Director: John Sturges
Duración: 128 minutos
País: Estados Unidos
Reparto: Yul Brynner, Eli Wallach, Steve McQueen, Charles Bronson, Robert Vaughn, Brad Dexter, James Coburn, Jorge Martínez de Hoyos, Vladimir Sokoloff, Rosenda Monteros, Rico Alaniz, Pepe Hern, Natividad Vacío, Mario Navarro, Danny Bravo, etc.
" Los humildes habitantes de un pueblo mexicano, que viven modestamente de la agricultura, se hallan a merced de una despiadada banda de forajidos que constantemente les exigen un pago por sus cosechas. Como ellos no saben defenderse, deciden contratar los servicios de siete pistoleros, siete implacables mercenarios cada uno con una habilidad especial en el manejo de las armas."
Popular western realizado por John Sturges. El guión de William Roberts, Walter Bernstein y Walter Newman, adapta como película del oeste el guión de Shichinin no samurai de Kurosawa, escrito por el mismo y dos colaboradores. Se filmó en escenarios de Morelos en México y en los sets de los Estudios Churubusco.
La cinta suma western, aventura, acción y drama. Son muchos los que consideran que con ella comenzó el western crepuscular, tras la etapa del western denominado clásico, el cual duró alrededor de 30 años. La ambientación sitúa los hechos en la penúltima década del siglo XIX, en la que se impone el estado de derecho en el Oeste y emergen grandes cambios económicos, sociales y de orden público. El antiguo héroe del Oeste da paso a la figura decadente de personas desplazadas, angustiadas, sin presente y sin futuro. Los siete pistoleros a sueldo no tienen trabajo, carecen de perspectivas, viven en la pobreza y sufren de miedo y angustia. Algunos buscan tareas remuneradas tan simples y mal pagadas, como cortar leña, hacer de vaquero o trabajar como dependiente de una tienda de comestibles.
La nostalgia del pasado y la melancolía del presente les impulsan a aceptar un trabajo de poco tiempo a cambio de poco dinero. Los personajes conservan, pese a todo, el espíritu aventurero, el sentido de ayuda a los demás, la conciencia del honor y la afición al riesgo y a la lucha. Por otro lado, para los forajidos son malos tiempos. Perseguidos por la policía, el ejercito y los rurales, han reducido su actividad y pasan hambre. Por eso, el jefe Calvera se siente decepcionado por los cambios sociales que le perjudican.
El guión presenta una galería de figuras y personalidades diversas, bien definidas. Chris, originario de Texas, es inteligente y tiene cualidades de mando. Por su parte, Vin, de certera puntería y pocas palabras, se lleva bien con Chris y le sustituye en ocasiones. Harry es un soñador iluso. Lee es exageradamente elegante, parece ser que huye de alguien y padece insomnio y algunas pesadillas. Bernardo conecta bien con los niños y las niñas. Britt es rudo y reservado. Chico, el más joven, es inexperto, pero se esfuerza en ser útil. Se diferencian, además, por otra clase de rasgos. Chris viste completamente de negro y camina de modo pausado y arrogante. Y Britt no abandona el cuchillo, o Vin quien tiene una manera muy particular de disparar.
Personajes no solo bien definidos, sino que además poseen algunos de ellos un carisma y un halo de misterio realmente atrayentes. Y esa atracción, se hace todavía más fuerte cuando les oímos hablar. Nunca alardean de su habilidad con el revólver, el cuchillo o los puños. No son magníficos por su capacidad para matar o para resolver situaciones complicadas. Son magníficos porque saben que la habilidad con las armas sin la templanza no es nada, son magníficos porque saben que han escogido un camino equivocado que los aproxima a la soledad, son magníficos porque aconsejan, advierten y hasta humillan a Chico, joven y alocado pistolero que busca el reconocimiento y la fama y sólo lo hacen, porque de verdad lo aprecian y le desean una vida tranquila con una casa y una familia.
El ritmo de la acción es pausado y tranquilo, aunque esta característica se ve disimulada por una banda sonora intensa y vigorosa. La cinta hace uso de un festivo sentido del humor, con toques de humor negro. Añade humor basado en exageraciones y absurdos que en ocasiones resultan casi obvios, aunque no dejan de ser un deleite para el público juvenil. Incluso añade algunos chistes que podrían calificarse de surrealistas.
Algunos sólo quieren o alcanzan a ver aquí un remake de la obra antes mencionada de Kurosawa, pero este western nada más toma la esencia de su argumento, y Sturges consigue darle una personalidad propia ofreciéndonos otras cosas.
Las motivaciones de los protagonistas son sólo en parte altruistas, ya que en el fondo los siete buscan una digna redención a sus vidas, que conseguirán únicamente mediante el ritual válido, efectivo y determinante en el Oeste: la violencia, la dialéctica de la pólvora.
También tenemos la oportunidad de ver cómo se toca el tema del racismo que imperó (y ha seguido imperando aunque de forma más disimulada) en todo Estados Unidos. El exterminio del indio americano fue un crimen totalmente planeado y calculado por parte del hombre blanco.
El desenlace si es cierto que peca un poco de precipitado y algunas situaciones no terminan de convencer, pero es más importante cómo y por qué llegan hasta ese momento y lo que este grupo de pistoleros dejan por el camino. También es verdad que algunos personajes no intervienen demasiado, lo cual no genera que los siete estén bastante bien definidos y caracterizados con una personalidad única.
No sé si será cosa de estos tiempos de crisis o achaques de la edad, el caso es que cada vez con más frecuencia creo en que es mejor refugiarse en valores cinematográficos de rentabilidad fija, sin azares que presagien sorpresas poco agradables. Esto, por supuesto, en la mayoría de las ocasiones supone un riesgo, tal vez no económico pero si sentimental.
De tal manera que películas que en nuestra vida dejaron huellas positivas, pueden acabar muy mal paradas tras segundas o terceras revisiones, porque ellas siguen siendo las mismas, pero nosotros no.
En fin, se me olvidaba mencionar la ya mítica de Elmer Bernstein que acompaña perfectamente a la cinta. Me quedo con el hecho curioso de que en esta película los magníficos están en proporción de treinta o cuarenta tipos que son los malos, contra ellos siete. En posteriores entregas esto irá en aumento.
Resumiendo, que es gerundio: una cinta que no es una obra maestra, pero sí una buena película. Siendo superficial, entretiene en todo momento y se permite varias veces la licencia de clonar escenas de la obra original adaptándolas a su estilo con bastante éxito. El realizador dirige una película importante en la historia del cine, que podría haber sido fantástica de no ser porque ya se había hecho unos años antes, y mucho mejor en casi todo, porque si hay algo en lo que esta supere a aquella es en la histórica banda sonora.
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