Director: Martin Scorsese
Duración: 170 minutos
País: Alemania / Estados Unidos
Elenco: Leonardo DiCaprio, Cate Blanchett, Kate Beckinsale, John C. Reilly, Alec Baldwin, Alan Alda, Ian Holm, Danny Huston, Gwen Stefani, Jude Law, Adam Scott, Matt Ross, Kelli Garner, Frances Conroy, Brent Spiner, entre otros.
" Una película biográfica que muestra los primeros años en la carrera del legendario director y aviador Howard Hughes, que va desde finales de la década de 1920 hasta mediados de la década de 1940."
Y bien, se trata de una película adecuada, pero no me parece que sea realmente digna de los elogios que recibió tanto de cierta parte de la crítica y en mayor medida del público que la vio en el momento de su lanzamiento, ni que haya merecido tantas nominaciones al Oscar. Bueno, ya se sabe que ese premio no es indicador de nada que tenga que ver con cierto grado de calidad y si con cuestiones políticas o con pequeños arrumacos para ciertos sectores de la población.
Lo verdaderamente importante es que no considero que esté entre las mejores obras cinematográficas de aquel 2004, y tampoco me parece que integre o sea una parte relevante del selecto grupo de las mejores cintas biográficas de todos los tiempos. Sin embargo, a mi entender hay que darle el crédito que se merece, en los aspectos donde se destaca y que sea en el momento oportuno, que para mi satisfacción no puede ser otro más que justo ahora.
En pocas palabras, podría señalarse que es una buena película acerca de un hombre que podría calificarse como interesante, que vivió una existencia que resulta aún más atrayente.
Aunque debo subrayar que con cualquier otro director al mando, incluidos todos aquellos que forman parte de la categoría que denomino como del montón, aquellos que solo cumplen con su trabajo y nada más, una mayor cantidad de espectadores nos hubiéramos sentido satisfechos con el resultado final, pero como esta película fue dirigida por Martin Scorsese, cualquier cinéfilo que se precie de serlo se ve obligado a esperar más. Desde luego, que presión debe ser para ese diminuto hombre este nivel de expectativas en cada uno de sus proyectos. Al final, más allá de todo análisis, mi veredicto es que Scorsese se queda corto en sus aspiraciones y su creación adolece de momentos de verdadera grandeza.
De alguna manera, este filme evidenciaba que los mejores años de Scorsese habían quedado atrás (después me cerraría la boca con The Departed, aunque a medias, ya que al final de cuentas es un remake) y que la verdadera creatividad en sus trabajos empezaba a escasear. En algún sentido, esta historia sobre el excéntrico personaje, se siente como una película realizada bajo una fórmula que sigue todas las reglas que aparecen en el libro del hombre aplicado. Dicho de otra manera, está construida y confeccionada hasta en el más mínimo detalle, elaborada de un modo maravilloso, técnicamente es impecable; pero también debido precisamente a esa perfección en lo visual, es que la cinta jamás se convierte en algo extraordinario o por lo menos memorable.
A pesar de que este peculiar relato dura casi tres horas, nunca se vuelve una experiencia cinematográfica insufrible. Porque si de algo goza Scorsese es de concebir filmes largos pero consistentes, obras que jamás pierden el enfoque sobre lo que están mostrando. En ese sentido, la historia se cuenta con un ritmo apropiado y por ello todo fluye a la perfección, tal vez siendo un poco quisquilloso diría que el único desacierto es que en ciertos momentos todo sucede demasiado rápido. Por lo cual, algunas secuencias no se sienten completas, como si faltaran elementos y lo que a la postre deja un sentimiento de insatisfacción el respecto. En distintas ocasiones me quedé con las ganas de saber más sobre un determinado evento o personaje. Para mi mala fortuna, este es a menudo, el caso de las llamadas cintas biográficas o biopics en el idioma inglés. Esto es, (a riesgo de que suene a perogrullada) en la mayor cantidad de oportunidades de ver algo propio de este género, se dedican a narrar la vida de una sola persona.
Ante lo cual, aparece de inmediato la interrogante: Entonces, ¿Cómo puede emplearse toda la información y detallar todo lo que sucedió en una vida, en una película cuya duración será de poco menos de tres horas? Por supuesto, el ritmo debe ser vertiginoso y ciertos eventos deben reducirse o de plano omitirse para lograr todo lo que se pretende expresar presentando dicha historia.
En mi caso, me quedé con una cierta sensación de haber sido engañado después de que me narraron toda esa historia. Mientras se está presenciando la película, resulta casi evidente que Scorsese se acerca al personaje por una sola razón: la admiración que siente por Howard Hughes. A causa de esto, el filme se centra básicamente en los mejores años del multimillonario y en general hace caso omiso de los aspectos negativos del personaje. Como resultado, la narración también concluye justamente cuando Hughes se encontraba en su mejor momento, cuando empieza su decadencia, la cinta termina y aparecen los créditos finales. Es decir, aunque todos sabemos cómo terminó el magnate estrafalario, sigo creyendo que la historia por lo menos debería haber mostrado algo de ese fragmento de su vida, o al menos alguna mención a manera de epílogo antes de los mentados créditos.
Así mismo, después del cierre me quedé con la impresión de que la película admite que muchas cuestiones no sean aclaradas, con respecto al personaje principal. No se dedica a explicar cuáles eran las motivaciones que originaban sus extravagantes conductas y cómo es que llegó a enfermarse mentalmente a esos niveles. En la pantalla solo observamos a un tipo que podía comportarse normalmente (si es que esto realmente existe) cuando así lo quería y cuando realmente tenía que hacerlo. Todo esta extraña dinámica genera que el personaje parezca una extraña especie de ser inconsistente y absurdo, que nunca se llega a comprender por completo.
Ahora bien, en el apartado actoral Leonardo DiCaprio realiza una labor esplendida interpretando a Hughes, el personaje principal. En este momento de su carrera demostraba que no solo era un gran actor, sino que también podía encargarse de grandes papeles y que podía cargar sobre sus hombros el peso completo de una película. Otros actores que destacaría son Alec Baldwin y un sorprendente Alan Balda. El resto de ellos, parecen estar simplemente perdidos. Es más, muchos de ellos parecen haber sido elegidos solo por el peso de sus nombres. Esto se aplica sin distinción a Ian Holm, y Willem Dafoe, quienes desempeñan papeles totalmente irrelevantes. Y así podría seguir, por ejemplo Cate Blanchett parece haber sido escogida por ser una actriz tan afamada, no por su parecido a Katharine Hepburn y Kate Beckinsale parece haber seleccionada solo por su reputación, no porque se parezca a Ava Gardner. Esto también se aplica a actores como Jude Law y Gwen Stefani cuyas brevisimas e intrascendentes aportaciones a la película no merecen más lineas que estas que escribo.
Por otro lado, seguramente, el filme es como ya lo mencioné casi perfecto técnicamente. En general y aludiendo en particular a elementos estéticos es simplemente magnífica, posee además una serie de locaciones y vestuarios muy convincentes, logrando recrear con ello la atmósfera y el contexto principalmente de los años veinte y treinta. De igual manera sobresale la fotografía de Robert Richarson, no obstante que no me siento particularmente atraído por el uso del color que se emplea en ella, apartado por el que esta cinta recibió tantos elogios técnicos. Por supuesto, no puedo olvidar que a mi parecer los efectos especiales son una gran decepción ¿Por qué sera que nunca oigo a nadie quejarse de cosas como esas cuando se habla de cine? A mi modo de verlo, las secuencias de vuelo, que son en esta oportunidad algunos de los momentos más significativos de la narración, parecen estar muchos de ellos, lejos de ser convincentes. En ese sentido, tal vez solo se salve el aparatoso accidente en el que el protagonista se ve envuelto, un percance que se muestra con tal realismo que a cualquiera le pondría los pelos de punta.
En suma, el filme es lo suficientemente contundente como para provocar que se siga viendo hasta el final, ya que básicamente, a falta de mejores términos para describirla, esta muy bien hecha. El resultado conseguido no decepciona, pero como en mi experiencia, probablemente dejará una especie de mal sabor, ya que la obra no es del todo satisfactoria.
Vamos, que por obvias razones (de las cuales, el mejor juez que no es otro más que el tiempo) esta obra no se convirtió en una película clásica de Scorsese durante todos estos años que han transcurrido, como si ocurrió en el caso de otras suyas como la inolvidable Taxi Driver. Se trata de una cinta construida a base de una mera fórmula, lo cual le impide alcanzar tales alturas y con demasiada frecuencia elige el camino simple para contar una historia. Carece de auténtica creatividad.
Por supuesto, aún así, debido a su excelente manufactura esta muy por encima de muchas otras creaciones promedio del género. Pero, ¿fue merecedora de todos sus premios y nominaciones? Lo siento, realmente no lo creo.
Más bien, me llevó a preguntarme si esta producción hubiera sido nominada a tantos premios si hubiese sido conducida por un director diferente. Nunca lo sabremos.
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