Director: Marco Tullio Giordana
Duración: 366 minutos (dos partes)
País: Italia
Elenco: Luigi Lo Cascio, Alessio Boni, Adriana Asti, Sonia Bergamasco, Fabrizio Gifuni, Maya Sansa, Valentina Carnelutti, Jasmine Trinca, Andrea Tidona, Lidia Vitale, Claudio Gioè, Paolo Bonanni, Giovanni Scifoni, Riccardo Scamarcio, Camilla Fillippi, entre otros.
" Una epopeya italiana que sigue la vida de dos hermanos, Nicola y Matteo que son originarios de Roma, en un lapso que abarca desde el año 1996 hasta el 2003 y todos los eventos que les ocurren en este período. "
Tropezarme con este filme, no se trata necesariamente de la mejor experiencia cinematográfica que haya tenido en mi vida (lugar que siempre estará reservado para un grupo selecto), pero esta cinta es, sin duda, una de las más peculiares con las que me haya encontrado.
Incluso, antes de que tengamos la posibilidad de registrar algún elemento visual, los inconfundibles acordes de The House of the Rising Sun nos remontan a finales de los convulsos años sesenta, justo cuando la primera generación nacida después de la conclusión de la Segunda Guerra Mundial, los llamados baby boomers experimentaron toda clase de temores y aspiraciones propias de la juventud, mientras hacían frente a un mundo que pronto sería transformado radicalmente gracias a la inminente revolución de la tecnología de la información que se avecinaba. Luego, seguimos a los protagonistas a lo largo de un viaje épico de casi cuatro décadas de duración, desde la juventud hasta la mediana edad, comenzando en la narrativa con una sensación de ser un extraño y concluyendo al final de las seis horas de relato, sintiendo que se pertenece a la singular familia. En mi caso, cuando finalmente aparecieron los créditos de cierre en la pantalla, por una sola vez, anhelé permanecer frente a ella durante otras tres horas para acompañar a estas personas durante el duro periplo de la vejez, de tal manera que así, pudiera tener la oportunidad de compartir más de su alegría y su dolor.
Ahora bien, si uno quisiera verse riguroso, diría que no hay nuevo o asombroso en lo que nos cuenta esta película. Dicho de otra manera, sus temas básicamente se tratan de cosas que tú y yo experimentamos a lo largo de nuestras vidas: crecer, madurar, enfrentar elecciones, enamorarnos, compartir con los amigos, cometer errores, enmendarlos o no, vivir y morir. En realidad, lo que sitúa a esta obra muy por encima de otras creaciones es el cuidado, el tiempo y la honestidad que el cineasta que la concibió le ha dedicado a su confección y posterior ejecución. Desde luego, que la duración de seis horas ayuda bastante en ese aspecto (y el hecho de que inicialmente se tratara de una miniserie resulta bastante irrelevante, ya que es presentada en forma de una película que se mostraría en cualquier cine). En pocas palabras, al igual que el buen vino añejo, toma mucho tiempo envejecer y tiempo para disfrutarlo adecuadamente.
Por otro lado, no puede ser más erróneo suponer que, debido a la duración, la película es lenta, en el sentido de que goza de un ritmo en el que casi se arrastra. Existen en su composición diversas historias sumamente interesantes para ser contadas y esto se realiza bajo un ritmo tan perfecto que no hay un solo instante en el que pudiera asegurarse que el interés pudiera tener la ocasión de vagar. Es decir, todos los personajes están atravesando por continuo proceso de desarrollo. Por este motivo, hay toda clase de secuencias y escenas alternadas de felicidad, conmoción, suspenso, estoicismo, abstracción y tensión apasionante. De igual manera se brindan algunos ligeros toques de humor cordial, como en aquella escena cuando uno de los personajes principales, Nicola, visita a su madre después de varios años de ausencia. "Madre, te ves como una anciana", exclama Nicola al mismo tiempo que le guiña el ojo de forma jocosa. "Soy una anciana" le responde la madre con una socarrona indignación, todo ello envuelto en una sutil capa de humor bondadoso.
Todas estas historias tan personales que se nos muestran, son contadas en el contexto de la transición de Italia en la segunda mitad del siglo pasado el cual incluye: el desarrollo económico de dicho país, la agitación política que se vivió gracias a las denominadas Brigadas Rojas en la década de los setenta, y la agitación social causada por la lucha de clases. Y sin embargo, no es necesario ser italiano o haber vivido en esa nación, para ser capaz de apreciar cómo estos cambios que acontecieron a gran escala, estaban afectando a las personas en sus propias vidas, porque dichas transformaciones son bastante universales.
Probablemente este punto sería lo que más destacaría de la obra, el simple uso y el paso del tiempo. Los eventos en la historia que se nos enseñan no se acumulan en un par de horas, sino que se alargan, ya que el par de hermanos van reaccionando a su manera ante los eventos que ocurren en su país. El tiempo es un factor tan importante en esta película, que los hechos manifiestos no solo se retratan en el tiempo de ejecución de seis horas, sino en cómo se emplean esas seis horas para desarrollarlos. Ocurren toda clase de sucesos trascendentales, pero a ninguno se le presta una atención especial. Los eventos que se van presentando son vitales para determinado momento en el tiempo, sin embargo, una ligera mirada se convierte en meros recuerdos, como se cumple en el caso de la vida.
En el apartado de los personajes que conforman la historia, podría asegurarse que el relato posee una enorme cantidad de componentes y por ende, obviamente una enorme diversidad en ellos, los cuales son retratados con una profundidad realista por un maravilloso y oportunamente elegido reparto, los cuales son demasiados para mencionar de manera particular. Evidentemente, los primeros que estarían en la lista son Luigi Lo Cascio y Alessio Boni, quienes interpretan a los dos hermanos Nicola y Matteo respectivamente; además de Adriana Asti quien da vida a la madre. En ese sentido, es difícil no enamorarse aunque sea fugazmente de Maya Sansa que interpreta a Mirella, con tanta luz en su sonrisa. Sin embargo, la verdad es que hay una docena de personajes más que resultan admirables y merecerían ser mencionados.
En resumen, las escenas finales del filme son tremendamente conmovedoras y emocionantes simplemente porque se siente que realmente se ha llegado a conocer a estas personas como individuos y se les extrañara cuando se hayan ido. La penúltima escena que muestra la necesidad de los vivos por seguir adelante con sus existencias, me recordó a otros momentos finales encantadores e inolvidables de los grandes clásicos de antaño.
Y por supuesto, todo esto se desarrolla en el entorno del exuberante paisaje italiano, repleto de antiguas ruinas romanas, arte y arquitectura medievales, y gloriosas vistas del brillante mar Mediterráneo. Nada más, por tratarse de un verdadero cuaderno de viaje, la película ya valdría la pena ser vista.
Si, es una obra de un metraje muy extenso y por ello su visionado requiere mucho tiempo, pero, en la forma en la que se puede acceder a ella (dividida en dos partes), la duración en consecuencia no debería ser un obstáculo para el disfrute de la película. Échale un vistazo y sumérgete en los placeres muy especiales que ofrece. No la olvidarás pronto.
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