Andy, el instante en el que nos sentimos muy grandes para jugar con nuestros juguetes. Sin embargo, los juguetes nunca desaparecen por completo en tiempo y espacio. Se mantienen ahi para su dueño, para que aquel día por accidente los encuentre en un rincón dentro de una caja, pudiendo evocar esos momentos de felicidad que le brindaban.
Toy Story nos hace recordar que aunque seamos adultos no debemos olvidarnos de que todos hemos sido niños y que no debemos renunciar a aquella felicidad incalculable que nos proporcionaban algo tan simple como unos juguetes con los cuales podiamos pasarnos horas y horas entretenidos.
Esta tercera parte no pierde un ápice del sentido del humor, respecto a sus predecesoras. No la puedo comparar con las otras porque todas en su conjunto para mí forman una gran aventuras, y cada una de ellas son iguales de buenas a su manera. Es fresca, divertida y con muy buen hilo narrativo. El único motivo por el que no he llorado, ha sido por el hecho de que no estaba solo, ni modo.
La espera, ha merecido la pena. Yo también, los voy a extrañar.
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